Lucifer's daughter [Dean Winchester - Supernatural]

7. Soy Jack.

—¿Ahora tu que tienes? Parece como si hubieras visto a tu padre pasar por esa puerta.— Mi mirada siguió a Kevin por toda la sala hasta que llegó a mi lado diciendo aquello.

Yo no había podido dormir ni un poco, ya pasaban de las siete de la mañana y aún me encontraba pensando en lo que había pasado con Dean.

—Ni los horrores de Lucifer se comparan a lo que viví anoche, Kev.— Hablé exagerando demasiado las cosas mientras lo veía fijamente, el se acomodó en un lado de mi en el sofá poniéndome mucha atención. —Necesito ir a casa...

—Me intriga saber qué pasó.

—Sabes que te ofrezco mi eterna confianza en esto, es más te lo puedo contar en el camino a Sioux Falls...—Le regalé una sonrisa mientras me acomodaba para saltar del sofá cuando el peli-negro me dijera que nos pusiéramos en marcha. Pero no fue así, en cambio solo hizo una mueca, la cual solo me animó a responder con un puchero.

—Aceptaría... pero no creo que Mary dejé que te vayas ahora, están a punto de salir para otra cacería y quiere que te unas.

—¿Que? ¿Con Sam y Dean? ¿Tan rápido?— el menor asintió despreocupado, aunque posiblemente preguntándose por qué mi cara de horror. —No iré.

—Jules...

—Pero si yo no soy cazadora, solo les voy a estorbar de nuevo.

—Yo se que no lo eres, pero Mary insistió, dijo que la última vez te vio tan entusiasmada por ir de cacería que ahora quiere llevarte a todas ellas.

—¡¿A todas?!— Eso me pasaba por ridícula. —Kev, por favor ayúdame, en serio no quiero ir encerrada en el auto con ellos... puedo intoxicarme.

El tierno asiático a mi lado solo se burló de mi cara que imploraba un rescate y apretó mi mejilla, algo fuerte a decir verdad, después solo me hizo un gesto con la cabeza para que lo acompañara a otra sala. Efectivamente ahí estaba mamá Winchester y sus dos pollitos interdimensionales leyendo algo en sus laptops.
Entré después de Kevin sin decir nada más, solo me senté en una silla alejada y me dediqué a escuchar lo que él peli-negro tenía que decir sobre el caso olvidando por completo a los demás presentes. Pude sentir la mirada de Dean en varias ocasiones pero yo no iba a verlo bajo ninguna circunstancia.
De nuevo aquí venía el ambiente tenso gracias a nosotros dos.

Esta vez hablábamos de una supuesta banda de demonios causando estragos en Pickstone. Ya había algunos muertos gracias a esto ya que -según los comentarios de otros cazadores- eran como una pequeña banda de mafiosos, hacían apuestas engañando a las personas para que terminarán vendiendo su alma a cambio de mucho dinero, prometiéndoles fama y lujos durante diez años, lo normal de un demonio. Luego solo los mataban antes de ellos pudieran tener el dinero haciéndolo parecer un accidente y así cobrar el precio de su alma.
Malvadamente astutos.

Así que bueno, allá íbamos, nuevamente teniendo la rutina del cazador: salir del búnker, conducir por horas, discutir en el trayecto, rentar habitaciones en el motel más cutre del pueblo, hacer un poco más de investigación e ir por las presas infernales del día.
Todo estaba pensado para que pasara así pero algo fue diferente ese día.

Mientras Dean conducía en dirección a Pickstone pude recobrar el sueño, iba a en el asiento trasero justo detrás de Sam recargando mi cabeza en el cristal de la ventana, poco a poco sentí como los sonidos del ambiente en la carretera se iban atenuando hasta no escuchar absolutamente nada, por fin había podido dormir.
Lo raro fue que comencé a soñar y era tan vívido que podía jurar que me había transportado a otro lugar.

Todo era oscuro, no había nada a mi alrededor, solo un vacío inmenso. Comencé a caminar mirando a mi alrededor buscando algo más, hasta que por fin algo llamó mi atención.