Después de lo poco que pudo escuchar escondido entre las sombras, Gael tenía que claro que Simón aún sentía algo por Sonia y que ella lo había olvidado por completo. Supo aconsejarlo para que esa familia pudiera salir adelante de forma desinteresada, y eso sólo sirvió para que la admirara aún más de lo que ya lo hacía.
Pero escuchar lo de su enfermedad... ¿Qué enfermedad? No tenía ni idea de que Sonia hubiera estado enferma, y si hubiese sido grave, Saúl se lo habría contado. Le dio mucha tristeza escuchar que era casi imposible que pudiese ser madre, él tenía la certeza de que hubiese sido la mejor madre del mundo. En parte ya lo había sido, de Saúl, y había hecho un gran trabajo. Un rato después llamó a su puerta.
—Buenas noches, venía a ver si habías tenido algún problema con algo de lo que hemos instalado—pudo ver que Sonia estaba seria—¿Estás bien?
—Saúl vino esta tarde también por eso y ya le dije que todo estaba perfecto.
—Me alegra escuchar eso pero ¿Tú estás bien? —repitió.
—Sí claro, como siempre—forzó una sonrisa—Iba a salir ahora—señaló la mochila donde guardaba su cámara—Hace una noche preciosa, mira que luna—los dos alzaron la vista hasta el cielo—Gajes del oficio, supongo—esta vez sonrió de verdad—¿Quieres venir?
—¿De verdad puedo ir?—lo preguntó con la misma ilusión que cuando era un niño y eso a Sonia le encantó.
—Claro que sí—ambos salieron de la casa y subieron al coche de ella.
Iban en silencio dentro del coche, Sonia conducía hacia las afueras, desde ahí tomaría algunas instantáneas del pueblo iluminado por los puntitos de luz, que en realidad eran farolas y la luna llena en todo su esplendor.
La radio estaba encendida y sonaron las primeras estrofas de la canción «Dispara lentamente» de Manuel Carrasco.
«Y tú, que tienes la llama prendida en mi pecho,
cuántas veces me dije por dentro, somos una batalla perdida»
«Y yo, que soy el culpable de todos tus miedos,
y a la vez quién te llena de sueños,
no consigo que cure la herida...»
Gael carraspeó sin saber cómo actuar mientras Sonia fingía normalidad, pero el pulgar de su mano derecha sobre el volante, la delataba.
—Bonita canción—comentó Gael.
—Sí, sí que lo es. Oye, si tienes planes o algo dímelo y te llevo a casa.
—No tengo ninguno—contestó con una sonrisa mientras la miraba, aunque ella no lo vio.
—Es que te he propuesto venir sin ni siquiera preguntar—se encogió de hombros mientras buscaba un hueco para aparcar.
—Me gusta este plan y...—se detuvo a tiempo de decirle algo que pudiera incomodarla.
—Vale—se bajaron del coche y caminaron unos metros—Ven, por aquí—había un pequeño escalón de tierra y piedra y Sonia lo saltó hábilmente.
—Estas en forma ¿Eh?—él también lo saltó y se colocó a su lado.
—No está mal para una persona que está a una hora y pico de convertirse en una anciana ¿No?
—Nada mal—miró su móvil, había otro mensaje de Lola.
LOLA—Dime cuándo podemos vernos, te echo de menos... Llevas unos días muy raro.
GAEL—Cuando pueda te aviso, estoy muy liado.
LOLA—Vale cariño.
Tenía varios mensajes de Lola en los últimos días, y todos eran semejantes a ese. Lola y Gael no tenían nada serio, eran amigos que disfrutaban de la compañía del uno del otro, pero ella a pesar de tenerlo claro, no pudo evitar enamorarse de él. Gael siempre fue claro cuando le dijo que no sentía nada por ella más que una amistad, pero por unas cosas o por otras, siempre terminaban juntos en la cama, y eso le parecía bien hasta hace una semana, la llegada de Sonia lo había cambiado todo. Desde entonces, había estado evitándola pero ya era hora de hablar con Lola y sincerarse.
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A través del tiempo (2023)
RomanceTras la muerte de sus padres, Saúl se cría con sus abuelos maternos, su tía Sonia y con la compañía de su único amigo, Gael. El niño desarrolla un carácter sobreprotector y algo posesivo sobre su tía y con la ayuda de su mejor amigo, trataran de sab...