11. Frank

2.6K 260 16
                                    


Por primera vez desde que soy el líder de la Bratva, me permito sentir algo de alegría, no solo por el increíble orgasmo que había tenido en la tina con Nath (Aunque probablemente influyó bastante) pero porque mis hijos están sonriendo de nuevo, y de cierta forma, mi familia parecía estar unida de nuevo.

Marcus y Harold se habían esmerado preparando un desayuno de cumpleaños para mi, mi madre había visitado y Matt me había hecho dibujos, incluso los Hoffman habían tomado un par de minutos para celebrar con nosotros, Nath hizo sus famosos brownies para mi, Alenna, aunque luciendo ligeramente cansada, finalmente estaba sosteniendo a su bebé y sonriendo un poco.

Los regalos de mis niños son como siempre, algo que aprecio profundamente, Harold me dió una pequeña caja que contenía un kit, reloj, cartera, cinturón, corbata y una colonia que tenía la sospecha era más para él que para mí, admiro cada prenda con atención, definitivamente apreciando el material y el detalle, el chico me conocía, soy un hombre al que le gusta estar presentable. Marcus me entrega un maletín nuevo, y tengo que admitir, que había estado considerando comprar uno recientemente, el cuero es fino y tiene mis iniciales grabadas en la chapa metálica, Max y Nath se han unido, entregándome un par de gemelos personalizados, cuadrados y con borde de plata.

— Parece que todos quieren que me vista para el trabajo — murmuro al ver todas las piezas juntas, ellos se ríen y yo miro los dibujos de Matt, sonriendo contento mientras mi hijo me los enseña, explicándome cada uno de ellos.

— Yo tengo un regalo, también — dice Alenna desde su posición en el sofá, el pequeño Scott duerme tranquilamente en sus brazos, mi madre ha ido de compras para ella, por lo que el niño ahora tenía una cantidad decente de ropa y productos para bebés, mi hermana saca una caja alargada de debajo de su blusa — Por todo lo que has hecho por mi, aunque no tenías por qué — explica, sus mejillas enrojecido ligeramente a pesar de su expresión sería, sus ojos grises brillando ligeramente

— Eres mi hermana, no tienes nada que agradecer — le recuerdo, tomando la caja de sus manos, era una caja pequeña pero alargada, y al abrirla, hay un bolígrafo de fuente, un Parker personalizado, con pequeños detalles en oro blanco y mi nombre escrito en ruso en la lámina superior.

— Gracias — digo con sinceridad, cerrando la pequeña caja de nuevo — Lo usaré para las cosas importantes.

Alenna asiente, evitando mi mirada cuando el pequeño Scott se mueve ligeramente, demandando su atención, mi madre la observa con algo similar a la preocupación mientras que acaricia su cuello distraídamente, allí donde la cicatriz que de cierta forma le había dado la libertad marcaba su piel.

— Ven conmigo a Vienna, querida — pide mi madre finalmente, Alenna la mira con sorpresa, y luego a su bebé, mi madre se inclina hacia adelante, tomando la mano de mi hermana con cuidado — No soy tu madre, pero si me lo permites, puedo ayudarte a ser una — mi madre me mira con cariño, sus ojos llenos de lágrimas a causa de la emoción — Dios sabe que no hice todo lo que debía, pero si de algo estoy orgullosa es de mis niños.

— No quiero ser una carga — responde Alenna, no luciendo muy convencida, antes de mirarme, sus mejillas pálidas sonrojándose ligeramente — Yo, es...hay algo que había querido pedirte, en realidad.

— Seguro, siempre que esté en mis manos — aseguro, Natasha besa mi sien ligeramente antes de apartarse y disimuladamente nos dejan solos en la sala mientras que ella y los niños van a la cocina, probablemente a terminar de preparar la cena, Alenna carraspea — Quiero estudiar — dice finalmente, mirando a su hijo con cariño, lo que me hace sentir algo aliviado, sé que ella va a estar bien, y el pequeño Scott, bueno, probablemente no podría tener una madre más capaz de protegerlo.

Maldito Ruso - The Hoffman's #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora