╰❥Capítulo 04: Amistad

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Toda la primera semana era un caos, debía acostumbrarse a las peticiones de su ahora jefe, aunque sinceramente no era como que él se la pusiera fácil tampoco. Se aprovechaba de que ella estaba ahí a su disposición para darle órdenes todo el día, era como un niño al que no podía dejar de prestar atención en ningún momento, hasta cuando entraba al baño incluso para no hacer nada y probar que no estaba loca conforme a lo que pasaba. Ese era el mismo momento, en el que se encontraba en el baño con la puerta cerrada con seguro y aquel joven pelinegro afuera esperándola mientras la llamaba a cada minuto.

—Inoue —repitió por cuarta vez—, ¿acaso te atoraste?

Sabía en el fondo, que lo hacía por molestarla. Le costaba aceptar a el pelinegro que solo quería ser cuidado y atendido por quien considera su padre, que adaptarse a una nueva persona, era como sentir el rechazo por parte del albino. Molestarla era un pase a una renuncia por su cuenta, hacerle travesuras con lo que estaba a su alcance era otra más.

—Inoue —repitió—, al menos responde algo.

—Suficiente —abrió la puerta—, tú eres...

—No debes tutear a tu jefe, eso no es respeto.

—¡Es que no lo hay!, así como usted —remarcó—, no muestra respeto ni por un momento que debo ir al baño.

—Tu trabajo es cuidarme, ¿acaso te molesta? —comenzó a avanzar—. Para que veas que muestro respeto, te pido que moderes la forma en que me hablas.

—Es un... —tiró delicadamente de sus cabellos—, lamento decirle que...

Lo miró un momento, este continuaba avanzando pero escuchándola. Si ella quería seguir con un sueldo, que felizmente el destino le otorgó, debía aceptar las complicaciones que este tenía. Soltó un suspiro un tanto de desesperación, aunque no quisiera, debían ser un equipo, formar aunque sea una amistad en la cual puedan trabajar en conjunto. Así que, aunque admitía tener miedo a lo que fuera a suceder, iba a hacerlo, de alguna u otra manera debía ser un gruñón.

—¿Qué?

—Que... ¡Vamos a pasear!

—¿Qué dices?

No lo dejó procesar cuando tomó la silla de ruedas deteniendo su andar, para comenzar a moverlo ella. Desde el momento en que regresó a casa de su accidente, solo suele salir al médico y extrañas veces a juntas de negocios o a comer a algún restaurante, lo cual era extraño. Por lo que, a la joven enfermera, se le ocurrió la grandiosa idea de ambos salir a dar una vuelta al parque que se encontraba a una calle de ahí.

—Lo que escucho, vamos a pasear.

—¡Tú estás loca, dejame en paz! —dio un grito llamando la atención del hombre mayor en la habitación de al lado.

—Disculpe, pero como debo cuidarlo en todo momento, veo que es una oportunidad para conocernos mejor ¿no lo cree?

—Que idea tan estu...

—¡Que idea tan estupenda! —interrumpió el mayor—, me parece bien que la señorita Inoue te preste atención Megumi, quiere hacer mejor su trabajo.

Para la mente del albino fue una idea realmente buena para mejorar su conocimiento del uno del otro, Megumi tenía tiempo que no estaba en compañía de viejos o incluso nuevos amigos. Por lo que, esta era la oportunidad perfecta para lograr ese cometido, solo esperaba que el pelinegro no se pusiera de verdad muy terco o todo acabaría antes de que funcione.

—No quiero salir y punto —trató de detener el avance.

—Vamos Megumi, (T/n) solo quiere hacer lo mejor para ti.

╰❥Heridas (Megumi y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora