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Jennie's POV
Desperté poco a poco, ¿cuándo me había quedado dormida? ¿Cuánto llevaba en tal estado? Sentía unas cosquillas en mi rostro, y al abrir mis ojos, me encontré con la mirada adormilada de Lisa, la cual tenía la barbilla apoyada en mi pecho y con su dedo índice estaba acariciando mi rostro, repasando los detalles. Sonreí inmediatamente y llevé mi mano a su mejilla, dejando una caricia corta en esta, pasando un mechón de su pelo rubio por detrás de su oreja.
-Menos mal que has despertado, estaba contemplando la opción de ir a por Kuma y dejarle que te lamiese la cara... Tu madre ha llegado hace media hora. -Me alarmé un poco al escucharla, ¿mi madre nos había visto dormir juntas?- Tranquila, le he dicho que nos hemos quedado dormidas viendo una película...
Volví a sonreírle mirándola fijamente, levanté un poco la cabeza y le di un beso en la comisura del labio.
-¿Has... has descansado? -Pregunté a quemarropa de su piel y ella asintió, rodeándome con su brazo para achucharme en su cuerpo.
-He descansado mejor de lo que podría haber imaginado nunca. -Reí por lo bajo, haciendo que rodásemos en el colchón para quedar yo encima de ella, la abracé y escondí mi rostro en su cuello.
-A veces... pienso que... que no hay nadie c-como tú para... para mí. - Dejé un tierno beso en la piel de su cuello, el cual me permitió sentir temblar mis labios por la risita que a ella le salió.
-Eres tan maravillosa que no dudo si algún día alguien se obsesione en hacer que sientas por él o ella...
-Ella. -Dije firmemente y reí, mi sexualidad nunca había sido un tema de conversación ni con Lisa ni en casa, pero ahora, en este mismo instante, tenía claro que me gustaban las chicas. Me gustaba Lisa. ¿Quién sabe si el futuro puede cambiar las tomas?
-Bueno, ella, pero la persona que se sienta atraída por ti puede ser un chico, ¿no?
-Cállate... -Dije poniendo mis dos manos sobre los labios de Lisa, superpuestas una a otra para alzarme un poco y mirarla fijamente a los ojos. Apoyé mis labios sobre las manos, como si nos besásemos, pero con mis manos de por medio. Sus ojos se achinaron en señal de que estaba sonriendo y yo también lo hice de nuevo.
Mordió la palma de mi mano y yo me quejé, pero volvimos a acabar riendo como idiotas, yo sentada a horcajadas ahora encima. Coloqué mis manos en su abdomen y lo acaricié un poco mientras me quedaba mirándola, pero mis ojos bajaron poco a poco a sus brazos, tenía una camiseta de mangas cortas negras y dejaba a ver el filo del tatuaje de las rosas que tenía tatuadas en la parte superior del brazo y hombro.
-¿Aún... aún no te... no te lo has acabado? -Me relamí los labios viendo de soslayo que ella negaba con la cabeza, entonces me levanté rápidamente, buscando por mi escritorio mis rotuladores antiguos pero que aún valían.
-¿Vas a pintar el tatuaje? -Con la caja de rotuladores, me puse en el lateral de la cama aún de pie y asentí fervorosamente.
-Es-está feo así. Sientate... -Y cuando lo hizo, yo me puse a su lado, de cara a ella, hasta con una pierna extendida por detrás de su cuerpo. Puse la caja de rotuladores a mi lado en la cama y le alcé la corta manga de su camiseta.
-No va a doler, ¿verdad? Oh, dios, tendría que haber traído crema anestésica para tatuajes... -Dramatizó la escena y yo entre risas le di un golpe suave en su brazo.
-¡Lisa! -Me quejé y entonces se calló.
Comencé a rellenar de colores su tatuaje, no era para nada lo que cualquiera puede imaginarse con un rosal porque lo rellené de distintos colores y ninguno como lo vería el resto del mundo. Las hojas eran naranjas por ahora.