Derek miró dentro de la habitación de Stiles y la vio vacía. Ya era tarde y el sheriff ya se había acostado. Derek se había dado una ducha rápida, no queriendo dejar a Stiles solo por mucho tiempo. Al parecer los diez minutos que le tomó fueron demasiado. Stiles tampoco estaba abajo.
El alfa se estremeció cuando dio un paso hacia el aire fresco, su cabello aún húmedo provocó que un escalofrío recorriera su columna. O eso es lo que se dijo a sí mismo. Podría haber sido la familiaridad de la noche. Una ciudad que había dejado atrás hace años y a la que juró no volver nunca más. Las cosas que hacía por Stiles. Debería haber sabido que el humano lo llevaría de regreso, pero ni siquiera se le había pasado por la cabeza.
Respirando profundamente, Derek captó el olor de Stiles, un aroma que, a diferencia de este pueblo, nunca olvidó. Lo siguió calle abajo, sacudiendo las últimas gotas de agua mientras lo hacía.
Derek no sabía dónde esperaba encontrar a Stiles, pero no era el cementerio. Quizás su antiguo loft. O caminando sin rumbo por el bosque. Tal vez incluso el antiguo mirador al que solían ir él y Scott. Pero allí estaba Stiles, sentado contra el costado de una lápida, con las rodillas dobladas hacia el pecho y la cabeza inclinada como si estuviera avergonzado.
"¿Stiles?" Derek frunció el ceño preocupado al darse cuenta de quién era la lápida junto a la que estaba sentado.
"Debería haber pensado que me encontrarías." Habló Stiles, levantando la cabeza para que sus ojos tristes se encontraran con los de Derek.
"¿Qué estás haciendo aquí?" Derek sabía que era obvio lo que Stiles estaba haciendo en un cementerio, pero no podía imaginar que fuera el mejor lugar al que ir en su estado mental.
"Nunca he estado aquí, al menos no desde el funeral." Respondió Stiles, con los ojos recorriendo el lugar.
Derek levantó una ceja con curiosidad.
"Me fui unos meses después de que sucedió. Nunca vine de visita. Me sentí demasiado culpable." Una vez más la cabeza de Stiles cayó avergonzada. Cogió una botella que estaba a su lado y se la llevó a los labios.
El corazón de Derek dio un vuelco. Había cogido la botella de Jack Daniels de su padre.
"Después de hoy..." Stiles miró a Derek con el ceño fruncido. "Ella estaba triste. Nunca había estado triste antes. Siempre estaba enojada y acusadora. Esto no era menos acusador en realidad, pero estaba llorando. Nunca había hecho eso antes."
Derek se arrodilló frente a Stiles. "En realidad no era ella." Le recordó.
"Casi desearía que fuera así para poder disculparme y saber que ella lo escuchó. Me he disculpado un millón de veces, pero nunca parece suficiente. Nunca pude decirle adiós. Nunca pude agradecerle por estar ahí para Scott y por ayudarnos y por estar de nuestro lado a pesar de su historia familiar. Nunca pude agradecerle por ser alguien en quien Isaac podía confiar. Por protegerme a pesar de que era un monstruo. Por perdonarte." Stiles levantó la botella para sus labios otra vez.
"Stiles, nunca fuiste el monstruo, nunca pienses que lo fuiste. Y en cuanto a que ella me perdonó, si ella pudo perdonarme por morder a su madre entonces ¿qué te hace pensar que ella no te perdonaría por lo que le pasó?, aunque no haya sido tu culpa. Ahora podrá estar con su madre." Derek colocó una mano reconfortante en la rodilla de Stiles para que el humano lo mirara. No era bueno consolando a la gente, nunca lo había sido, pero quería ayudar a Stiles y quería que dejara de culparse a sí mismo.
"A veces, desearía haber muerto cuando él lo hizo. Entonces esto no dolería tanto." Stiles se mordió el labio inferior.
Los ojos de Derek se oscurecieron. "No hables así. Lo único que tu muerte habría logrado es lastimar a quienes te aman. Tu papá estaría completamente solo. Sé que no quieres eso."
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A Poison I Drink Often (Sterek) (Traducción)
ФанфикHa pasado un año desde que Stiles se fue de Beacon Hills. Tiene un trabajo y una vida alejados de lo sobrenatural, pero su pasado sigue persiguiéndolo. Las pesadillas y los recuerdos de aquellos a los que perdió lo mantienen despierto. Pretende esta...