"-¿Me seguirás amando incluso cuando todo se vuelva difícil?
-Daría mi vida por ti, eso tenlo seguro".
La parte más dura de afrontar es el destino incierto, sucesos que marcarán su vida a nada de suceder, una confesión más en la boca... Una famili...
Dong Min despertó gracias a los rayos del sol y al sonido del agua caer, Bin estaba en la ducha. Se acomodó en la cama y abrazó la almohada que usaba el alfa para dormir. ¿Qué pasó luego de ducharse? Pues bueno, el alfa le llevó la comida a la cama, pero antes se dió un buen baño y se vistió con unos pijamas cómodos.
Bin lo acompañó mientras comía y en ese instante, el sonido del celular rompió con el silencio que ya inundaba el cuarto, según el reporte que el beta, al otro lado de la línea le dio, ese día llegó al hotel una persona totalmente extraña, le envió un fragmento del video donde se podía ver la cara de la persona, pero no se sabía quién era, solo que para poder entrar a la suit del presidente, se hizo pasar como personal de limpieza.
Bin no les pidió, les ordenó que descubriera quien era y todo los datos de esa persona hasta la última vez que había ido al baño.
Antes de dormir, Bin volvió a asegurarle que no se preocupara y que él trataría de hacer todo lo posible para ayudarlo y refundir a esa persona en la cárcel por haber infiltrado ese momento de su intimidad. Al principio, el chico pensó que Bin lo había hecho por venganza pero no podía ser ya que el hombre estaba tratando de mover cielo y tierra para ayudarlo, obviamente él no lo hizo.
Bin se había despedido de él y Dong Min intentó hablar del asunto pendiente, pero el castaño sólo le contestó: "No te preocupes por eso ahorita, ya pasó, no hay nada de que hablar" Con una voz dulce que le rompió el alma una vez más. Este lo arropó, besó su frente y apagó las luces, para después salir diciendo un "Buenas noches, Minnie".
Se sentía mal.
Él no merecía a Bin.
Esa mañana, escuchó cuando Bin salió del baño, más no lo vió ya que se encontraba dándole la espalda a la puerta. Sintió el suave toque de sus dedos, unos minutos después, que se paseaban por su espalda y acariciaban sus hombros y cintura.
-¿Vas a trabajar?- preguntó el chico y Bin ni se inmutó, sabía que estaba despierto, sintió su piel estremecerse con sus toques delicados, su cuerpo lo había delatado.
-Sí, Minnie- le gustaba acariciarlo y recibir esas reacciones, pero estaba consciente que era lo único que podía producir en él, aunque su corazón doliera al saber que Dong Min no sentía nada por él, el tenerlo cerca le era suficiente para hacerlo doler más y a la vez sentirse pleno y completo -Descansa, regresaré por la tarde.
Inhaló su dulce aroma, le dió un dulce beso en la frente y se despidió dejando al chico una vez más solo y dormido.
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En la universidad, nada iba bien. Desde que Bin llegó, los alumnos comenzaron a murmurar, otros le daban miradas no del todo disimuladas y escuchaba comentarios subidos de tono acerca de su persona.
No entendía que era lo que estaba pasando.
Cómo de costumbre llegó al salón donde le correspondía dar su clase y fue recibido por el bullicio que producían sus alumnos.
