IMAGINA XVI.

166 4 3
                                    

Situación: Noche en la biblioteca.
Personajes: Lena y Scorpius.
Fecha: 2 de noviembre de 2021.

***

Salí corriendo entre los pasillos de las habitaciones de las chicas, no tarde mucho en llegar a las escaleras que daban al salón de la Sala Común de Slytherin.

Antes de salir me asomé ligeramente, para comprobar cuantas personas había allí. Para mi mala suerte en una de las mesas se encontraban dos alumnos, medio dormidos y con libros encima de la mesa.

Me moví sigilosa hasta que llegue a uno de los sofás de la sala y me escondí tras él.

No paso mucho tiempo cuando sentí una mano que tapaba mi boca y una tela cayendo sobre mi.

Por un momento me asuste y mis ojos azules lo reflejaron con claridad, hasta que finalmente lo enfocaron a él. Con sus ojos grises y su pelo rubio tan despeinado como podía, con tal de no parecerse tanto a su padre como ya lo hacía.

—Scorpius.—suspiré aliviada cuando apartó la mano de mi boca.

Me sonrió con timidez.

—¿Qué es esto?—susurre tocando la tela que nos cubría a ambos.

—La capa de Invisibilidad, se la he robado a Albus.—dijo como si fuera completamente obvio.

—¿No se habrá despertado?—dije de forma escéptica, levantando una ceja.

—Tranquila, nadie se ha enterado de que me he ido.—dijo orgulloso.—Pero si no quieres que nos pillen será mejor irse.—mientras decía eso tuvo el atrevimiento de tomar mi mano y levantarnos a los dos.

***

—Scorpius, ¿me vas a decir ya a donde vamos?—dije apenas sin ver nada por la capa y mi pelo molestando.

—Eres muy cansina, Lena.—dijo molesto después de preguntarle por sexta vez.—A la sección prohibida de la biblioteca.—dijo entre dientes.

Arrugue el ceño confusa.

—¿Qué hay allí interesante?—pregunté todavía siguiendo sus pasos.

—¿Te quieres callar? Nos van a oír.—el rubio parecía molesto y nervioso, pero le hice caso y me callé.

Hasta que finalmente entramos a la biblioteca, completamente en silencio, solo con la pequeña luz que salia de la varita de Scorpius.

Llegamos a una de las estanterías de la sección prohibida y fue hay cuando Scorpius tiro la capa al suelo y sentí el aire pasar mejor sobre mi cara.

—Muy bien, ya estamos aquí, ¿me vas a decir que hacemos aquí?—dije levantando una ceja para mirarle fijamente.

Scorpius hizo una pequeña sonrisa y ladeo la cabeza, ahora su actitud parecía nerviosa.

—Quiero que leas un libro.—dijo algo tímido y eso me extraño.

—¿Qué? ¿Me has traído hasta aquí por un libro?—dije algo molesta.

El rubio se arrasco la nuca y se movió hacia una de las baldas en concreto, donde cogió un libro.

El libro esa de un rosa gastado y dañado, con remates de color dorado. Era grande y pesado y cuando Scorpius los dejó sobre la mesa una gran capa de de pollo se levantó por el aire.

Me acerqué a ver el libro pero este no tenía título, ni autor, solo un enorme dibujo de un corazón.

—¿Por qué no tiene título?—pregunté levantando la mirada del libro a él chico rubio.

El chico no me estaba mirando pero ante mi pregunta me miro.

—El libro cuenta muchas historias diferentes, que se escriben solas.—respondió con una pequeña sonrisa.

—¿Cómo?—una sonrisa divertida escapó de mis labios y no le deje responder cuando me dispuse a abrir el libro pero no pude, sus hojas parecían estar pegadas.—¿Por qué no se abre?—dije molesta luchando con el libro.

Mire a Scorpius con el ceño fruncido y el sonreía.

—El libro cuenta las historias de amor de las verdaderas almas gemelas, y solo dos almas gemelas pueden leerlo.—a medida que hablaba su cara se sonrojada.

De pronto me puse nerviosa, sentí como mi estómago se removió y como mi ceja se alzaba.

—¿Y qué hay que hacer para abrirlo?—dije curiosa.

El rubio se movió y se acerco más a mi y al libro, casi rozando nuestros cuerpos.

—Se supone que si dos almas gemelas lo tocar a la vez el libro se abrirá y se empezará a escribir su propio capítulo en este.—la voz de él sonaba nerviosa y algo temblorosa.

Mire el libro y mis nervios aumentaron. Después mire a Scorpius.

—¿Quiere tocarlo conmigo?—dije tratando de sonar tan segura como acostumbraba a ser, aunque estuviera con los nervios alterados.

Scorpius abrió los ojos sorprendido y enseguida asintió repetidas veces.

En silencio y con manos temblorosas Scorpius y yo dirigimos nuestras manos a la cubierta del libro. Nos miramos a los ojos antes de finalmente tocar con nuestras manos el libro.

Por unos segundos no pasó nada, hasta que de pronto una luz rosa y luminoso el corazón del libro y nos cegó a ambos. El libro se abrió, lentamente, pasando sus hojas escritas a mano donde en algunas se distinguían algunos nombres.

Hasta que finalmente las hojas  se detuvieron, dejando a la vista las caras en blanco y lentamente y de forma manuscrita se empezaron a leer palabras. De esta forma se distinguió a la perfección lo escrito;
LENA WEASLEY y SCORPIUS MALFOY.

Por unos segundos no se escucho nada, tan solo la respiración pesada de Scorpius, quien estaba a mi izquierda. Me quede mirando esas palabras, analizando lo que significaba y sintiendo como el pecho me dolía y el corazón se me aceleraba.

—Somos almas gemelas.—el suspiro del rubio sonó, parecía sorprendido y emocionado, como si le faltará el aire.

Sus palabras me hicieron apartar la mirada del libro y fijarme en él.

Su rostro esta sonrojado, con las cejas alzadas y la boca semiabierta, aun no había sido capaz de apartar la mirada del libro.

—¿Esto no es una broma, verdad?—solté de pronto, aterrada porque así fuera.

Eso pareció hacer reaccionar a Scorpius y me miro confuso.

—¿Qué? Desde luego que no.—parecía ofendido y molesto.—Quería saber si...—el rubio comenzó a tartamudear y hablar de forma torpe.—...si bueno, no se...si tu y yo...—parecía nervioso.

—¿Si tú y yo que?—le interrumpí para que lo soltara de una vez, aunque ya sabía lo que iba a decir.

Bajo la mirada al sueño y soltó un largo suspiro.

—Si tú y yo podríamos estar juntos.—dijo al fin.

Una pequeña sonrisa escapó de mis labios.

—Verás, Scorpius.—dije agrandando mi sonrisa y acercándome lentamente a él.—A mi lo que diga un libro me la suda, yo puedo estar con quien quiera.—dije de forma dura pero sin quitar la sonrisa. El rostro de Scorpius se hundió y su ánimo pareció de caer.—Pero...da la casualidad de que el libro y yo queremos lo mismo.—solté con más ánimo.

Los ojos ilusionados del Slytherin no tardaron en hacer contacto con los míos y antes de que pudiera abrir la boca, agarre su corbata y los besé en los labios.

KING || RON WEASLEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora