19. Monstruo en la cabeza

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Sus ojos se abrieron poco a poco, encontrándose con una  luz blanca, cegadora.

Suspiro.

Ahí estába de nuevo.

Miró hacía la ventana y simplemente los recuerdos volaron su cabeza.

Había estado así dos o tres veces más.

Siempre lo olvidaba.

El monstruo de su cerebro iba creciendo con rapidez.

Una y otra vez.

Simpre era lo mismo.

Crecía.

Empeoraba.

Recordaba todo.

Le operaban en el hospital.

Se quedaba vegetal.

Sus padres le desenchufaban.

Despertaba al día siguiente en su cama.

Giró su cabeza hacía el otro lado, encontrando ahí a Marjorine, dormida sobre si misma en una pequeña e incómoda silla.

Trató de recostarse en la camilla, para finalmente levantarse de esta y agarrarla en brazos (Con mucha dificultad, nuestro niño no era precisamente fuerte) para dejarla en la camilla. Después se tumbó junto a ella, y le miró respirar.

Se sentía orgulloso, lleno, feliz.

Veía su pecho ir y venir, las corrientes de aire de su nariz, las puntas de su pelo con esa forma de tobogán. Le encantaba ese pelo tan lacio pero que solo en las puntas se formara esa espiral.

Y ella abrió los ojos.

Se recostó sobre la camilla angustiada.

"¿Estás bien, nena?"

Ella se puso la mano en el pecho, algo más tranquila después de analizar la situación.

"Ken... Sí, estoy bien, solo... Oh Dios, pensé que eras otra persona"

Kenny levantó una ceja en modo de duda, pero no iba a preguntar. No iba a preguntar por qué a juzgar por su reacción, no iba a ser bueno.

Ella se quedó callada por unos segundos, hasta de verdad realizar que era Kenny, por lo cual le abrazó. Sus brazos rodearon su cuello, los de Kenny sus caderas, pero sus cabezas estaban apoyadas en los hombros de los otros.

Marjorine le besó, al principio le sorprendió un poco al rubio, pero sin dudarlo correspondió, agarrando firmemente sus caderas. Se acercaron un poco más, ella se colocó encima de él y con solo mirarse fue suficiente para saber que los dos querían continuar.

Continuaron con el beso, las dos manos de Kenny bajaron lentamente desde sus caderas hasta sus glúteos, apretando firmemente mientras los brazos de Marj se encontraban tras su cuello.

Se separaron para respirar, para después continuar, colocándose los dos de lado.

Dieron por terminado por ese momento, se miraron fijamente, lo suficientemente cerca para que sus narices se encontraran entre ellas.

"Te amo" Dijo Kenny.

"Lo sé" Marjorine sonrió.

¿Esperar dos días? A la mierda.

"Marj, si no estás preparada no hay problema, no quiero presionarte, pero... "

Marj adelantó su respuesta.

"Sí. Kenny, estoy lista. Kenny, quiero salir contigo, quiero ser tu novia, que nos demos la mano. Ya me da igual lo que diga mi padre. Te amo más de lo que me preocupa"

Querido Kyle 1/3 [Kenjorine]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora