𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑽𝑰𝑰𝑰

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Las aguas de la pequeña caverna le dio la bienvenida a los dos cuerpos desnudos, como si ese fuera su único propósito apartar del mundo a aquellos dos seres del resto.

— Esto es muy bello Kacchan, ¡Me encanta!— manifestó con alegría Izuku sorprendido ante la maravillosa visión que tenían sus ojos.

—Me alegro que te guste… ven aquí— lo atrajo hacia su cuerpo desnudo abrazándolo en forma reconfortadota.

"Dios cuanto amaba a ese nerd" pero cada vez que intentaba aproximarse un poco, el huía de sus brazos"

—Si piensas que con esto me compras estás equivocado— advirtió Izuku alejándose  —Para eso hace falta una caja de bombones— se burlo echándole agua en la cara al rubio.

Katsuki solo lo observaba entre juegos, delante de el estaba el Izuku dulce y amable, el que se desprendía de sus temores y permitía que el camino hacia el fuera como miel. Katsuki estaba impaciente por poder observar como cambiaba ese cuerpo menudo, por ese vientre abultado ante la presencia de su hijo en su cuerpo, el cual seguramente seria tan hermoso, como Izuku.

— ¡Kacchante estoy hablando! — Reaccionó cuando Izuku grito y se hundió en las aguas no tan profundas. Por un momento su cerebro se quedo paralizado, pero después comenzó a mirar el lugar donde el omega salía a la superficie muy sonriente. Y ahí frente a sus ojos estaba la persona mas loca que en sus vida había conocido.

— ¡Si vuelves hacer eso, te llevare nuevamente en la cabaña! —  amenazo con voz neutra nadando hacia Izuku.

—Y después dices que el aburrido soy yo —
Katsuki lo apretó contra su cuerpo, arreglándole los cabellos que se le pegaban a la cara por el agua.

—Tienes que tener cuidado Deku, piensa que ahora puedes estar embarazado— dijo el rubio con calma.

— Estas un poco paranoico— Izuku rodo los ojos intentando alejarse un poco del cuerpo ajeno —Con la poca profundidad del manantial dudo ahogarme para este siglo— Beso la mejilla de Katsuki con ligeros toques hasta llegar a su boca.

— Si, como todas las veces que tragaste un puñado de agua en la piscina infantil del centro de ancianos— se burlo el rubio entre besos.

— Esa piscina es resbalosa, además alguien tiene que cuidar a los nietos de los ancianos cuando hay reuniones familiares — justifico Izuku.

— Pero tu ya no lo haras, cuando nos mudemos juntos tendrás otras tareas de la cual encargarte— susurro el alfa contra sus labios.

Izuku arrugo el ceño, ante la terquedad e insistencia en lo de vivir juntos. No, nunca permitiría que su santuario sagrado, como el llamaba a su apartamento, se convirtiera en una casa de citas.

—Si, como levantarme temprano para ir al acilo de ancianos, ir al periódico y redactar mis notas sobre el movimiento omega en Japón, así que no permitire que tu conviertas mi apartamento en un circo…— comenzó a mover su cadera coqueteando y rozando su trasero con el muslo de Katsuki.

— Se te olvido los pañales del cachorro, nuestra habitación, poner mi ropa en tu clóset y dimitir de tu trabajo mientras estés embarazado no trabajaras— hablo Katsuki en el mismo tono que el omega había utilizado antes.

— Los pañales los acepto, pero mi clóset es muy pequeño, y no pienso dejar de trabajar solo por que tú lo quieras… estamos de acuerdo en todo— Izuku trato de soltarse del abrazo, el agua calida y maravillosa estaba comenzando a enfriarse como su esperanza de que Katsuki rectificara su opinión.

—¿Te eh dicho ya que te quiero?— pregunto Katsuki para cambiar de tema.

—Si, desde los once años, aunque en aquel tiempo eras algo egocéntrico y feo— dijo Izuku poniendo aire inocente.

𝐔𝐍 𝐇𝐈𝐉𝐎 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐌𝐈 𝐌𝐄𝐉𝐎𝐑 𝐀𝐌𝐈𝐆𝐎   [BKDK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora