Lo pensó una y otra vez, conforme pasaba el tiempo al lado de su enfermera, sus sentimientos eran más claros para realizar una confesión. Colocaron una taza con café negro frente a él, posó su vista al frente, mirando a su mejor amiga quien tenía una expresión molesta. Aunque habían tratado de arreglar las situaciones pasadas, sabía perfectamente que Kugizaki no aceptaría del todo, era entendible y respetable su decisión. Dio un sorbo a su café caliente cuando escuchó una risa proveniente de su compañera.
—Entonces, ¿te enamoraste de tu enfermera?
No necesitaba responder para que ella entendiera, confiaba en ella y en su madre adoptiva para darle un consejo sobre cómo confesar sus sentimientos correctamente. Su mejor amigo y su padre adoptivo eran unos idiotas en el tema, aunque siendo sinceros aceptaba que lo mejor era solamente decir la verdad, pero también pretendía que ella merecía alguna buena manera de confesarlo. Quería hacerla sentir especial y que notara ese esfuerzo por ella, no algo tan común como solo confesarse.
—No puedo mentir —dio un sorbo—, simplemente pasó.
—Comprendo —miró su bebida—, estoy muy contenta por ello. Pensé que después de ella, no querías más relaciones.
Estiró sus manos en dirección a las de él, sus ojos brillaban de emoción, las tomó entre las suyas para comenzar la idea de aquella forma en la que debía confesar sus sentimientos hacia la mujer que ahora amaba. Quería que él volviera a ser feliz, estaba emocionada que su amigo encontrara nuevamente aquella felicidad y amor a pesar de su tristeza.
—Megumi, estoy segura que haremos lo mejor para que esta relación amorosa funcione ¿de acuerdo? —sonrió—. Confía en mí, lo lograremos y...
Entonces miró detrás de él aquellos ojos marrones llenos de felicidad y tristeza a la vez, la entendió en cuestión de segundos, cometió un mal entendido. Parecía una película de amor. No dijo nada, solamente se dió media vuelta casi corriendo de aquella escena, no lo iba admitir abiertamente pero quería llorar, gustaba de él desde hace tiempo pero le parecía una idea absurda el que algo lograría pasar entre ambos como una relación amorosa, "eso solo pasa en las historias de fantasía, (T/n)".
Por su parte Kugusaki soltó de golpe las manos de su mejor amigo, no era su mínima intención causar un mal entendido entre ambos. Se levantó nerviosa disculpándose con Fushiguro, mencionó volver pronto y corrió detrás de Inoue. Anteriormente había tenido problemas con las parejas de sus amigos, pensando que ella gustaba de alguno, que para ser sinceros en su época de preparatoria estaba enamorada del pelinegro, descubriendo con los años que lo mejor siempre será una amistad y esta vez no era la excepción, ella no gustaba de él y quería verlo feliz.Se escucharon los pasos veloces de la pelinaranja alcanzar a la enfermera, se encontraba nerviosa y sobre todo avergonzada. Se imaginaba la tristeza que ha causado por un momento, eso no era algo que a ella le gustaba hacer, se sentiría culpable si su mejor amigo no lograba ser pareja de ella. Se dió cuenta que ambos gustaban entre sí, entonces qué mejor que estar juntos, pero su suerte era terrible haciendo parecer cosas que no eran.
—¡Inoue! —la detuvo—, por favor escúchame un momento.
La mencionada no quería girar el rostro, solamente le daba la espalda porque sabía que si la veía lloraría.
—Buen día señorita Kugisaki, dígame, ¿qué quiere decirme?
Su mente imaginaba lo peor, esperaba escuchar insultos a más no poder y pedirle que se alejara de su pareja. No parecía ser ese tipo de persona, pero no debía confiarse.
—Es sobre Fushiguro.
Tembló todo su cuerpo, trató de mantenerse quieta.
—Dígame, ¿ocurre algo con el señor Fushiguro?
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╰❥Heridas (Megumi y tú)
FanfictionMegumi Fushiguro, después de su accidente pretende alejarse de todas las personas que lo estiman. Su tutor, quien lo ha cuidado desde niño, busca que vuelva a ser el mismo chico amable y tierno que era en su juventud. Aunque esto le está tomando más...