𝑳𝒂 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒎𝒂𝒍𝒅𝒊𝒄𝒊ó𝒏// Al temido asesino seven se le encomendó una misión matar a Jia una mujer despiada o eso es lo que dicen los rumores, ¿será que seven pueda matar aquella mujer o ay algo más que no lo permita?
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"Te ves tan bien y amo esta vista"
-¿seven te sientes bien?-Pregunto Jia- Te noto algo raro-.
-Estoy bien.
-¿Seguro?- Pregunto con algo de anisedad-.
-Si no te preocupes- Dijo con un poco desanimado-.
-Pues dejame, decirte que ni parece que estes bien. Más bien parece que estas traumado- Dijo Shen en un tono burlon-.
-Shen- Dijo Jia con disgusto-.
-¡Ay! perdón- Dijo Shen sarcasticamente-.
Era un poco difílcil entender a Seven, es algo curioso pues parece ser alguien muy maduro, pero pues en algunos momentos parecía que Jia entendía muchas mas cosas que el mismo. Pasaron 20 minutos y los tres habían terminado de comer. Jia movío los platos utilizando su magia y los colocó en una tabla para que Shen los lavara.
-Y ahora, ¿Qué es lo que vas a hacer?- Pregunto Jia-.
-¿Hacer de qué?- Pregunto de igual manera Seven-.
-¡Ash! me refiero ¿Qué si te vas a quedar a domir? o te vas a ir como es tu costumbre- Dijo mirandolo a los ojos- Y pues a eso me refiero.
-Ah, pues supongo que sí- Dijo mirando hacia otra dirección-.
La noche había llegado, y como era costumbre todo estaba tranquila, nadie salía por miedo a que La bruja se hiciera algo. Pero parecía ser que hoy fue la excepción, aquel pequeño pueblo desde lejos se podia ver como estaban ilumido el pueblo, las calles llenas de personas. Todo esto paso porque, el rumor de La bruja del pueblo habia sido asesinada por un asesino; ya nadie tenia miedo. Pero por que nadie la conocia en realidad, la descripción de ella solo eran rumores.
-Seven- Dijo Jia- Iré a bañarme no salgas y ni me espies, mañoso-.
-Pero que- Penso el pelinegro-.
Jia tenia un ritual que consistía en bañarse a la luz de luna llena ya que esto traía beneficios tanto con a su belleza como a su magia. Así seguiría siendo hermosa. Seven queria verla pero fue detenido por Shen. Sabia que no podía pero su curiosidad lo llamaba o más dicho su tentación lo llamaba.
"Yo era una rosa en un jardín de malas hierbas Mis petalos son suaves y sedosos como mis sabanas, Así que no tengas miedo de pincharte con las espinas"
Jia se habia bañado en las aguas del lago y su ritual se había completado. Seven noto algo diferente en ella, su cabello era mas largo y su espalda tenia una marca que parecia simular la luna y su cuerpo desprendía un hermoso olor a canela. Seven se acerco a ella ya que el olor, lo envolvió .
- ¿Qué haces?- Pregunto la mujer con confusión-.
-Quiero olerte- Dijo Seven con timidez- Parece que tiene un olor a canela.
-Supongo que sí- Dijo la mujer con algo apenada- no soy tan atrevida como imagine- Penso-.
Seven se acerco a su cuello y al sentir la repiración del hombre, ella no pudo evitar sonrojarse. El se alejo de ella y noto lo rojo de su rostro.
-¿Qué te pasa?- Pregunto.
-¡ Y a ti que te importa, menso!- Dijo poniendose aún más roja.
-Oye- Dijo en un tono frio- ¿Quieres salir a dar un paseo por el pueblo?
-¡Ah!- Dijo algo sorprendida- Seven el asesino más temido ¿Me está invitando a una cita?-.
-Yo no dije eso- Dijo- Pero si quieres pensar que es eso, pues es eso.
Ambos salieron de la cabaña y se dirijieron al pueblo que parecia que estaba de fiesta.
-Parece ser que les alegro mi supuesta muerte- Dijo con frialdad- Estupidos.
Seven la miro por un momento le recordo al él, pues el suele pensar de esa manera. Dicen que los que se aman se parecen, pero estos dos eran el contrario del otro; llegando al pueblo nadie notó la presecia de Jia y Seven. Caminaron por aquel pueblo llegando al centro de este, ahí se encontraban pustos de comida y de artesanias. Jia parecía una niña pequeña estaba tan emociada de ver las cosas de cada puesto. Encontrando un puesto ella quedo enamorada de un hermoso brazalete de ambar de qe tenía unas perlas color jade.
-¿Qué precio tiene?- Dijo curiosa-.
- Ese tiene un costo de 800 -Dijo el vendedor-.
Ella abrío los ojos, y se camino a otro puesto dejando a Seven atrás. Le parecío tierno que ella hiciera eso.
-Quiero el brazalete de ambar-.
Siguieron caminando por el pueblo y después de hacer tiempo camindo y evitando que Jia viera más cosa que no compraría. Se fueron de ahí y llegando a la cabaña paso algo.
-Jia, cierra los ojos- Dijo un poco nervioso-
-¿Por qué o qué?- Dijo confundida-.
-Solo hazlo- Dijo aún mas nervioso-
Ella hizo lo que el pelinegro y sintiendo como tomaba su mano sintío la sensación de que colocaba algo en su mano.
-Abrelos- Dijo en un tono de nervisismo-.
-¡Ay no puede ser!- Dijo emocionada- Pero si costab-,
-Ya se lo que costaba, pero vi que te gusto- Dijo mirando hacía otro lado-.
"Castigame con tus deseos, qué el vigor lo guarde para ti"
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