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—RUPTURA—
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PIPER.
—¡PIPER, VUELVE AQUÍ!—el grito George se oyó desde la otra punta del pasillo.
—¡Que me dejes, no quiero verte!—me giré para encararle.
George se acercó a grandes zancadas hasta mi pero nuestra cercanía no le impidió seguir gritando.
—¡No te dejo, no puedes ser así de celosa!—dijo frustrado.
—¡No estoy siendo celosa!—dije fuerte.—¡Pero Katie se la pasa insultándome y haciéndome el vacío desde que somos novio!—mi voz ya sonaba desesperada.
Suspiré para calmarme y volví a hablar.
—Solo te pedí que lo entendieras y tomaras distancia. Pero la ves más a ella que a mi.—Esta realmente enfadada.
—¡Y tu cada vez que estoy contigo estas como en tu mundo y pasas de mi!—dijo juntando mas su cara a la mía.
Y si otra vez estamos discutiendo, por tercera vez en esta semana.
Desde hace dos semanas nuestra relación consiste en discutir y luego besarnos. Y esta vez la cosa esta demasiado caliente, él tenia sus motivos para estar harto y yo también, pero siempre acabamos perdonándonos.
—¿No te has preguntado porque estoy con Katie aunque te trate mal?—me dijo en un tono hiriente. Le mire sería sin intención de abrir la boca.—¡Porque ella sí me ve, si me presta atención!—volvió a gritar.—¡Porque ella no es una niñata con demasiados pájaros en la cabeza como para prestar atención a su novio, y no puedo más!—su último grito fue devastador y me dolió profundamente.
George nunca me había dicho nada así, y nunca creí que utilizaría nuestras pequeña diferencia de edad como arma para herirme. Me dolió, él tenía razón en la parte en la que estaba algo ausente, pero yo también. Los dos sabíamos que estábamos haciendo cosas que dañaban al otro, pero esto fue un golpe muy bajo.
Le mire con los ojos cristalinos, con mucho dolor. No dije nada más y salí corriendo aguantando cualquier lagrima que quisiera escapar.
No sabia muy bien donde me dirigía, las clases de hoy habían finalizado y ahora tendría que ir al Gran Comedor a cenar, pero no tenia hambre solo quería desaparecer en cualquier lugar.
Cuando me fijé bien estaba en un pasillo cerca de la torre de astronomía, no quería andar más y me senté en el suelo apoyando la espalda y la cabeza en la pared, mientras dejaba caer dos lagrimas silenciosas.
***
Después de un rato ahí sentada escuche los maullidos de la Señora Norris y por miedo a que apareciera Filch me fui corriendo de allí.
