CAPÍTULO 10

9 2 0
                                    

Sonia estaba en su casa recordando una y otra vez lo sucedido. ¿Por qué lo había hecho? No tenía respuesta a esa pregunta, sólo se había dejado llevar y, aunque muy en el fondo le había gustado, sabía que era un error demasiado grande. Se sentía mal porque era un chico al que siempre había querido mucho pero lo de ahora...Era bastante distinto. No podía quitárselo de la cabeza, le gustaba todo de él, tanto lo que podía verse como lo que no. Personas así, no abundaban, entonces se hizo otra pregunta. ¿Por qué un hombre como Gael se sentía atraído por alguien como ella?

Gael intentó dormir, pero le fue imposible, estuvo toda la noche dando vueltas pensando en ella. A la mente acudieron recuerdos de su pasado, Sonia siempre había estado ahí, con Saúl y con él cuando se metían en líos, desde aquella época, se sentía muy bien cuando estaba con ella. El día que se fueron del pueblo para irse a Valencia, él tenía doce años y ya entonces sospechaba que quizá sentía algo más que cariño y agradecimiento por Sonia, o al menos, todo lo seguro que puede estar un chico a esa edad. Podía enumerar la multitud de cosas que le gustaban de ella, pero tranquilamente se le podría hacer de día.

Sabía que era una mujer compleja y tenía inseguridades debido a todo por lo que había tenido que pasar, pero también era muy tozuda, y que si quería aclarar lo sucedido, tendría que ser él quien diera el primer paso. Y así estuvo Gael, pensando en todo esto hasta que finalmente el alba le sorprendió.

Paula amaneció más tranquila aquel día y después de darle un baño a María y desayunar las dos, fue en busca de su móvil y estuvo buscando algo. Un rato más tarde, Simón llegó a la cocina y se sentó con ella a tomarse un café.

—Hola—Paula levantó un segundo la mirada de la pantalla para saludar a su padre, pero al ver que él sólo la observaba sin decir nada, soltó el teléfono—¿Pasa algo?

—No sé—se cruzó de brazos—Dímelo tú.

—No pasa nada papá—no quería preocuparlo con sus cosas, no ahora que estaban intentando tener una buena relación.

—Paula, sé lo que pasó ayer—ella cerró los ojos con fuerza—Sonia me lo contó ¿Ibas a ocultármelo?

—A ver papá...Hasta hace apenas unos días, pasabas de mí—Simón bajó la cabeza avergonzado—Es normal que me cueste compartir mis cosas contigo.

—Lo sé hija—le acarició una mano con cariño—Y sé que paso a paso, lo conseguiremos.

—Tampoco quería preocuparte, es un tema zanjado—María se removió inquieta y su madre la cogió en brazos.

—Sólo quería saber si estás bien—miró a su nieta sonriendo—Si las dos lo estáis.

—Estamos muy bien, de verdad—le pasó a la niña y Simón se quedó petrificado con ella en brazos—Es hora de que os conozcáis mejor ¿No?

—Claro—la observó detenidamente—Se parece mucho a ti cuando eras pequeña—la niña empezó a balbucear y a su abuelo se le caía la baba con su nieta.

—Creo que no mucho, al menos físicamente—cada día se parecía más a ese hombre, pero no le importaba, era su niña, suya y sólo suya—Y también creo que necesitas tú también un babero—dijo riéndose—Me gustaría comentarte algo.

—Soy todo oídos.

—Me...me gustaría presentarme a los exámenes de Septiembre y terminar el bachillerato. Aún aparezco como alumna a pesar de no haber estado mucho tiempo, aún puedo hacerlo.

—Es una gran idea y sé que lo puedes sacar adelante seguro. Si necesitas dinero...—Paula lo cortó.

—Quiero intentarlo por mi cuenta y supongo que necesitaré algo de dinero por si me falta alguna cosa—estaba muy feliz porque era la primera vez que su padre la apoyaba en algo.

A través del tiempo (2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora