Kris me mira entrar al departamento. Libero un suspiro mientras cierro la puerta. Es tarde y la dichosa junta me deja sin energía. El cansancio me tumba los hombros y el ánimo hasta el suelo.
―¿Todo bien, Sam? ― pregunta mientras se sienta en la mesa del comedor.
―Estamos en quiebra... ―le digo con agobio.
Se sorprende tanto que cambia inmediatamente de semblante.
―¿Tan mal van las cosas? ―inquiere preocupada.
―Kent Vince nos visitó en Padge. ―Tuerzo la boca―. Tramaba liquidarnos. Todo parece indicar que tenemos otra oportunidad para incrementar las ventas.
―Pronto necesitarás otro empleo ―insinúa con una mueca.
Kris tiene toda la razón. Reflexiono. Haber concluido la universidad me abre las puertas en otras empresas, incluidas aquellas que contratan periodistas. Siento una especie de angustia correr por mis venas. Parte de mi cheque contribuye a nuestra estancia en Manhattan y regresar a casa no figura entre nuestros planes. Kristen aún tiene pensado concluir la carrera de ciencias políticas. Por ahora trabaja como asistente educativa, pero no deja de lado la propuesta hecha por Emeth: divorciarse de Jenny e irse a vivir a Londres. Desearía contar con una varita mágica y poder cambiar algunas cosas de nuestro presente. Empezando por el desamor de Patrick. Su recurrente presencia en mi subconsciente no le da cabida a alguien más. Thomas es atractivo, es pálido, con el cabello oscuro y su fornida figura enamora. Tiene brazos largos y espalda ancha. Un trasero curvo y redondeado. El deseo de toda mujer cincelado en persona, un completo adonis. Me cuesta desearle, sus ademanes un tanto delicados me orillan a verlo solo como amigo. No tengo tabúes o etiquetas hacia nadie, solo considero que a pesar de lucir tan encantador no tiene eso que busco y que encuentro en mi seductor favorito. Siento vibrar el móvil. Es Adele.
Contesto y un nudo me viene a la garganta de inmediato. Llevo semanas incomunicada. Mi madre resopla con gran sentimiento de congoja.
―Sam, cariño... ¿Estás ahí?
Su chillante tono de voz me orilla a confirmarle en un susurro.
―¡Mamá!
Abruptamente inicia con una irrefrenable lluvia de preguntas. No es para menos, ha tenido el tiempo suficiente para estructurar cada una de ellas.
―Sam, ¿cómo estás? ¿Cómo está tu hermana? ¿Dónde se han metido? ¿Por qué no me han llamado? ¿Todo bien? ―impacientada interroga.
Como parte de su deshago, mamá suelta todas las preguntas en una sola bocanada de aire.
―Sí, mama. Estamos bien... Kristen y yo ―le digo mientras tomo asiento en la sala.
―Te noto distraída, Sam... ―me dice en un susurro.
―Debe ser por el estrés del trabajo ―expreso mientras me libero de las zapatillas.
―¿Tienes problemas en Padge? ―averigua confundida.
―No, mamá. La rutina diaria es abrumadora ―respondo sin esperar condolencias.
―Tu hermana, ¿está contigo?
―La tengo justo enfrente... ―contesto, luego sonrío con Kris.
―Dale un beso de mi parte
Kris tiene la boca ocupada con alimento, aprovecho para pegarle un grito desde la sala.
―¡Dice mamá que te manda un beso!
Mamá hace una pausa y después continúa con el cuestionario.
―¿Cuándo las tendré de regreso?
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Antifaz de medianoche [En Librerías Digitales]
RomanceSamanta Lee es una chica recién egresada de periodismo, que reside en Manhattan al lado de su hermana Kristen. Sam, trabaja en una tienda de antigüedades y se refugia en las redes sociales. En su búsqueda por el ciberespacio conoce a Patrick, un ho...