IMAGINA XVII.

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Situación: La boda.
Personajes: Todos.
Fecha: 5 de agosto de 2002.

***

Era hoy, hoy sería el día.

Y es que tras tantos años y tantas idas y venidas, tras una separación de tres años Ron por fin se convertiría en mi marido oficial.

Por desgracia amanecí la mañana de mi boda sola, pues Arthur, el padre, obsesionado con los muggles, de Ron, había oído la estúpida superstición de que ver a la novia antes de la boda daba mala suerte. Por esa razón Ron se fue a dormir a la Madriguera y me dejó en nuestro apartamento completamente sola.

Aún en la comodidad de mi cama admire el vestido de novia que colgaba de la puerta del  armario, todavía con la funda puesta para no dañarlo.

Era temprano y la boda sería por la tarde, podría dormir y disfrutar del silencio...o eso pensaba.

En cuanto cerré los ojos para volver a dormir el sonido de la chimenea mágica y de varias voces y pies se hizo presente.

Gruñí sobre la almohada.

Con pereza y aún con el pijama salí a la sala principal.

En el salón se encontraban Ginny, Luna, Hermione, Seamus y ¿Terry?

Con ellos traían varios maletines y maletas.

Les miré confusa.

—Estaba durmiendo.—me queje.

—¿Cómo puedes dormir el día de tu boda?—soltó incrédula Hermione dejando uno de los maletines sobre el sofá.

—La boda es por la tarde.—respondí obvia.

—Por eso hemos venido a ayudarte.—dijo emocionada Luna, con su melena rubia mucho más corta que cuando era adolescente.

Mire a los dos chicos con el ceño fruncido.

—Entiendo que Seamus este aquí, porque es mi caballero de honor.—comencé diciendo apuntando al nombrado.—¿Pero por qué no estás con Ron y Friday?—pregunté dirigiéndome a Terry.

Terry rodó los ojos.

—Estoy más a gusto aquí, donde no esté mi hermano.—respondió con fastidió.

Mire a Hermione en busca de más información. La castaña negaba con la cabeza a la vez que miraba a su cuñado.

—Los idiotas han discutido por una tontería.—me miró al hablar.—Y casi me ha suplicando que le trajera aquí.—se burló Hermione.

—Y mi madre ha salido antes para ir a buscar a la tuya.—intervino Ginny por primera vez.—Deben de estar apunto de llegar.—

—Necesitaremos mucha ayuda para adecentarte.—se rió Seamus mientras me miraba de arriba abajo.

Le miré mal y le saque la lengua de forma infantil.

Tras las risas que provocó el comentario de Seamus, la chimenea se encendió y por ella salieron mi madre y Molly.

Y la paz que teníamos se fue a la basura. Ambas madres comenzaron a dar órdenes y a obligarnos a hacer algo en todo momento. Mientras una nos dirigía la otra llamaba por teléfono para comprobar que todo estuviera bien.

A decir verdad según pasaba el tiempo y viendo tantas personas a mi alrededor me comencé a poner nerviosa y a preocuparme porque algo saliera mal.

Tras una mañana intensa entre quejidos y risas llegó el momento en el que tendríamos que ir a la ceremonia.

KING || RON WEASLEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora