Los ojos que todo lo ven: Hyuuga Hinata

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Advertencia: Escenas sangrientas explicitas.
-Hiashi siendo un mal padre (como siempre).
-Capítulo muy largo.
-Posibles spoilers del manga.

La princesa Hyuuga nació un 27 de diciembre de 1992, justo en una de las peores tormentas de nieve que había azotado la aldea de Konoha en los últimos 50 años. La luna llena que se ubicaba en el cielo esa noche se encontraba tapada por las gruesas nubes, privando de su hermoso brillo al tan orgulloso clan Hyuuga, el clan de "Los ojos de Luna". Hikari dio a luz a una sana y preciosa niña, Hinata fue como amorosamente la llamaron sus padres, porque a pesar del tormentoso momento en el que nació, ella era su lugar soleado, tal como el significado de su nombre indicaba.

Todo parecía indicar que la niña tendría un futuro prolífico en su vida ninja, la familia y el momento en el que había nacido daban señales de eso, por lo que, en cuanto caminó se le comenzaron a enseñar las costumbres y tradiciones del clan, preparándola para su nombramiento oficial como heredera a los 3 años no solo frente a la aldea, sino a todo aquellos que tuviesen una minina relación con el mundo shinobi, incluyendo a la gente conocida como "hechiceros". Al hablar, las clases de vocabulario fueron inmediatas, logrando que la niña pudiese comunicarse tan bien incluso con su reducido léxico.

Cuando la reunión de clanes llegó, Hikari lo acompañó para mantener a su hija lo suficientemente entretenida durante la junta. Al llegar, no esperaba encontrarse con el heredero de los Gojou, incluso sin su Byakugan activo podía ver lo fuerte que era, tal vez por la costumbre de estar a veces rodeado de hechiceros le era posible percibir más fácilmente lo que ellos llaman "energía maldita", y aun si no fuese así, el niño a leguas tenía el suficiente poder de borrar del mapa a todos en esa sala, quizás haciéndolos una masa de carne y reducirlos a magnitudes inimaginables. Se tensó al pensar que, por un breve momento, el peliblanco miró en su dirección.

La risa de su pequeña hija lo sacó de sus oscuros pensamientos, había sido suave, apenas perceptible, pero lo suficientemente conocida y aliviadora para que la mirara jugar con la muñeca de trapo que alguien del Boke hizo para ella por su tercer cumpleaños. Desde que llegaron, Hinata se mostró nerviosa y cohibida detrás de Hikari, algo normal en la pequeña, aún tenía esperanzas de hacerla cambiar esa actitud en un futuro, por el momento, dejaría que actuase así por consejo de su esposa.

Cuando su hija notó su penetrante mirada en ella, bajó la cabeza y se hundió más contra las piernas de su madre. Definitivamente tendrá que mostrarle el correcto comportamiento de un Hyuuga cuando regresen a Konoha.

Unos minutos después, la junta dio comienzo por fin, siendo él, su mujer y la niña de pie. Todos, casi todos, los observaron con atención.

—Hyuuga-sama, nos alegra tenerlo a usted y su mujer con nosotros este año —habló un anciano de alrededor de 60 años, calvo, casi en los huesos y con una barba blanca que llegaba hasta el suelo al estar de rodillas, pareciendo ser el líder de la reunión.

—Es un placer, como representante de la aldea de Konoha, asistir a esta reunión. Esta vez tengo un comunicado que hacerles —bajó la mirada, extendiendo la mano hacia la niña, quien se escondió más detrás de su madre. La mujer sonrió cálidamente, susurrándole algunas cosas hasta que pudo hacer que avanzara hasta su padre y tomara su mano, ocultando la mitad de su rostro con la manga de su kimono, dejando solo los ojos a la vista—. Esta es mi heredera, Hyuuga Hinata, a partir de este momento me acompañará a las reuniones que se celebren.

Los demás, exceptuando al niño del clan Gojou, hicieron una reverencia en señal de respeto hacia la pequeña. Bajó la mirada avergonzada, ocultando sus aperlados ojos de todos.

Hiashi dejó que su hija volviese con Hikari y se arrodillo al igual que los otros, dando como iniciada la reunión.

A lo largo de media hora se estuvo hablando de temas relacionados con los shinobi y los hechiceros, en los cuales, el Hyuuga se mostraba bastante participativo, dando discursos que el Hokage había puesto a su cargo, dando noticias y algunos tratos que se pretendían realizar a lo largo del próximo año con los hechiceros.

Ojos que todo lo venDonde viven las historias. Descúbrelo ahora