Vigilante

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Me he puesto ansiosa caminando de un lado a otro, intentando convencerme de que esto solo debe ser una coincidencia. Las coincidencias existen, aunque últimamente en mi vida no es así.

Pero... ¿Y si es la misma Emma? ¿De verdad estará arrepentida por lo que le hizo a Ryan?

—¿Se puede saber qué haces despierta tan temprano?

La voz adormilada de Ryan me toma por sorpresa, pero también me calma un poco. Él se ve tan atractivo con el torso desnudo, perdiéndome un par de segundos en lo tonificado que esta. Esos pants grises que usa como pijama también me distraen mucho. Sus ojos verdosos están un poco hinchados, pero luce muy guapo y tierno al mismo tiempo.

—Ya no tenía sueño.

Él se acerca a tomarme de las caderas, llevándome hacia él. Coloco mis manos alrededor de su cuello y deposito un suave beso en sus labios.

—Se perfectamente que estás mintiendo —Responde, sin corresponder a mi beso—. Vi que el cabeza de elote te llamo varias veces en la madrugada.

—¿Y no me lo dijiste?

—Estabas dormida —Eso tiene sentido—. ¿Por qué te busca con tanta urgencia?

Tomo un poco de valor para responder porque me prometí que no habría secretos entre nosotros.

—Es mi mejor amigo y está pasando por algo —Ryan inclina un poco la cabeza para que continúe hablando—. Es sobre una exnovia.

Ryan abre la boca, creo que dirá algo, pero el sonido de mi móvil lo interrumpe. Ambos miramos el móvil que muestra un nuevo mensaje de Félix:

"Estoy por llegar al campus. Me urge hablar contigo"

Instintivamente he volteado a ver a Ryan, pero él sigue mirando la pantalla del móvil.

—Es mi amigo y me necesita.

Él tarda un poco más de lo normal en responder, algo que me pone inquieta. No quiero que tengamos nuestra primera pelea de novios, aunque él no debería molestarse. Félix es alguien importante en mi vida. Es uno de mis mejores amigos y me necesita en estos momentos.

—Volveremos al campus hasta más tarde, así que envíale la dirección de esta casa.

Le planto un beso sonoro en la mejilla a modo de agradecimiento. Sé que no está del todo contento con esto, pero él entenderá que Félix estuvo en uno de los momentos más dolorosos de mi vida, así que me corresponde estar para él en estos momentos.

—Debemos ducharnos antes de que llegue el cabeza de elote —Sugiere mientras me guía de la mano hacia la parte alta. Niego con la cabeza ante el apodo, pero lo sigo. La ducha ha durado menos de lo que me hubiese gustado, aunque lo disfrute mucho. Ahora estamos desayunando cereal, ya que es lo único que no esta caducado aquí.

Reviso el móvil esperando respuesta de Kavalier, pero no hay nada, y han pasado al menos dos horas desde que envíe el mensaje. No sé si lo ha leído, quizá él se encuentra en el campus, o quizá no encuentra este lugar.

El sonido de fuertes golpes en la puerta nos pone en alerta, pero sé de quién se trata. Corro para recibirlo, y en cuanto abro la puerta, siento mi corazón decaer un poco. Mi amigo, aquel joven que no solía tener expresiones, se encuentra parado frente a mí con los ojos hinchados y rojos por tanto llorar, con los labios tiritando como si estuviera conteniendo un quejido.

Se lanza a mis brazos antes de que pueda procesar su apariencia completamente. Su cuerpo tiembla e intento abrazarlo, pero me siento más pequeña que de costumbre. Un segundo despues lo escucho sollozar y las ganas de llorar con él aparecen de pronto.

Bajo las Sábanas [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora