Oficial

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Han pasado dos horas desde que vi la imagen de Emma. Dos horas desde que me he sentido extraña, con dolor de estomago y nauseas. Tengo taquicardia y miedo a verme en el espejo, porque sé que, si lo hago, comenzare a compararme.

—¿Lía?

—Hola, ¿podemos hablar? —Lo escucho disculparse con alguien, seguido del sonido de una puerta al cerrarse—. Lo siento si interrumpo, pero me gustaría hablar contigo.

—No te preocupes, ¿Qué pasa?

Contengo las ganas de llorar, porque en realidad no se cual es el motivo exacto. Solo se que tengo miedo, y que quiero ver a George.

—Me he sentido mal, yo... —Suelto un poco de aire, intentando tranquilizarme—, la ex de Ryan llamo y conteste. Me siento preocupada al respecto.

—¿Que fue exactamente lo que ella te dijo? —Una vez más he tenido que decirlo, y eso hace que mi garganta duela—. Esa chica necesita ayuda psiquiátrica, no es normal su comportamiento. Es muy probable que solo quiera seguir molestando a Ryan, pero solo basta con bloquear su número. Si ella insiste, Ryan podría denunciarla.

—Ryan lo ha negado, pero todavía tengo miedo de que él sienta algo por ella.

—Fue una persona que le causo mucho daño. Estoy seguro de que él no tiene un buen recuerdo de ella, además, él ya es un adulto, que sabe perfectamente diferenciar lo que es bueno para él y lo que no —Asiento con la cabeza, aunque él no me este mirando—. No hay razón para que te sientas preocupada.

Bueno, después de ver su foto... Niego con la cabeza nuevamente, alejando esos horribles pensamientos. Ella es linda, si, pero le causo mucho dolor a Ryan, así que para nada quisiera parecerme a ella. Él esta conmigo ahora, y se que ella no será problema entre nosotros.

—Si, todos ustedes tienen razón. De verdad lamento haberte interrumpido.

—Soy tú terapeuta, Lía, no tienes porque disculparte —Me sobresalto al ver la puerta de mi habitación abrirse, pero me calmo al segundo de ver que se trata de Ryan—. ¿Quieres que vaya mañana?

—Si puedes, si, te lo agradecería mucho —El Bipolar lleva una bolsa de papel mano con el logo de la cafetería de Lucy. Se quita el saco para tirarlo donde sea que no estorbe. Me mira fijamente, como si intentar leer mi mente—, es George —Susurro, alejando el móvil. Eso lo ha tranquilizado de cierta forma.

—Muy bien, te veo mañana a las cuatro de la tarde. Cuídate mucho y no sobre pienses en eso, por favor.

—Si, muchas gracias —Cuelgo, soltando un poco de aire, nuevamente. Ryan me mira confundido, desesperado porque le cuente el motivo de mi llamada—. Hice cita con mi terapeuta.

—¿Es por la llamada? —Y por la foto. Trago saliva con dificultad—. Me parece muy bien que vayas, si esto te esta molestando.

—Si, necesito ir antes de que se vuelva un problema —Lo veo sacar unos emparedados con frituras y colocarlos en un plato frente a mí. Deniego, porque no tengo hambre—. ¿Estás bien?

—¿Honestamente? ¡No! —Su ceño se ha fruncido, evidenciado lo molesto que esta—. Estoy molesto conmigo por haberte dejado responder. Y estoy molesto con ella, por dejarte así de preocupada. Ahora no solo quiere fastidiarme a mí, si no también a los que quiero.

—Tú no sabias que era ella.

Él niega con la cabeza, todavía molesto. Me recuerda mucho a cuando lo conocí, y todos le tenían miedo. Sé que esta pensando en algo, algo que no es bueno y me asusta un poco. Ryan es de temer cuando lastiman a los que él quiere, aunque ella no me haya tocado físicamente.

Bajo las Sábanas [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora