Capítulo 6

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Loid

Lloro de forma desconsolada, con la parte del torso en la mesa de la cocina de casa y con los brazos cubriéndome la cara. Papá me da palmaditas en la espalda, trasmitiéndome ánimos. Quiero sollozar por la eternidad.

―Ya verás que se soluciona, lo hablarán.

―¡¡Le pegué y le grité!! ―chillo con desesperación―. ¡¡Soy el peor amigo del mundo!!

―No, no, solo te estabas defendiendo.

―Me quiero morir. ―Más lágrimas mojan mi rostro―. ¿Qué se suponía que debía hacer?

―Hablaremos con Eliza ―menciona a la madre de mi amigo―. Y veremos qué le ocurre a Milo, capaz pasamos algo por alto, jamás había actuado así.

―Dije cosas horribles ―me sigo lamentando.

―¡¡Traje galletas!! ―Entra mamá a la cocina con ánimo―. ¡Toma! ―Apoya la bolsa en la mesa―. Son tus favoritas. ―Hace una gran sonrisa.

―¡¡No quiero, quiero morir!! ―Sollozo más.

―Ay, no ―responde ella y alza los puños con ímpetu―. ¡¡Arriba, tú puedes, lo lograrás!!

Me refriego los ojos, para luego levantar la cabeza y ponerme erguido, aun así, me mantengo cabizbajo.

―No sabía de los sentimientos de Milo ―cuento algo más calmado―. Pero pudo habérmelo aclarado de otra manera, no entiendo de dónde salió ese beso, me dio miedo. ―Mis ojos vuelven a humedecerse―. Nunca me había tratado así, no sé cómo puedo enfrentarlo ahora.

El timbre suena y mamá se asombra.

―Uh, ¿quién será? ―Mira a papá―. ¿Tú llamaste a alguien?

―Para nada ―niega mi padre, entonces ella va a atender.

―¡Milo! ―expresa cuando abre la puerta y empalidezco―. No creo que Loid quiera hablar ahora contigo ―le aclara, afligida―. Lo lamento.

―Quiero pedirle disculpas. ―Oigo la voz pacífica de mi amigo.

―Uh, espera, le preguntaré. ―Se me acerca―. ¿Quieres hablar con Milo? Estaremos en la otra habitación por si necesitan algo ―me avisa.

Me quedo en silencio un momento, bajando la vista y luego la levanto para responder.

―Está bien. ―Suspiro.

Mamá y papá se retiran, entonces me quedo a solas con mi supuesto amigo. Él agarra la silla de en frente de mí y procede a sentarse. Ha vuelto a ponerse los lentes, me mira sereno a través de estos.

―Lo admito, me pasé, no debí haberte forzado. Fue intenso, lo lamento.

Frunzo el ceño, pues no me ha parecido nada sincero.

―¿Qué te pasa? ―pregunto, molesto.

Acerca su rostro al mío, entonces me paralizo.

―¿Puedes guardarme un secreto?

―S... sí ―digo no muy convencido.

―Tengo un ente maligno en mi cuerpo ―confiesa.

―¿Qué? ―expreso, estupefacto, y se ríe, así que frunzo el ceño―. ¿Te burlas de mí? No estás en condiciones ―dictamino.

Borra su sonrisa.

―Hablo en serio. ―Se quita los lentes―. Su magia me ha curado, pero ha lastimado a otros. ―Toca mi mano―. Debes ayudarme, Loid.

Alejo mis dedos de los suyos.

―Debemos decirle a nuestros padres ―manifiesto.

―Ellos no pueden hacer nada.

―Claro que sí, ellos ya tuvieron problemas con un ente maligno antes, tienen más experiencia que nosotros.

Suspira.

―No entiendes, quiero ayudarlo a él. ―Sonríe.

―¿Disculpa? ―Enarco una ceja.

―Loid, algo peor viene por él, y si no lo destruimos, todo acabará.

―¿Peor? ―Enarco una ceja―. ¿Qué es peor que un ente maligno que es varios a la vez?

―Un ente que tiene el poder de viajar entre dimensiones, secuestrar a otros, igual de poderosos, y utilizarlos a su favor. Un ente que puede hacer eso y muchas más cosas inimaginables. Se hace llamar el señor Crawford y, actualmente, está entre nosotros.

 Se hace llamar el señor Crawford y, actualmente, está entre nosotros

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Yo leo "Crawford" y ya me emociono 🙈💕

Jovan y Aradia adultos 💖

Saludos, Vivi.

Voces Oscuras: Energía NegativaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora