Capitulo XIII

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Tal y como Tarantula había jurado, las tormentas invernales y los ataques a los pobladores de zonas rurales de Paru habian cesado, aun con la duda del grupo, Kaine pudo convencerlos de que estaban en buenas manos. Era el momento perfecto para acabar con todo; su siguiente objetivo era el vaticano y por ende, el papa.

—¿Tienes alguna idea, Reimu? — Morry tenia las manos entrelazadas, sentado y con la cabeza agachada, su semblante serio era una faceta que sus amigos no habian visto en el antes, ni siquiera en los combates.

—Tengo un plan de ataque, es algo arriesgado, pero ahora que sabemos que no tiene mas fuerzas esperara un ataque directo. Mi idea era que yo y estos dos atacaramos desde la distancia mientras ustedes tres se infiltraban por debajo, tal vez podamos darles tiempo en lo que destruyen la nave — la mujer apunto a Ikki y Mina, que estaban dispuestos.

—Esto no me gusta nada — la piel de gallina que traía el Argentalio hizo que se sobara los brazos —, hay algo que me dice que algo no saldrá bien.

Mientras la discusión se llevaba a cabo, el mas pequeño del grupo llevo la vista a sus muñequeras, apretó sus manos entre si, recordando las palabras de Shigeta. Cuando nadie lo vio salio hacia una de las salas de al lado, soltando un suspiro busco calmar las ansias de su ser, pero era imposible tan siquiera pensar en algo mas alla que lo que tenia en frente.

—Nunca había estado en este lado del santurio — levanto la cabeza, mirando las estanterías llenas de polvo y libros viejos, poso sus dedos sobre las portadas de alguno a la vez que caminaba en busca de algo que lo ayudara a distraerse. Pero se topo con algo que lo dejo helado, pues en su movimiento desinteresado había acabado por limpiar la suciedad de un marco de fotos. Frente a el, había una foto de Reimu visiblemente mas joven, junto a Morry... Al lado de Isaac.

—Alex, ¿Qué haces ahí? — la chica estaba detrás, mirando con seriedad al menor.

—Yo... ¿Qué es esto, Reimu? — no se atrevió a mirarla, es mas, estaba asustado de lo que podría pasar.

—Mira la imagen completa — contesto ella, pero no con frialdad o desde, sino con pena. El de color hizo caso quedando estupefacto; la foto constaba de los tres ya mencionados junto a otra mujer al lado de Isaac, una mujer de aspecto angelica, bella, de una piel ligeramente tostada y un cabello rubio blanquecino, sobre ellos estaba su abuelo y dos personas mas, una mujer y otro hombre de mayor altura.

—¿Quién es esta mujer? — no recibió una respuesta inmediata de Reimu, sino que fue Morry que le confeso la verdad.

—Era la prometida de Isaac — Morry trago saliva, antes de levar su mano al pecho y bajar la mirada.

—¿Qué le paso? ¿Por qué no lo detiene? — atónico, el niño no despego la mirada de la imagen — ¡Tal vez ella poodria acabar con todo esto!

—¡Esta muerta! — Revelo la mujer mientras sus ojos se hinchaban, no pudo evitar darse la vuelta y salir hacia afuera, seguida de Morry quien trato de calmarla. Alex se quedo en un profundo silencio mientras trataba de procesar todo lo que había oído. Todo estaba cobrando cierto sentido al final.

. . .

Kaine se encerro an una habitación, mirando a ambos costados asegurándose de no ser visto se llevo una mano a un bolsillo, sacando de este un pequeño ratoncito gordo. Llevaba una peluca hecha a mano.

—Muy bien señor Teddy, me temo que nuestros caminos se separan aquí por ahora — la rata solo movia su cola, buscando safarse.

—¿Desde hace cuanto la tienes allí? — Mina y Ikki estaban justo a sus lados, el castaño se puso rojo como tomate.

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