30. Frank

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Hace tres días.

El golpe en mi costado consigue dejarme sin aire por un momento, pero al igual que cuando era niño, escucho las palabras de mi padre en el fondo de mi mente, gritándome, recordándome lo jodidamente débil que soy, como conseguiría mi propia muerte por no ser capaz de defenderme.

La sangre cubre uno de mis ojos, y una parte de mi quiere simplemente darse por vencido, pero con un gruñido me pongo de pie, listo para recibir el siguiente golpe.

El plan había funcionado, al menos la parte en la que entrabamos con sigilo, pero evidentemente habíamos desestimado la cantidad de hombres en el lugar y también, el hecho de que Aleksey había estado esperando por nosotros.

Dos contra uno no habría sido justo, pero tampoco lo había sido la forma en que Klaus había sido dejado fuera de juego por los guardias de Aleksey, si bien mi hermano menor había dado algo de pelea, Klaus no era del tipo de enfrentarse en físicamente, por lo que una vez que había conseguido liberarlo de la mayoría, Aleksey había estado simplemente esperando por mi.

— Así que finalmente decidiste dar la cara — Había dicho, apagando su cigarro en el cenicero de padre, que estaba hecho con una bóveda de cráneo pulido de uno de sus enemigos, del antiguo jefe de la Bratva, Aleksey tenía el cabello rubio recortado a ras, un traje oscuro y sus dedos llenos de anillos, era casi como si intentara imitar a padre, y de cierta forma, así era, su cuerpo era grande como el mío, estaba marcado con tatuajes que llevaba con orgullo.

— Nunca me escondí — le aseguré, arrojando mi arma al piso, estaba vacía, caliente y completamente inútil en este momento, en cambio, me obligo a recuperar el aliento — Pero te metiste con mi familia, tu me buscaste, y me encontraste.

Luego de aquello lo había hecho cabrear, el primer golpe había sido suficiente para hacerme retroceder, pero mierda, estaba peleando por mis hijos y mi esposa.

Pelear con Aleksey se siente como pelear con un toro, pero con el paso de los años, su estilo de pelea no ha cambiado demasiado, Aleksey pelea sucio, y no le importa. Consigo golpear su mandíbula y arremeto contra él, usando mi peso para empujarlo contra el librero, consiguiendo mi objetivo a medias, Aleksey toma una botella de Whiskey del bar y la rompe contra el escritorio, blandiéndola en mi dirección e intentando apuñalarme con ella, consigo evitar la primera estocada, y el chaleco antibalas resiste la mayor parte del segundo impacto.

Tomo su antebrazo manteniéndolo firme cerca de mi, el truco más viejo de mi padre, y utilizando mi codo golpeo su tráquea, empujándolo hacia atrás el tiempo suficiente para conseguir recuperarme, tomo un abrecartas del escritorio y arremeto contra él, pero usa su pierna para empujar el escritorio en mi dirección, el golpe me hace retroceder y perder el agarre en el abrecartas.

— Debiste haberte muerto hace treinta años — gruñe mi hermano, furioso mientras me taclea contra la mesa de centro, el vidrio cae sobre ambos y siento una punzada de dolor recorrer mi brazo, pero me obligo a mí mismo a ignorarlo y uso mi brazo libre para intentar golpear su nuca, no consiguiendo más que hacernos rodar, Aleksey me golpea, haciéndome ver estrellas por un momento, forcejeamos, giramos hasta que finalmente consigo quitármelo de encima, lo sostengo por la camisa y empujo su cabeza contra el suelo antes de asestar un golpe, tan fuerte como puedo.

Aunque dudo una milésima de segundo antes de intentar golpearlo de nuevo, esa milésima de segundo parece suficiente para que alguien más se cuele a mis espaldas, no consigo ver como o quien es, pero para cuando registro el movimiento, Aleksandr escupe un diente a un lado con una sonrisa satisfecha.

Y todo se vuelve oscuro.

Actualmente.

El agua helada cae sobre mi, despertándome y haciéndome tiritar, mi cuerpo entero duele y está tenso, registro vagamente que estoy semidesnudo, no sé cuanto tiempo ha pasado, uno de mis ojos está entumecido y completamente cerrado, mi mandíbula duele, al igual que todo mi cuerpo, mis músculos tiemblan a causa de los choques eléctricos, mis piernas sangran, mi espalda se siente al rojo vivo, cada movimiento enviaba una oleada de dolor que me hacía temblar, no creo que pudiera hablar si lo intento, ¿hace cuanto tiempo me había azotado? ¿habían pasado días? ¿Semanas?

— ¿QUÉ MIERDA HICISTE CON ELLA? — el grito de Aleksey se escucha distante, me cuesta procesar sus palabras, pero el golpe que envía al mundo entero de cabeza me hace entrar en razón, manos me levantan y el dolor en mi espalda me hace gritar, pero estoy demasiado débil para protestar.

— ¿Dónde mierda está? ¿Dónde? — pregunta Aleksey, siento el cañón de un arma contra mi sien

— Púdrete — me quejo, sin saber de qué demonios me estaba hablando, durante días, no había hecho más que torturarme, aunque su rostro estaba golpeado y su brazo izquierdo roto, al igual que un par de sus costillas a juzgar por el vendaje que había conseguido ver debajo de su camisa.

Aleksey se ríe, es una risa hueca, sin humor y casi desquiciada.

— Solo lo voy a preguntar una puta vez Frank ¿Dónde mierda está Alessandra? Como esa perra de Alenna le ponga un dedeo encima...— La mención de Alenna me hace reaccionar ¿Alessandra? ¿Estaba perdida? Mi corazón se detiene ¿Alenna la había secuestrado? ¿Había sido Klaus?

Cuando no respondo, Aleksey me golpea con la culata del arma, enviando una oleada palpitante de dolor a través de mi cráneo, me cuesta escuchar por un momento y creo que estoy a punto de desmayarme de nuevo cuando otro balde de agua helada cae sobre mí.

— ¿Así que a esto quieres jugar? — pregunta agresivamente ahora — Trae el atizador — gruñe, tomando mi rostro y obligándome a mirarlo — Y trae a Klaus, estoy seguro de que a sus queridas esposas les encantará recibir una parte de ellos...y escúchame bien Francis, hasta que no tenga a Alessandra de vuelta, voy a matar a tus hijos uno por uno, empezando por esos cinco engendros de mierda que acaban de nacer y terminando por tu adorado Viktor, y luego, pienso darle a Alessandra tu cabeza en un bandeja, nadie va a dudar de nuevo de mi liderazgo, papá debió haberte matado hace años, pero no...Papá tenía que escogerte a ti, y Tatiana...una vez que acabe contigo me voy a asegurar de terminar el trabajo que no fuiste capaz de hacer.


























Nota: Sí, es algo corto, pero ando con unas dificultades, el lunes termino los que faltan, las estoy leyendo.

Maldito Ruso - The Hoffman's #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora