10. La despedida.

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El sonido de los pasos de Castiel resonaba por toda la sala del búnker, estaba dando vueltas de un extremo a otro tratando de sacar alguna otra cosa por la cual regañarme, su semblante seguía siendo serio y sus manos unidas en su espalda me dejaban en claro que estaba en modo pensativo aún.
Yo lo observaba desde una silla de madera, me estaba cubriendo los hombros con una manta mientras mi cabello aún mojado caía sobre estos.

—Debí haberlo visto venir, desde el primer momento debí tomar mis precauciones y prohibirte ir con ellos...— hablaba entre dientes ahora no sabía si seguía regañándome a mi o ya había pasado a la parte donde se daba de latigazos por pensar que hizo algo mal.

—Cas...— Hablé quedito haciendo un puchero. En serio esperaba a que se girara a verme para que quedara hipnotizado con mis ojitos de cachorro y me perdonara, siempre funcionaba pero al parecer esta vez si estaba furioso.

—¡Y luego te encuentro borracha, empapada y besando a Dean Winchester!— Ahí iba de nuevo. —Eso a parte de ser muy inapropiado se llama infidelidad, el alcohol no te deja pensar con claridad y las cosas en las que deberías en serio enfocarte parecen importarte un cacahuate.

Un cacahuate...— Reí imitándolo ya que para mí había sonado realmente graciosa aquella palabra, pero Castiel solo me miró aún más furioso haciéndome borrar esa sonrisa estúpida en mi rostro.

El ángel había llegado segundos después de mi plática con Dean en el baño, apareció de la nada mientras nos besábamos de nuevo y lo alejó de mi tomándolo por la camisa. Fue realmente aterrador. Después solo con un toque nos teletransportó al búnker y ahora yo estaba recibiendo el regaño de mi vida.

—¿Besaste a Dean?—Preguntó Jo sorprendida mientras me veía recargada en un escritorio con los brazos cruzados. Yo solo pude sonreír nerviosa y asentir. —¿Y fue bueno? Del uno al diez...

—Eso no es importante, Jo.—regañó Castiel.

—Mh... Un ocho.— La mire sonriendo ignorando por completo a aquella figura paterna angelical. —Es que luego dijo que mi beso había sido como dar un shot de ron y le quito el romanticismo...— Ambas nos soltamos a reír haciendo que ahora Castiel suspirara con frustración.

—Diablos, si que bebiste, Ju...

—Esto no es gracioso, niñas.— Tocó el puente de su nariz haciéndonos notar su fastidio. —Muy bien, creo que será mejor si me encargo yo mismo de este problema.

No me dio tiempo de decir nada más cuando tocó mi hombro y nos teletransportó nuevamente a la habitación del motel de donde anteriormente me había traído; y fue gracioso por que solo me alejó unas horas para darme el peor regaño que me ha dado y luego simplemente había regresado aquí.

Lamentablemente solo fue gracioso en ese momento, ahora solo podía pensar en que posiblemente aquel ángel estaría dispuesto a enviarlos a los tres a su realidad a la mala y eso me aterraba ya que tenía cierta fe en que esta vez podríamos recuperar a nuestros Winchester teniendo a Jack con nosotros, pero claramente Castiel no había pensado en eso.

Los cuatro presentes nos observaron llegar y hubo un silencio algo incómodo, el rostro molesto de Castiel se fue contra los hermanos haciéndolos tragar saliva mientras se veían entre ellos.

—Necesito que me digan dónde está el portal.— Ordenó Castiel. —Ustedes van a regresar a su mundo ahora mismo.

—Cas, antes de que hagas algo más deberías escucharme.— Dije mientras caminaba detrás de él pero parecía simplemente ignorarme... —Cas...

—Jules, el tema quedó cerrado. Toma asiento y quédate quieta mientras todo termina. Me encargaré de ellos...

—No te dejaré hacerlo.— Respondí con firmeza haciendo que el ángel se girara a verme con un rostro molesto, ya estaba fastidiándolo.
Lo siguiente qué pasó fue que Mary y él se dirigieron a mi, parecían tener planeado un complot ya que pude ver un segundo par de esposas anti magia salir de uno de sus bolsillos. Estaba jodida.

Lucifer's daughter [Dean Winchester - Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora