Lena había sido un respiro en todo lo que había pasado desde que había llegado al pueblo. Entre tantas cosas malas, ella era lo único bueno.Pensé que comería el pastel como lo había dicho conmigo, pero no lo hizo. Al contrario, solo me veía devorar el pastel y preguntándome porque había decidido este pueblo, teniendo tantos los cuales, porque este.
La respuesta era clara, no lo sabía. Había algo en este pueblo que cuando decidí conocerlo por primera vez me había atraído, inclusive en aquel momento, las personas se veían felices, y había muchas más casas con familias, ahora solo parecía ser un pueblo fantasma.
El hecho de que la tranquilidad inundaba también era un punto importante del por cual lo había elegido. Cuando comencé la carrera de periodista fue cuando me enteré de lo estresante que podían llegar a ser las personas, y lo difícil que podía ser algo tan fácil como escribir una nota, una biografía si la persona no cooperaba.Nos reímos, y disfrutamos de la compañía de la otra. Lena además de ser hermosa, tenía un carisma y una personalidad que enamoraría a cualquiera, sería extraño que una persona como ella estuviera sola.
— Creo que ya debería de irme, el sol está por salir. — Al escuchar eso, me paré de golpe del sofá mirando que efectivamente estaba por amanecer. Habíamos pasado la noche juntas y no me había dado cuenta de eso, las horas con ellas fueron minutos, por un momento me sentí triste de que se iría. Alice no había vuelto a verla y si bien me gustaba estar sola, por alguna razón su compañía se sentía bien, cómoda y a la vez extrañamente familiar.
— Oh está bien. — Sería cobarde no preguntarlo— Te volveré a... ya sabes, ¿ver? — Veía como comenzaba a caminar hacia el pasillo que daba la puerta principal hasta que se giró lenta y calculadora, observando mis gestos. Seguro era un tomate, me veía ridícula y desesperada. No sabía dónde meterme, qué hacer o para dónde escapar, tierra trágame. Le sonreí.
— Me verás cuando yo quiera verte Kara, volveré.
Sin más, se fue. Sus palabras fueron firmes, pero las sentí suaves. Sería extraño quedarme mirándola mientras la veía alejándose, pero no podía despegar mi mirada de ella. Sus pasos eran lentos, de un pestañeo a otro solo logré ver una pequeña sonrisa en la comisura de sus labios, mientras se adentró al bosque, y desapareció.
No podía dormirme, era inútil hacerlo. Necesitaba salir, respirar y conocer el pueblo.
Mi cabeza seguía centrada en ella, en sus manos, su manera de hablar, su toque, su voz y todo lo que venía de ella, me sentía tonta pero por primera vez no confundida o encerrada conmigo misma.
No podía decir que tenía sentimientos por ella, no los tenía. Pero algo en mi, quería ir más allá.
Explorar, explorarla.
Cuando me puse mis zapatillas, me dirijo hacia la puerta, con las llaves que tenía en el bolsillo de mi pantalón cerré la cerradura y comencé a caminar. Algo que había notado era que la gran mayoría de los días, el cielo se encontraba gris.
Al comenzar a caminar, crucé por la casa de la anciana, estaba caminando hacia el parque del bosque, con el collar de lo que parecía ser de Kieran. Como si supiera lo que estaba pensando, vi como su mirada se dirigió a mi, posando su ojo sin quitarme la mirada.— No ha vuelto, se había ido en la noche y estoy buscándola. — Asentí, no sabía qué decir. La anciana me daba una espina y no de las buenas, sentía que ocultaba algo, algo grande y peligroso. Luego de lo que pasó en su casa la noche anterior, no confiaba en nadie.
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PULSO - Supercorp
FanfictionUn pueblo con casas que guardan una historia detrás de sus paredes. Un espeso bosque que mantiene secretos ocultos. Un misterioso lago y parque abandonados. Una anciana y su gata, que tienen todas las respuestas que Kara necesita.