ʟᴀ ᴅᴏɴᴄᴇʟʟᴀ. [Bellamy Blake]

XVIII

Ninguno de los dos habíamos abierto la boca ni una sola vez desde que nos volvimos a adentrar en los conductos de ventilación.

Bueno, él sí que lo había hecho, pero no cuenta como entablar conversación porque solo hablaba detrás de mí para indicarme a dónde me tenía que dirigir y yo simplemente le hacía caso gateando dentro de los conductos.

Llegamos a una escalera de barrotes de metal y alcé la cabeza hacia arriba para ver hasta donde llegaba. Entreabrí los labios al no ver el final de aquellas largas escaleras que se sumían en una oscuridad absoluta.

Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza por tener que subir por ahí, sabiendo que si me caigo probablemente me mate de esa altura.

—¿De verdad es necesario subir por ahí?—Pregunté, rompiendo mi silencio desde que le di aquel beso robado.

—Ahora saben que estoy infiltrado así que estarán buscándome por todas partes. Para llegar a la cosecha tenemos que subir de planta y este es el único camino aparte de ir en el ascensor. A mí tampoco me hace ninguna gracia.—Contestó el sobre mi hombro y la respiración se me atasco en mi garganta.

Tragué saliva y sin decir una palabra más empecé a subir las escaleras colocando mis manos en los barrotes de arriba y comenzando a subir un pie en los de abajo y luego otro y otra vez muy despacio, con las manos temblorosas.

Empecé a subir con delicadeza, y Bellamy subía detrás de mí, apoyando sus manos justo donde yo quitaba mis botas.

Además, tener su cara a centímetros de mi trasero no me relajaba en absoluto.

Con mi mente perdida seguí subiendo las escaleras hasta que al apoyarme en uno de los barrotes de metal se rompió, y todo mi cuerpo descendió quedando colgando de mis propias manos.

Un grito salió de mi garganta al romperse y Bellamy me agarró la cintura casi al instante.

Sentir su piel en contacto con la mía provocó que todo mi cuerpo se erizara, de arriba a abajo.

—¿Estás bien?—Me preguntó desde abajo mía cuando conseguí apoyar mis pies en otro barrote.

—Sí.—Solté exhausta.

—Estas instalaciones son muy antiguas y como no las utilizan no hacen ningún mantenimiento, por eso todo se cae a pedazos.

—Muchas gracias por la información, no sabes cuánto me tranquiliza.—La ironía en mis palabras fue insultante, pero él simplemente soltó una pequeña risa.

—No te preocupes, no dejaré que te caigas.—Añadió al segundo.

Yo volteé mi cabeza para mirar hacia abajo y al momento me arrepentí al ver la enorme caída desde esas alturas.

—Madeline.—Me llamó probablemente al ver mi cara de pánico y el vértigo que me estaba causando esta situación.

—Estoy aquí. Te agarraré si pasa algo.—Yo asentí con la cabeza al sentir mis manos sudorosas y temí que se me fueran a resbalar, por lo que simplemente volví a mirar hacia el frente y subí las escaleras sin mirar a abajo.

Fue un largo minuto de sufrimiento hasta que llegamos al final y casi me abalancé sobre el suelo firme.

Él esperó en silencio mirándome mientras yo intentaba respirar como una persona normal de nuevo, luego de unos largos segundos, alcé la cabeza hacia su dirección.