Lisa's POV
Estaba terminando de maquillarme los ojos cuando oí que la puerta de la entrada se abría, entonces, vi en el reflejo del espejo que Ben entraba al baño.
-Hola, nena... ¿Estás lista para esta noche? -Sentí su cuerpo pegado a mi espalda y aguanté un suspiro, tan solo sonreí de forma falsa y asentí mientras guardaba el maquillaje en la bolsita.
Durante este proceso tuve entre mis manos la esponja de maquillaje que utilicé con Jennie. Le había llamado tanto la atención ese objeto... ¿Cómo estaría ella? Una sonrisa esta vez verdadera se dibujó en mis labios sin quererlo.
-Venga, termina que nos tenemos que ir. -Dio una palmada en mi trasero y le miré con resentimiento, no quería hacer esto.
Salí del baño con mi móvil en la mano marcando el número de la casa de mis padres. Un toque... dos toques...
-Hola, cariño.
-Hola mamá. Que... ¿Está papá por allí? -Carraspeé con intención de que mi madre no notase la preocupación en mi voz.
-Ha ido a cenar con sus compañeros... ¿por qué? ¿Qué te preocupa? -Vi que Ben me hacía señas de que debíamos irnos ya, pero yo solo le di la espalda.
-Nada, mamá, quería saber si estábais todos bien. Os quiero un monton. - Y sin más, colgué, guardando el móvil en mi bolsillo.A los pocos minutos ya estaba de copiloto en el coche de Ben, en silencio, mirando las luminosas calles del centro donde pasábamos, miles de dudas surgían en mi cabeza, pero gracias a Dios, Ben se mantenía callado.
-Ben. -Dije sin mirarle tan siquiera.
-Dime, mi amor. -Puso una mano sobre mi muslo acariciándolo.
-¿Hasta cuándo va a durar esta mierda? -Él de inmediato quitó la mano de mi muslo al escuchar aquella pregunta, el silencio se hizo de nuevo en el coche, hasta que él volvió a hablar en el aparcamiento de la discoteca.
-Tú vas a estar dentro y yo me ocupo de la puerta. Los demás están contigo dentro, así que no te preocupes
-Asentí saliendo del coche colocándome una pequeña mochila negra donde tenía toda la mercancía de la noche.
Estuve en aquel antro, era de esos que estaban abiertos durante todo el
día, daba igual la hora, siempre estaba abierto y lleno de gente, así que estuve allí durante unas horas, la gente se me acercaba disimuladamente y pedía lo que podía pagar, yo, de inmediato, me guardaba el dinero en donde iba pudiendo, el sujetador, los bolsillos, incluso en mi ropa interior. Pero entonces hubo algo, o más bien alguien, que me llamó la atención.Una chica un poco más alta que yo estaba en una esquina intentando quitarse a un hombre de encima, pero el chico no hacía más que insistir e insistir mientras ella forcejeaba con él. De inmediato que vi la intención del chico de llevarla hacia los baños a tirones, fui hacia allí con paso decidido, abriéndome paso entre la multitud. Tan pronto como estuve allí, el chico me miró con una sonrisa socarrona.
-Creo que he encontrado un mejor juguetito que tú, rubia. -Dijo él mientras se acercaba a mí, pero lo que no se esperaba es que los tacos de la suela de mis botas militares iban a impactar en sus pelotas con tanta fuerza que se tiró al suelo chillando del dolor.
Agarré el brazo de aquella chica y entonces sí la llevé a los baños, encerrándonos en uno de los cubículos con el seguro de la puerta puesto.
-Podría habérmelas arreglado sola sin que hicieras de heroína, gilipollas. -Escuché la voz de la chica por primera vez a mis espaldas, entonces me giré y me la encontré de brazos cruzados mirándome.