Tuya parte 3 cap 27

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Narra Vero :
Ana me pidió que me sentara sobre la cama, sin dejar de mirarme con esa cara de deseo que me volvía loca, comenzó a desnudarse, quitándose despacio su traje y su blusa,  y se sentó, en ropa interior, a mi lado. Me cogió por la cintura y volvió a besarme, esta vez, estaba deseando sentir su lengua junto a la mía y yo también la cogí a ella por la cintura, las 2 dimos un par de vueltas sobre la cama sin dejar de besarnos en ningún momento, hasta que, por fin, ella quedó sobre mí. En aquel momento me miró a los ojos, me sonrió y comenzó a besar mi cuello, pasando sus labios y su lengua por él, haciéndome estremecer.

Su boca seguía bajando por mi cuerpo, mientras sus manos desabrachaban y retiraban mi sostén, después sus manos acariciaban mis pechos, subiéndolos y bajándolos, mientras su lengua lamía el derecho, sus dedos volvían a jugar con mis pezones, esta vez ya sin vestido, ni sujetador y estos se iban poniendo duros al contacto de aquella lengua y aquellos dedos, yo suspiraba y gemía pues nadie me había hecho sentir nunca así al tocar mis pechos, cosa que ella notaba.

La lengua de Ana abandonó mis pechos pero seguía deslizándose sobre mi cuerpo, cada vez más hacia abajo, lamío mi abdomen, mi ombligo, mis muslos, primero uno, luego el otro, acercándose mucho a la zona de mi tanguita pero sin llegar a tocarlo, lo que hacía que mi deseo se incrementara todavía más. Finalmente, Ana retiro mi tanguita y abrió mis piernas. - ¡Qué coñito más apetitoso tienes, amor! - exclamó Ana al ver mis piernas abiertas.

- Es todo para ti, cariño - le respondí.

Ana pasó uno de sus dedos sobre los labios de mi coño.

-¡Qué mojada está mi diosa! - exclamó - ¡Me encanta!

abrió mis piernas todavía más con sus manos y metió la cabeza entre ellas y comenzó a pasar su lengua sobre mis labios, lo que hizo que comenzara a gemir, ella seguía pasando su lengua sobre mis labios haciendo que la sensación de placer que tenía se empezará a incrementar y ya no podía dejar de gemir, mientras Ana comenzó a lamer mi clitoris, lo que provocó que emitiera un estruendoso grito de gusto.
Seguía con mi coño, dándome un placer que nunca había sentido antes. Lamiendo y mordiendo mi clitoris y metiendo y sacando su lengua de dentro de mi coño. Y yo jadeaba, gemía y gritaba. Ya de por si tengo que reconocer que cuando follo soy un poco gritona, aquella noche con la lengua de Ana trabajando mi coño como nunca nadie lo había hecho antes me volvía loca.
Cogía la cabeza de Ana y la apretaba contra mi coño pues no quería que aquello terminara nunca.
me beso en los labios, luego en los pechos, mientras sus dedos se movían con maestría, entrando y saliendo de mi coño, una y otra vez, el placer que sentía era indescriptible.
No puedo más, amor! - exclamaba yo - ¡No puedo!

- ¡Vamos, vamos, córrete, córrete, mi diosa, me encanta darte placer!

Así me corrí como nunca lo había hecho, cayendo en los brazos de Ana. Ésta me dio un beso y me enseñó sus dedos llenos de mis flujos, los metió en su boca y me beso juntándose nuestras salivas con mis flujos, una sensación que me gustó mucho también.

Ana se quitó el sujetador y las bragas y se volvió a sentar a mi lado y nos volvimos a besar, luego se puso frente a mi, juntando sus tetas junto a las mías y rozando sus pezones junto a los míos. Después, volvió a abrir mis piernas y esta vez colocó su coño junto al mío y comenzó a empujarlo, yo al notarlo comencé a gemir otra vez.

Y así lo hice, empujamos las 2 nuestros coños, el uno contra el otro, sin parar gimiendo y gimiendo y sin dejar de sentir placer hasta que, casi a la vez, tuvimos nuestro merecido orgasmo. Yo nunca había tenido 2 orgasmos tan seguidos, además, fueron tan intensos que casi me vuelvo loca.

Simplemente maravilloso .

Narrador :
Las chicas salieron de la cama adoloridas y muy agotadas , se dieron un baño y fueron a comer . Después de comer se quedaron viendo una película en penumbra en el salón, entre dormidas y despiertas. Ana tumbada a lo largo de la rinconera del sofá, Vero con la cabeza apoyada en su pecho. En aquel mismo sofá habían follado solo unos días antes, tras su reencuentro y parecía que habían transcurrido meses. Ana se desperezó, le cedió el sitio a Vero para que pudiera estirar las piernas y se arrodilló descalzo a su lado, acariciándole la cabeza.

Ana: ¿Te apetecería hacer una escapada conmigo el finde del 11 de julio?

Vero: ¿Hablas en serio?    

Ana: Claro.

Vero: Me encantaría. ¿A dónde?

Ana: Cuatro días a Ibiza... —Su sonrisa perfecta iluminó la estancia como una lámpara.

Vero: Pero mi amor es un poco lejos y tu gira ?

Ana: Mi amor no te preocupes, la gira no es en esos días todavía falta un poco para que comience .

Vero: Bueno en ese caso mi amor claro que quiero
(Se besaron)

Continuará.....

"Esta vez si se pudo "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora