Sentí su dolor, lo vi a través de sus ojos.
—Bellamy.—Le llamé, pero su mirada no se apartaba de lo alto de la colina.
Estaba completamente congelado.
—Bellamy.—Lo intenté de nuevo, y noté como había dejado de respirar por unos segundos.
Después de repetir su nombre por una tercera vez mientras le apoyaba ambas de mis manos en sus brazos, intentando captar su atención, por fin su mirada se agachó hasta mis ojos.
—Sé lo mucho que te importaba, pero tienes que irte, ahora. No han recibido la sangre que querían ni contigo ni con Finn y eso tendrá represalias, hasta que la comandante hable y todo se tranquilice tienes que volver con los tuyos.—Le dije, alzando la cabeza para poder mirarle a los ojos y él agachando la suya para hacer lo mismo, debido a la diferencia de alturas.
Noté sus músculos en mis dedos, y el escalofrío fue tal que las aparté lo antes posible.
—¿Me has escuchado?—Pregunté al no recibir ninguna respuesta por unos segundos, pues parece que se había vuelto a quedar congelado pero esta vez mirándome a mí.
—Vámonos, hermano.—Le dijo Octavia a sus espaldas.
Estaba tan cerca que podía ver sus pupilas moverse con rapidez, oscilando entre uno y otro de mis ojos.
Por un momento deseé estar en su cabeza y saber en lo que está pensando, en entender su sufrimiento, porque está claro que ver a su amigo morir a manos de Clarke, le había dolido en el corazón.
Y por eso mismo alcé mi mano de nuevo para colocarla en su pecho, justo encima de su corazón.
—Siento tu sufrimiento, lo siento de corazón.—Dije en un tono suave y una chispa se encendió en sus ojos, pero no supe muy bien qué era.
Él apoyó su mano encima de la mía, ocultándola por completo.
—Ahora entiendo porqué tu pueblo ve pureza en ti.—Sus palabras hicieron que mi corazón se acelerara, tanto que podía sentir mi pulso en mi cabeza.
Y sin decir nada más, Octavia tiró con fuerza de su hermano, haciendo que se separase por completo de mí y que nuestras manos se soltaran.
Tragué saliva antes de que ambos se dieran la vuelta y miré como sus espaldas se alejaban por el bosque.
Me quedé ahí pasmada durante un largo minuto, pensando en lo que acababa de decirme.
¿A qué se refería con que ahora entendía porqué mi pueblo veía pureza en mí?
Lo único que hice fue empatizar con su sufrimiento, como siempre he hecho con todo el mundo.
Como nunca nadie ha hecho conmigo, ahora que lo pienso.
—Debiste matarlo.—Yo me giré del golpe, encontrándome con Gustus, el guardia de la comandante, su más fiel guerrero, un hombre alto y robusto, con la cara tatuada y una gran barba morena.
Yo le miré en silencio, esperando que no hubiera visto nada de mi conversación con Bellamy, sino estaría metida en un buen problema.
—Debiste hacer lo que Heda te ordenó.—Añadió.
—En realidad dijo que la venganza era mía, pero no me dijo que tipo de venganza tenía que ser.—Me defendí, pues en ningún momento he desobedecido una orden suya.
—Sabías el tipo de venganza que tenía que ser. Sabías que todos le querían muerto, y ahora pones en evidencia la palabra de nuestra comandante delante de nuestros enemigos. La has hecho ver débil, ¿cuánto tiempo crees que tardarán en cuestionarla?—Su tono era rudo, y me dio un escalofrío muy diferente a los escalofríos que me daban cuando hablaba con Bellamy.
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ʟᴀ ᴅᴏɴᴄᴇʟʟᴀ. [Bellamy Blake]
FanfictionEl sacrificio de la Heilige ("Sacrificio de la Doncella") es una tradición entre los terrestres que se ha llevado a cabo desde Sheidheda ("El comandante oscuro") que sacrificó a una mujer joven muy querida por el pueblo por sublevarse y terminó por...