CAPÍTULO 23

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Después de comer, Adri, Paula y María, fueron a un parque cercano para que la niña jugara un rato en los columpios antes de volver a casa.

—Adri ¿Cuándo termines de estudiar ya no te veremos más?—preguntó María por curiosidad.

—Espero que sí, si me llamáis, claro—le acarició el pelo a la pequeña mientras miraba a su madre.

—Por supuesto que nos veremos, y a Vero también. Somos amigos y los amigos aunque no se vean a diario, siguen siéndolo—le aclaró Paula.

—Ah vale. Mami, me voy a jugar.

—No te vayas lejos y ve con cuidado—le gritó porque María salió disparada a su columpio favorito—Esta niña, es un caso, le gusta saberlo todo.

—Eso es bueno, es normal que tenga curiosidad a su edad, no creo que te aburras con ella.

—Pues no, la verdad. Demasiado bien me ha salido para el poco tiempo que paso con ella, casi toda su vida me ha tenido a medias.

—Eso no es cierto, todos sabemos lo que te esfuerzas por ser una buena madre. Trabajas para sacarla adelante y encima terminando una carrera que no es fácil. No todo el mundo puede presumir de ello, pero tú sí. Cuando tu hija crezca, lo valorará mucho, estoy seguro—le pasó un brazo por encima de sus hombros en un gesto cariñoso.

—Gracias por ser mi mejor amigo—apoyó la cabeza en su hombro sin perder de vista a su pequeña.

—Paula—Adri titubeó un poco—Tengo que decirte algo importante.

—Dime—levantó la cabeza de su hombro—¿Qué pasa? Te has puesto serio de repente.

—Paula—se aclaró la garganta, estaba muy nervioso—Yo...

—¡Vero!—gritó María al ver a la amiga de su madre.

—Hola enana—la cogió en brazos y empezó a dar vueltas con ella—¿Y tu madre?

—Allí, con Adri—le señaló con el dedo.

Cuando Vero los vio, tenía pinta de que por fin su amigo le diría a Paula lo que siente por ella. Pero cuando la niña gritó su nombre, los dos miraron en su dirección, esperaba no haberla pifiado.

—Buenas tardes queridos amigos, yo también me alegro de veros—saludó alegremente.

—Hola guapa—Paula le levantó y la saludó.

—Hola Vero—dijo Adri un poco más serio.

—Mami ¿Me llevas al baño? Me hago pis—esto último lo dijo de forma que sólo la escuchó su madre.

—Ahora venimos—madre e hija fueron en busca del baño más cercano.

—¿Y a ti qué te pasa?

—Nada...¿Sabes que eres muy oportuna?—no estaba enfadado con ella.

—¿Por?—en ese momento cayó en la cuenta de que quizás lo que había imaginado pudiera ser verdad—¿No me digas que ibas a decírselo ahora?

—Sí, estaba a punto de hacerlo—confesó—Pero has llegado tú y...

—¡Joder Adri! Lo siento muchísimo, yo no lo sabía—se disculpó—Pero si quieres, me llevo a la enana un rato y habláis sin interrupciones.

—No, da igual, ni siquiera sé si hubiese sido capaz—se levantó del banco de un salto—Me voy. Invéntate la excusa que quieras, nos vemos Vero—poco tiempo después, Paula y María volvieron allí.

—¿Y Adri?

—Ha tenido que irse, tenía cosas que hacer o eso me dijo.

—Qué raro. Antes de que llegaras me quería decir algo importante ¿Tú sabes de qué se trata?

A través del tiempo (2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora