Amor inmune | Newt y tú |

Maze runner: Prueba de fuego #1

Volví a despertar en la caja, como la primera vez, rodeada de cosas, con miedo y confundida,  ¿esto es un sueño? Comencé a escuchar la voz de Newt, como gritaba mi nombre, pero no sabía de dónde provenía, la caja seguía subiendo y yo seguía escuchando mi nombre por la voz de Newt, hasta que llegó al final y desperté, él estaba a mi lado y me movía para despertarme.
— La siesta la dejamos para otro momento, ¡tenemos que correr ____! — dijo mientras me agarraba la mano y me levantaba —

Bajando de helicóptero vi como ya estaba de noche, vi una gran instalación en medio de la nada en el desierto, corríamos hacia adentro del lugar mientras hombres armados salían de ahí y disparaban a cosas que parecían personas pero se comportaban de una manera muy extraña, eran las personas afectadas por el virus. Newt tomó mi mano mientras corríamos en medio de los hombres y los disparos hasta estar seguros adentro. El lugar era jodidamente enorme.

Nos escoltaron hasta un señor que parecía ser el líder.

— ¿Están todos bien? — preguntó el señor — perdón por la conmoción...nos atacó una horda —
— ¿Usted quien es? — preguntó Thomas —
— ¡Thomas! — llamé su atención, ya que hablar así sonó como una falta de respeto —
— No pasa nada...soy la razón por la que siguen con vida y pretendo que sigan así...ahora, vengan conmigo, les vamos a dar asistencia —

El señor nos guió por esa enorme zona que parecía ser algo de almacenaje o algo por el estilo, mientras nos hablaba y no poco de cómo era el lugar, dijo que nos llevaría a un refugio alejado del desierto donde cruel no nos volvería a encontrar.

Con una tarjeta abrió una gran puerta, que solo dejaba ver un pasillo blanco y bien iluminado.

— Primero lo primero...hagamos algo con ese mal olor —

Nos guiaron hasta los baños, los chicos en uno y Teresa y yo en otro. El agua tibia recorriendo mi cuerpo se sentía tan relajante, lave mi cabello y por fin en mucho tiempo logré deshacer los nudos que tenía, todo lo que usé olía riquísimo, ese olor se impregnó en mi cuerpo. Envuelta en una toalla salí de las duchas y fui a una parte de vestidores, allí ya estaba Teresa, hablamos un poco mientras nos vestíamos con una ropa limpia y mucho más cómoda.
Saliendo nos escoltaron a una sala muy pequeña, que solo tenía una mesa y dos sillas, me hicieron sentarme y esperar, cosa que hice, jugaba con mis dedos mientras esperaba a que alguien hiciera algo. Unos minutos después llegó el hombre del principio, Janson.

— Hola ____ ¿cómo estás? — preguntó mientras se sentaba frente a mi —
— Creo que bien — respondí indiferente —
— Que bueno, tengo otra pregunta...¿recuerdas algo? De cómo era tu vida antes del laberinto —
— No, lo único que pude recordar fue mi nombre...¿Porque importa? —
—Debo hacérsela a todos...¿como fue tu estancia en el laberinto? —
— Me adapté rápido, a pesar de ser la única chica en su momento no fue tan incómodo—
— Me alegra oír eso— sonrió un poco mientras solamente me miraba — ahora te harán unos exámenes a ver cómo estás ¿Te parece? —
— Está Bien, hagan lo que tengan que hacer...¿pero cuando voy a comer? Me muero de hambre — dije algo inquieta —
— Entiendo, voy a hacer que te lleven comida ni bien terminen con tus exámenes —
— Gracias... —
— Y recuerda que cualquier cosas que necesites, pídemela a mi, te daré lo que sea — apoyó suavemente su mano sobre la mía, Yo solo le sonreí —

Me llevaron junto a Teresa con unos doctores. Allí me hicieron innumerables exámenes de sangre, me inyectaron cosas que desconocía lo que eran y controlaron todos mis signos y cualquier cosa de mi cuerpo, me dejaron comer un poco para reponer energías y llenar el estómago, lo último que me hicieron fue llevarme a una sala más alejada junto a Teresa, a ambas nos acostaron y nos inyectaron algo que en poco tiempo nos hizo dormir, solo recuerdo como mi vista se comenzaba a poner borrosa y oía las voces de los doctores distorsionadas, hasta que todo se me puso totalmente negro y me dormí.