Lucifer's daughter [Dean Winchester - Supernatural]

8. El portal.

Mi cuerpo yacía tendido en aquella cama y el cuerpo de Dean estaba encima mío, él sin playera y dispuesto a despojarme de toda mi ropa poco a poco, aunque por el momento solo había quitado mi blusa.
Debía aceptar que me daba un poco de pena que me viera en esa forma pero a él parecía encantarle por la manera en que me miraba y sonreía.

Sus besos ahora estaban en mi cuello, comenzó con movimientos lentos casi en coreografía con los masajes de sus manos, las cuales ya sin nada de vergüenza habían subido a uno de mis pechos, aquello me hizo chillar internamente.

Sentí su lengua marcar un camino por una zona sensible de mi cuello, llegando casi a mi mentón haciéndome gemir de forma inconsciente, en serio estaba disfrutándolo. Pude jurar que vi estrellas gracias a eso, y a su constante roce de su ya muy dura entrepierna sobre mi centro aún cubierto.

Deseaba que nuestra ropa desapareciera en ese momento.

Aunque ese sentimiento se rompió de un segundo a otro gracias a una ligera incomodidad, era algo externo que hizo erizar mi piel como si se tratara de estática.

—Dean...— Hablé de forma suave entre jadeos. De la nada había comenzado a escuchar un crujido extraño a la distancia, como si una tormenta eléctrica estuviera a punto de caer con todas sus fuerzas.

El clima había estado hermoso ese día, no cabía la posibilidad de algo así.

—¿Mh?— dijo entre besos pero ni siquiera se detuvo, seguía bajando sus labios y aquellas manos estaban dispuestas a quitar mi pantalón, dándole a disfrutar de mi cuerpo solo cubierto por mi ropa interior.

Seguía muy concentrado en eso.

Sin embargo seguía escuchando ese ruido, ahora era como si una fuente de electricidad enorme estuviera muy cerca. Definitivamente eso estaba acercándose o haciéndose más grande.

—¿Escuchas eso?— el rubio detuvo sus besos para poner atención a su entorno y luego -aún jadeante- asintió. También lo escuchaba.

—Sabía que iba a pasar algo. Era demasiado bueno para ser verdad.—Gruñó casi en un susurro.

Se incorporó de la cama yendo hacia la ventana y ver si algo sucedía afuera pero no vio nada.
Me levante también con algo de preocupación y me vestí de la manera más rápida que pude.

Iba a mitad de habitación en dirección a Dean cuando algo me hizo frenar en seco, una sensación extraña como un escalofríos mas intenso que al inicio, mis ojos se iluminaron en un intenso ámbar y me quedé paralizada por unos segundos. Fue una sensación tan fuerte que por un momento sentí perder el control de mis propios poderes.

—Está aquí...

—¿Que?— El rubio me miró con confusión y hasta preocupación mientras colocaba su playera.

—Es Jack, Jack está aquí.

Corrí habitación afuera, nuevamente la energía de aquel chico me llevaba hacia la parte de atrás de las habitaciones como un imán, ahí el sonido de los rayos y crujidos se hacía cada vez más fuerte.
Llegue a la parte trasera de aquel lote de habitaciones viejas y ahí estaba, una grieta enorme y dorada.

Dean llego corriendo detrás de mi sin dar crédito a lo que veía, estaba asombrado de ver una grieta así de grande también.

—¿Donde está?— Preguntó mientras observaba su entorno.

—No lo sé, pensé que había salido de...

Algo invisible me había golpeado con fuerza haciéndome volar unos metros en el aire y dejándome caer en el suelo de tierra.