14. El monstruo.

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Las once en punto y todos estuvimos en el estacionamiento de aquel motel.
Estaba demasiado nerviosa que después de que llegamos no dirigí ni una sola palabra a los tres presentes en el impala, simplemente me dedicaba a observar cada carro que pasaba esperando a que fuera el menor de mis Winchester.

Fue minutos después cuando un auto color gris se estacionó detrás de nosotros y fui la primera en bajar, los nervios recorrían mi cuerpo haciéndome olvidar hasta a lo que venía realmente.
Vi por primera vez a mi Sammy bajar de aquel auto desconocido, su mirada era amenazadora, como si estuviera molesto, sus ojos buscaban a Dean pero luego se quedaron fijos en mi.

Hacia tanto tiempo que no lo veía, había extrañado tanto a aquellos hermanos y fantaseaba el cómo sería nuestro reencuentro, lo lindo y sentimental que se pondría que estar en esta situación solo hacía que mi corazón se estrujara de una manera desagradable.

El alto seguía con el mismo corte de cabello, un poco más largo que la última vez que lo vi, llamaba la atención gracias a aquel mechón de cabello color blanco que caía por los lados de su frente, físicamente era él, pero se notaba con mucho odio que me hizo dudar por un segundo si realmente estaba frente al que fue mi mejor amigo.

—Jules, por favor quédate detrás de nosotros.— La voz de Sam me hizo romper un poco el shock que estaba teniendo en ese momento. No entendía por que, pero el brillo de una espada de ángel en su mano me hizo comprender la situación.

Mi Dean había bajado del imapala y se había quedado observando todo como si estuviera de lo más tranquilo, como si nada pasara. Yo solo buscaba con la mirada la respuesta de alguien pero nadie podía si quiera explicar que era lo que estaba sucediendo.

—Deja ir a Dean, Ju.— Exclamó Sammy con algo de molestia pero miraba con sorpresa al par de sus versiones frente a él.

—Él está completamente libre, idiota, ¿no lo ves?— Respondió Dean. Ambos hermanos de esta realidad estaban a la defensiva y eso no me daba nada de buena espina.

—Ella sabe a que me refiero.

La mirada de los chicos se fueron hacia mi.

Obviamente yo sabía a que se refería, él estaba enterado de que su hermano estaba hechizado y que en ese momento era como un zombie sin voluntad propia. Al llegar a este lugar por el portal años atrás el hechizo debió romperse, Sammy debió darse cuenta de inmediato que yo era el problema.

Al contrario de la indicación que me habían dado los hermanos de quedarme a sus espaldas, decidí acercarme al alto con el mechón blanco, lo hice a paso lento mientras lo observaba con los ojos llorosos, aunque a él parecía no importarle verme así de devastada ya que su mano apretaba con fuerza aquella arma plateada listo para atacar en cualquier momento.

—Los busqué por tanto tiempo, Sammy, no voy a hacerles daño...

—Ya causaste lo suficiente, deberías irte ahora mismo.— Amenazó. —Deja a Dean en paz y lárgate de aquí.

—No me voy a ir sin ustedes— Le dije acercándome más y más, ahora él había retrocedido un paso. —Llevamos años buscándolos, y... y ahora que los encontré podemos regresar a...

—No Jules. No podemos.— Interrumpió Sammy quien ahora alzaba un poco la espada, había tanto odio en sus ojos que ni siquiera había brillo en ellos, era desgarrador para mi. —Y no lo haremos. Tenemos una vida aquí.

—Tenían una vida allá...— Las lágrimas ahora ya rodaban por mis mejillas, ya no podía ocultar el sentimiento de tristeza que había explotado a mis adentros. —Tenían una familia. Tenían a Cass, a Kevin, a Gabriel, ¡por Dios Sam, tenían a Mary! Ella está devastada.

Lucifer's daughter [Dean Winchester - Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora