𝐔𝐍 𝐇𝐈𝐉𝐎 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐌𝐈 𝐌𝐄𝐉𝐎𝐑 𝐀𝐌𝐈𝐆𝐎 [BKDK]

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑽

"𝘛𝘖𝘋𝘖 𝘈 𝘊𝘈𝘔𝘉𝘐𝘖 𝘋𝘌 𝘜𝘕 𝘚𝘜𝘌Ñ𝘖"

Miles de sensaciones lo envolvían, era inevitable estremecerse al sentir las grandes manos de Katsuki tocando todo su cuerpo, lo atrajo aún más cerca de el, gozoso por aquel delicioso cosquilleo que oprimía cualquier pensamiento coherente, solo se concentraba en el tibio calor que el cuerpo del alfa desprendía.

-Vamos a la cama- propuso en un murmullo Katsuki, alzando al omega, haciendo que este le rodeara su cadera con sus piernas. Volviendo a besarlo consciente de que Izuku no razonaba normalmente, pero sabia muy bien que era mejor así, ya después se encargaría que no hubieran arrepentimientos. Cruzaron la puerta de la habitación a pasos desesperados, guiados por el ímpetu del momento.

Izuku pudo sentir como su espalda tocaba la cama y un escalofrió recorrió su columna vertebral. Abrió los ojos concentrándose en las iris rojizas del alfa, tirándole del abrigo hasta hacerlo caer encima de su cuerpo, llevando su boca hasta el lóbulo de la oreja, mordisqueando sensualmente, escuchando leves gruñidos por parte de Katsuki. Siguió con su juego, excitándose cada vez mas, por las caricias nada pudorosas que recibían sus glúteos.

-¿Te eh dicho alguna vez que me vuelves loco?- susurro Katsuki besándole la barbilla a Izuku hasta llegar a sus labios y mordisquearlos sin llegar a besarlo. Moviéndose provocativamente ascendente y descendentemente friccionando su cuerpo con el de Izuku.

-No, nunca lo dijiste Kacchan... ¡Bésame!- pidió Izuku encorvando su cuerpo hasta pegar su boca a la del rubio y llevar una de sus manos a la cabeza de Katsuki para que no existiera ningún espacio entre ellos. En una de las tantas vueltas Izuku quedo arriba sentado sobre el marcado torso del alfa, deslizando la punta de sus dedos por debajo del abrigo, torturándolo, hasta que decidió quitárselo.

-¡Esto es una locura!- pronuncio de pronto Izuku escondiendo la cabeza en el cuello de Katsuki.

-No estas arrepintiéndote ¿Verdad?- inquirió el alfa separándose un poco del cuerpo ajeno, para que lo mirara. El ardor de su cuerpo lo oprimía, si paraban en aquel momento Katsuki sabia que seria una frustración que lo llevaría a la ira, solo había que convencer de nuevo a Izuku. Tomó al omega por las caderas y las movio en torno a su miembro, cortándole la respiración a Izuku.

-No quiero dejar de ser tu mejor amigo, no quiero perderte- interpuso Izuku con voz suave, temeroso, pero la dilatación de sus ojos le daba a entender a Katsuki que su cuerpo también lo deseaba.

-Nunca me perderás Izuku, solo dime que si, ¡Por favor!- rogó besándolo nuevamente, pasando sus manos por detrás del omega, para acariciarle la espalda.

-Prométemelo... prométeme que si te doy un hijo, seguiremos siendo amigos- pidió Izuku, con temor a decir lo que en verdad pensaba.

Katsuki lo abrazo tiernamente, comprendiendo su rendición, por fin había aceptado, Izuku le iba a dar un cachorro, no había forma de describir como se sentía, porque solo alguien con amor por otra persona aceptaría sin imponer algún beneficio de por medio. Pero lo que no sabía Izuku es que el rubio estaba dispuesto a darle todo lo que él pidiera y mucho más.

-Si Deku, siempre serás mi amigo- y algo más, pensó para si, con una felicidad que lo envolvía, busco sus labios y lo beso como si no hubiera mañana, mientras con sus manos se encargaba de desabrochar el pantalón, que en esos momento si le parecían demasiados apretados, de un movimiento tumbo al omega boca arriba en la cama complacido por que el pantalón cedió.
Las piernas de Izuku eran un tentación, siempre había tenido unos cuantos pensamientos indecente por causa de esa costumbre que el omega tenia de andar desnudándose enfrente suyo como si el no tuviera sangre en las venas. Agarro una de las piernas y la puso entorno a su cintura, mientras su lengua se encargaba de saborear la blanca piel, comenzando en la pantorrilla hasta subir a los muslos, siguiendo hasta la ingle, escuchando como la respiración de Izuku se volvía entrecortada. Pero no se detuvo ahí, subió hasta el vientre plano, dedicando igual atención a esa zona, chupando y probando cada centímetro de piel en el omega.