Capítulo 1

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Estoy asustada, creo que correré lejos, tan lejos que no pueda verme. Siento nervios, muchos para ser precisa y creo que estoy a punto de sufrir de taquicardia. Nos hemos comunicado por mensaje de celular, él es algo distraído y es posible que no conteste pronto. Sé que lo hará hasta que esté cerca. Al menos eso presiento. No le conozco físicamente, pero hemos mantenido contacto a través de la red social 'Facebook'. Patrick parece buena persona y en fotografía es sumamente atractivo. Tiene piel clara, cabello castaño y unos ojos color café. No es cualquier café, pudiera presumir que su tipo de ojos tiene un pigmento único. Parece ser un chico modesto y de buena familia. Nuestras ideas parecen discrepar entre líneas, por eso le he pedido que éste sea nuestro primer encuentro.

Suena mi dispositivo con un pequeño tono silbante. Las campanas internas suenan tan alocadas como una canción de Avril Lavigne, Girlfriend, para ser exacta. Llega y entra al estacionamiento del café, Starbucks. Mis manos están sudorosas, he roto uno de los folletos que tiene la mesa en la que he decido esperarle, las promociones de los frappe no se ven para nada apetecibles hechas añicos. Le veo acercarse a la puerta, estoy sentada justo a unos metros de la barra. En ese instante, siento recorrer un calambre por todo el cuerpo.

Ingresa, toca la puerta y se desliza como todo cazador, dispuesto a utilizar sus armas de seducción. Contengo la respiración un par de segundos. Él, viste casual. Una playera café moca oscuro, pants y zapatos de Manolo Blahnik. Su cabello tiene corte especial y afila su cara. Creo pensar que luce más delgado en persona. Estoy nerviosa, espero impaciente su mirada conectada a la mía y descubro que tiene pintada la duda en la cara. Me pongo de pie, le saludo extendiendo el brazo derecho y agitando los dedos. Me doy cuenta que llevo una blusa morada entallada y que favorece poco mi figura. Remarca las imperfecciones de cada parte de mi cuerpo y estoy incómoda con los leggings color negro que llevo puestos. Me frustra parecer una vaca... Y si... ¿Le parezco gorda? ¿Si no le gusto? ¿Si decide irse poco después de conocernos? Me atormenta suponer que puedo no ser su tipo de chica y que puedo decepcionarlo en la primera cita. En cambio, el luce como recién salido del aparador de una tienda de Oscar de la Renta. Hago otro juicio a mis uñas, las observo y me doy cuenta de que olvidé pintarlas. No me toma ni un segundo, para cuando me abraza sorpresivamente y me aprisionan sus brazos. ¡Santo Dios! Su cuerpo junto al mío se convierte en el mejor espacio sobre la tierra y un fuego intenso me hace sentir la sangre en llamas.

― Buenas tardes, Sam. ― Pronuncia.

Dejo caer mis brazos sobre mis costados y le observo fijamente. Me ruborizo.

― Buenas tardes, Patrick.

Estoy avergonzada, percibo las miradas de todos y cada uno de los clientes del café. No estoy haciendo nada malo, por mi mente desfilan los peores comentarios sobre mi persona. No me es fácil adaptar la formación que recibí, a mi actual comportamiento. Me hundo en la banca.

― ¡Es un placer! ―

― El placer es mío.―

― ¿Café o frappe? ― Cuestiona.

Frappe... ― Respondo en un susurro.

Tomo con ambas manos los pedazos del tríptico y los comprimo con fuerza sobre la mesa, escondo cada trozo bajo las palmas. Espero impaciente. Llega con dos frappe de oreo. Se sienta y me mira con un brillo intenso en los ojos. No puedo comenzar la charla, estoy nerviosa y él parece también estarlo, aunque sabe disimular a la perfección.

― ¿Todo bien? ― Pregunta.

Medito al emitir respuesta, me resulta fácil ser imprudente y es lo menos que deseo. Le deseo a él, con fuerza, impulsivamente y con cada una de las hormonas de mi cuerpo.

Antifaz de medianoche [En Librerías Digitales]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora