Maldito Ruso - The Hoffman's #2

25. Natasha

— Quiero a mi mamá — llora Matt, gritando y pataleando contra Frank — ¡Maaaaamaaaaa! — Mi corazón se aprieta mientras que el niño llora por mi con desesperación, empujando el rostro de su padre mientras que intenta escapar de sus brazos

— Matthew, por favor — se queja Frank, maldiciendo ligeramente mientras, intenta poner la camisa en su hijo, mientras que yo estoy sentada a un par de metros de ellos, amamantando a los bebés — Mamá está ocupada, hijo.

— Solo un momento, bebé — aseguro, maniobrando el biberón en mis manos, definitivamente amamantar a tres bebés al mismo tiempo era un reto, pero los disfrutaba, excepto por la parte en que Matt no parecía estar precisamente contento con los arreglos que requerían sus hermanos.

Frank hacía lo mejor que podía para mantener al pequeño distraído, pero habían sido un par de días difíciles, y mañana temprano iríamos por los gemelos al hospital, por lo que las cosas terminarían siendo algo peor pronto, Matt estaba pasando por un momento difícil, así que habíamos planeado llevarlo al parque hoy, lo que no estaba yendo demasiado bien.
Frank consigue terminar de vestir a Matt y el niño prácticamente se escabulle, corriendo en mi dirección e intentando escalar sobre mi, sacudiendo a sus hermanos.

Frank se levanta con alarma, tomando a Mörk de mi regazo mientras que Matt escala sobre mí, hago una mueca de dolor cuando sus pequeños codos se clavan en mi abdomen.
Quiero protestar, pero el pequeño apoya su cabeza en mi esternón, su pequeño cuerpo sobre la almohada que estoy utilizando para cargar a sus hermanos, finalmente consigue acomodarse, Orange y Zhevy lloran ligeramente a causa del movimiento, mientras que Matt me da una mirada llena de lágrimas que me rompe el corazón.

— ¿Extrañas a mami, bebé? — pregunto, sin evitar sentirme culpable, miro a Frank, y el hombre asiente, comprendiendo, pone a Mörk en una de las cunas antes de regresar por Orange y Zhevy.

— Mi mami — se queja el, limpio sus lágrimas luego de acomodar mi blusa — No más bebé, mi mamita es mía.

— Cariño, sé que esto es difícil — abrazo al pequeño, besando su carita — Pero sigo siendo tu mami — aseguro — Eres mi bebito también.
Consuelo al niño por un par de minutos extra mientras Frank se hace cargo de los bebés y termina de empacar la mochila para nuestro paseo, Matt me da la mano y me sonríe mientras que hago lo mejor posible para hacerlo reír.

Frank se acerca a mi con una sonrisa cariñosa y por un momento, mientras se inclina a mi lado, creo que va a besarme, lo que me hace entrar en pánico por una milésima de segundo,  pero el hombre simplemente besa la frente de su hijo y acaricia su espalda.

— Vamos a jugar al parque, campeón ¿estás listo? — pregunta.

— ¿Mami viene a jugar? — pregunta con sus ojos azules llenos de lágrimas.

— Claro que si — aseguro, tragando con fuerza mientras que observo a Frank mirar con cariño al niño, el hombre se había dejado crecer el cabello ligeramente, por lo que se rizaba un poco sobre su frente, sus canas cubrían ligeramente sus sienes, un poco más que antes, sus ojos de color cobalto brillando con cariño, su barba comenzaba a crecer un poco, tiene puesta una camisa con las mangas recogidas que les daba un aspecto desenfadado,  y completamente atractivo.

Vivir con él y jugar a la familia feliz sin estar juntos era malditamente difícil, notando mi mirada, sus ojos conectan con los míos, y por un momento me gustaría decir que las cosas podrían funcionar entre nosotros, que estos pequeños momentos robados fueran algo más que eso, tomar la decisión había sido una mierda, pero ¿A dónde me había llevado realmente? Seguía viviendo con él, seguía siendo la madre de sus hijos, seguía sintiendo mariposas cuando el hombre me miraba.