27. Natasha

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Ser madre soltera justo después de casarme y en medio del post parto, mientras el hombre al que amo va a morir en otro continente, con siete niños y dos adolescentes a mi cuidado es, en resumidas cuentas, un caos.

Todo lo que había querido era ser una empresaria exitosa y formar una pequeña fortuna antes de los treinta para luego comenzar una familia feliz...Pero el camino se había torcido antes de empezar...mas o menos.

¿Tenía una familia? sí ¿Feliz? No estoy segura. ¿una pequeña fortuna? Pequeña no era ni de cerca la palabra para describir la cantidad exorbitante de dinero que había ahora a mi nombre ¿Ser una empresaria exitosa? Más bien ama de casa exitosa, si bien mi puesto en la empresa seguía esperando por mi...no puedo evitar sentirme culpable por haber dejado de lado esa parte de mi vida.

Son las cuatro de la madrugada y estoy completamente agotada, amamantar a cinco niños es diez veces más complicado que antes, especialmente sin Frank y con Carrot siendo tan delicado, mi pequeña zanahoria aún estaba algo débil pero su cirugía había sido un éxito y los médicos habían asegurado que mejoraría pronto. Era un niño fuerte, y algún día sería tan grande como su padre. Pensar en Frank hace que mi corazón duela, el hombre se había ido a Rusia, dejándome con los niños y una fortuna demasiado grande para poder siquiera asimilarlo. Stuart me había enseñado algunos números, Frank era un buen inversionista y tenía varias propiedades a demás de sus ganancias en la empresa.

— ¿Mamá? — me sobresalto al escuchar la voz de Marcus a través del comunicador — ¿Estás despierta? — pregunta el chico con un susurro, miró a Carrot que finalmente se ha dormido antes de ponerlo de regreso en su cuna y me acerco al pequeño panel junto a mi cama. Frank había mandado a instalarlo en caso de que hubiera una emergencia o los niños me necesitaran o yo a ellos.

— ¿Sucede algo, cariño?— pregunto reprimiendo un bostezo, mi cuerpo entero dolía a causa del cansancio

— Es...— Marcus suspira, y no puedo evitar sonreír ligeramente, el chico se parecía tanto a su padre que incluso suspiraba como él — Necesito ayuda.

— ¿Otra vez intentaste ponerte de pie por tu cuenta? — pregunto, tomando una bata y cubriéndome, el chico gruñe ligeramente, su recuperación ha Sido un problema para él, si bien ya podía salir de la silla de ruedas, Chris le había recomendado reposo extra, lo que no parecía gustarle.

Una vez que estoy cubierta me dirijo hacia su habitación, en el piso inferior, aunque casi tengo un infarto al ver a mi hermano John reclinado en la encimera de la cocina jugando en su teléfono

— ¡Maldita sea, John! — me quejo, llevando una mano a mi pecho, él se ríe entre dientes

— Soy Henrry, mocosa — se queja, dejando a un lado su móvil — Te ves horrible — añade señalando mi cabello revuelto pero al menos tiene la decencia de lucir preocupado — ¿Necesitas ayuda?

— Marcus se cayó de nuevo — murmuro, señalando el final del pasillo, Henrry asiente y me acompaña, poniendo su brazo sobre mi, pongo los ojos, irritada — Es jodidamente temprano ¿Cómo puedes estar tan contento?

— Mi trabajo es estar despierto — apunta — ¿No crees que deberías contratar una niñera? — pregunta una vez que llegamos a la habitación de Marcus, me detengo un momento, sorprendida ante la expresión preocupada de mi hermano, normalmente Lucas es quien se pone todo "protector" conmigo, Henrry era más...bueno, relajado.

— Puedo hacerlo por mi cuenta — le aseguro, abrazándome a mi misma — Frank volverá pronto, y...

— ¿Frank? ¿Tu "ex" con el que acabas de tener cinco hijos? ¿El hombre que no solo te rompió el corazón sino que es un puto criminal? — pregunta con dureza, sorprendida por el tono duro de su voz, soy un paso atrás

Maldito Ruso - The Hoffman's #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora