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Jennie's POV

Estar de nuevo bien con Lisa (o al menos, mejor que antes) me hacía bien a mí misma. Dormía más que antes, comía más, y me pasaba las tardes pintando lienzos en blanco encerrada en el estudio. Mamá dice que el colegio aún no está reparado y han dado unas especies de "vacaciones" hasta que todo vuelva a la normalidad, pero aun así, a nuestros mails sigue llegando tarea...
Ahora, después de cenar, había quedado con Lisa para hacer una videollamada, así que, después de alimentarme lo justo para no tener hambre, lo cual era algo complicado, subí a mi habitación, me puse una camiseta que me llegaba por los muslos y unos shorts deportivos, y así, me senté a lo indio sobre el colchón, ojeando un poco mi portátil mientras Lisa se conectaba o no.

Por un momento, me sentí observada, lo cual era algo estúpido, puesto que estaba sola en mi habitación, pero estaba tan extrañada de aquel sentimiento, que terminé por levantarme de la cama y cerrar las cortinas. En ese momento, me llegó un mensaje al móvil el cual me sobresaltó por la tensión de sentirme observada, fuí hacia él y sonreí mínimamente al ver quién era.

Moonbyul: Hola :) ¿Tienes un momentito para hablar conmigo?

Volví a mirar la hora, sí, eran las diez y media, ¿no era demasiado tarde como para tener una conversación?

Yo: La verdad es que estoy un poco ocupada... Estoy esperando para que Lisa me llame. ¿Te ocurre algo?

Al instante, me respondió al mensaje.

Moonbyul: Ow... nada, ¿Lisa? Deja mucho que desear. ¡Nos leemos! ;) <3

El mensaje que estaba ante mis ojos me hizo quedar un poco anonada, ¿qué quería decir con "dejaba mucho que desear"? Ugh, odiaba este sentimiento de que quizá me estuviese equivocando... Lo importante es que
estuviese feliz, ¿no? Pero... Lisa me ha hecho mucho daño con esta última cosa y...

El sonido de la llamada de Skype en mi portátil me despertó de los pensamientos negativos que estaba teniendo, entonces corrí a mi cama, me senté como antes, coloqué mi cabello para que cayese por mis hombros y al relamerme los labios, cogí la llamada, viendo a Lisa directamente con una cola de caballo algo mal hecha y masticando algo.

Creo que se dio cuenta de que me quedé embobada mirándola, porque cuando terminó de masticar soltó una risita y a mí me dolían las mejillas de sonreír.

-¿Cómo está la chica más bonita del mundo? -Alcé ambas cejas y ladeé la cabeza, entonces una sonrisa socarrona hizo presencia en mis labios.

-Escuchar... escuchar tanto a Rosie y... sus canciones de amor... te está volviendo tonta. -Alcé las cejas en gesto de broma y empezamos a reír las dos.

-Bueno, eso es cierto. ¿Cómo va todo por allí? ¿Has sabido algo de...?

-No. -Corté rápidamente, hablar de eso me ponía triste y ella se dio cuenta porque al momento ya estaba cambiando de tema.

Nos pasamos la noche hablando, a mí me costaba un poco pero a veces ya estaba hablando con algo de fluidez con ella, lo que me hacía sentir en cierto modo orgullosa de mí misma, ¿me habían hecho daño? Sí, porque mentiría si dijese que no había dolido en ciertas ocasiones, pero estos últimos meses he crecido tantísimo en lo que a mi trastorno se refiere que en momentos como este, en los que estoy tranquilamente hablando con Lisa, casi no recuerdo la sensación que oprime mi pecho. ¿Sabéis lo que es que estuviese atada desde que tenía uso de memoria por algo que ni siquiera yo sabía lo que era y la sensación que implica el aflojamiento de mis muñecas? Mis marcas de ataduras ahora toman el aire fresco un poco.

𝐂𝐚𝐨𝐬 | 𝐉𝐞𝐧𝐥𝐢𝐬𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora