IMAGINA XIX.

187 2 0
                                    

Situación: Cita en la colina.
Personajes: Ron y Piper.
Fecha: 4 de agosto de 2001.

***

Tarde un poco en volver a acostumbrarme a estar aquí, las cosas habían cambiado mucho en tres años. Ya no solo mis amigos y mi familia, también yo había cambiado.

Mis padres se habían empeñado en recuperar cada minuto perdido en todo este tiempo, y lo entendía después de todo habían perdido una hija y acaban de recuperar a la otra.

—¡Cariño, el desayuno!—escuche el grito de mi madre desde la cocina.

Me sentía rara, después de tres años sola, siendo independiente y haciendo todo por mi cuenta volver a casa y tener que estar bajo la mira de mis padres me abrumaba.

Baje las escaleras hasta la cocina encontrándome con un enorme desayuno y con mis padres sentados en la mesa, esperándome.

—Buenos días.—dije sentándome con ellos.

Ellos comenzaron a hablar, contándome lo que pensaban hacer en el día de hoy, preguntándome constantemente como estaba y queriendo saber que había vivido estos años. Yo les contestaba todo lo que podía, aún había cosas que no era capaz de contar, cosas que no quería que nadie supiera, sin embargo el peso de esas cosas se estaba haciendo cada vez más grande y comenzaba a no saber como soportarlo.

El timbre de la puerta sonó interrumpiendo la extensa conversación que había alargado demasiado el desayuno.

—Ese debe de ser Ron.—dije levantándome inmediatamente.

Mis padres sonrieron complacidos, ellos eran los fans número uno de Ron, les parecía la pareja perfecta para su hija, admiraban todo lo que había hecho con Harry Potter, le agradecían por todo lo que había hecho por ellos y adoraban todo lo que me cuidaba.

—¿Vas a pasar el día con él?—preguntó mi madre emocionada.

—Algo así.—dije yo un tanto incómoda, se empeñaban en saber todo lo que hacia cada momento.

Cogí mis cosas y corrí hasta la puerta.

—Hola, Ron.—le dije sonriendo.

—Hola.—Ron se inclinó para besarme pero se interrumpió a si mismo y miro a mis espaldas.

Me gire confusa y me encontré con mis padres mirándonos atentamente, suspiré agobiada.

—¿Nos vamos?—dije ignorando a mis padres y cogiendo la mano del pelirrojo.

Ron asintió un poco incómodo y siguió mis pasos.

—¿Ha pasado algo?—pregunto dirigiéndose al coche de su padre.

Cuando nos montamos solté todo el aire reprimido.

—Solo son mis padres siendo pesados.—dijo con desesperación.—Quieren recuperar el tiempo perdido y lo entiendo pero no puedo más.—

—Acaban de recuperar a su hija, ten paciencia.—dijo acariciando mi rodilla.

—Tienes razón, además a ti te adoran.—le sonreí y la sonrisa de Ron se hizo más ancha.

Finalmente Ron arrancó el coche y salimos volando.

***

En verdad no teníamos nada planeado, solo quería distraerme un poco por eso le pedí a Ron que me llevara a algún sitio tranquilo. Él me obedeció y nos llevó hasta una gran colina cerca de su casa, donde corría la brisa y había un agradable olor a flores.

Ron estiró una manta sobre el pasto y se tumbó sobre ella, mientras yo seguí sus pasos y me tumbe junto a él.

Ambos comenzamos a hablar, a hablar de nuestras vidas, de su trabajo en la tienda, de mis, casi acabados, estudios y de lo que queríamos hacer. Sin embargo apenas hablábamos de lo que habíamos hecho en esos tres años que no nos vimos, en un principio había sido yo la que no quiso hablar del tema pero ahora había algo que me estaba carcomiendo y una parte de mi gritaba por decírselo.

—Ron.—le llamé mirando al cielo.—¿Qué hiciste durante los tres años que estuvimos separados?—pregunté sin miramientos.

Ron se rió un poco.

—Ya lo sabes, estudié para auror y poco después de graduarme fui a trabajar con George a la tienda.—me respondió con simpleza.

Me mire y él hizo lo mismo.

—Me refería con tu vida.—aclaré.—No se, tus hobbies, lo que hacías en tu tiempo libre, con quien salias, todo eso.—dije encogiendome de hombros.

—Oh.—exclamó un poco afectado.—La mayor parte del tiempo estuve triste y aislado o con mi familia. Fueron momentos muy duros.—

Me sentí mal, no deberia haber preguntado.

—Lo siento, no debería haber dicho nada.—dije arrepentida.

—No, no, no pasa nada.—aseguro cogiendo mi mano.—Pensé mucho en ti, siempre tenía la esperanza de que aparecieras y al final lo hiciste.—me sonrió con dulzura.

Sonreí algo sonrojada.

—¿Y no hiciste nada para despejarte?—me comenzaba a sentir realmente mal, Ron se había pasado tres años pensando en mí.

—Sí, por supuesto.—aseguró.—Salía con nuestros amigos, pasábamos mucho tiempo juntos.—

—¿Y no conociste a nadie?—solté la gran pregunta.

La sonrisa de Ron se debilitó y me miro confuso.

—¿Te refieres a tener relaciones?—preguntó y yo asentí.—No, la verdad es que no.—dijo más serio.—¿Por qué? ¿Qué hiciste tú?—

Trague saliva, ahora venía el momento de la verdad. Tenía que decirle toda la verdad, me estaba matando por dentro y era injusto para Ron ocultarselo.

—Lo primero que hice cuando me fui fue ir a por todo el dinero que tenia.—comence a relatar.—Con ese dinero conseguí irme lo más lejos posible, me fui al punto más aislado que pude, pero no estaba sola como yo pensaba. Encontré una comunidad de magos alternativos que usaban la magia para conectar con su interior y me enseñaron a hacer lo mismo.—miré a Ron y el seguía expectante.—Allí conocí a una persona con la que tuve sexo.—dije lo último con un poco de temor.

Ron se quedo estático unos segundos pero no tardo mucho en reaccionar.

—Bueno, fueron tres años es lógico que te relacionaras con otros chicos.—habló sensato.

—Y chicas.—añadí.

Los ojos de Ron se abrieron como platos.

—¿En serio?—preguntó entre sorprendido y curioso.

—Después de tener sexo con uno de los miembros de la comunidad descubrí que con el sexo mi dolor disminuía, las voces se callaban y las pesadillas desaparecían.—la explique desesperada.—Seguí viajando y teniendo sexo para calmar mi dolor.—

Ron me miró con lástima y acarició mi mejilla.

—¿Y sabes que es lo peor?—le pregunté con los ojos cristalinos al recordar todo el dolor que sentí.—Que en cada una de esas experiencias solo pensaba en ti, solo quería que fueras tú el que me besara y tuviera sexo conmigo.—dije un poco avergonzada.

Ron sonrió un poco y tiro de mi para acurrucarme entre sus brazos.

—Ahora estoy aquí y voy a besarte y tener sexo contigo cada vez que me lo pidas.—me aseguro besando mi frente.—Si follar de hace sentir menos dolor, te voy a fallar todos los días.—dijo mirándome a los ojos.

—Sabes que contigo no es solo sexos, ¿verdad?—le dije con una sonrisa divertida.

—Lo sé, tú y yo hacemos el amor.—finalizó antes de besar mis labios con dulzura y lentitud.

Ron me fue tumbando sobre la manta y sin parar sus besos se colocó sobre mi.

KING || RON WEASLEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora