❦ 𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚 𝟏 ❦

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Dos años más tarde.

Su alarma sonó escandalosamente, abre sus ojos con pereza y a duras penas mira el despertador.

Son las 6:30 am.

Se gira para ver a su amado y se encuentra con... ¿Nadie?

-¿Dónde estará Bin?- se preguntó, no encuentra explicación ante aquello.

Por lo general, él despierta a su esposo, al menos la mayoría de veces, no encontrarlo en la cama con una mañana tan fría como aquella es totalmente sorprendente.

Han pasado casi 6 años desde su matrimonio y los 11 años que tienen sus hijos son todo lo que llevan como una pareja formalmente. No se arrepiente de haberse casado, de haber creado esa familia, de haber firmado aquel contrario y recibir aquellas caricias que le cambiaron la vida por completo.

Lo mejor que le pudo pasar.

Claro que, criar a dos niños gemelos no es fácil y aumenta la responsabilidad gracias al trabajo que los ha mantenido ocupados y vueltos locos, agregando problemas tontos, discusiones como siempre dado a sus temperamentos, pero nada que no se puede arreglar hablando y terminando con un beso con sus corazones latiendo como adolescentes.

Se levantó de la cama, se estiró una última vez antes de comenzar con su día y claro, encontrar a su esposo. Fue al baño, tomó una ducha, buscó una pijama para mientras desayunara y se colocó una enorme camisa de su alfa, saliendo de inmediato de la habitación.

Miró a su hijo caminar como zombie en el pasillo, con su cepillo de dientes en la mano, con el rostro serio y decepcionado.

-¡Buenos días, bebé! ¿Estás bien?- se acercó de inmediato para abrazarlo y colocar su cabeza en el vientre del omega.

-Papi, no quiero ir a la escuela- dijo en súplica, buscando la forma de quedarse en casa.

-Sabes que es tu deber, solo serán algunas horas. Puedes sobrevivir, Jae.

Su hijo le hizo un último puchero para intentar convencerlo, pero Dong Min negó con la cabeza y besó su frente.

-No, mi príncipe. Tienes que ir, ya eres un niño grande, bebé.

-Ni modo, regreso al purgatorio- sonrió débilmente.

-¿Y tu hermana?

-Creo que se está vistiendo- contestó con desánimo.

-Bueno, cuando estén listos bajen para tomar el desayuno e irnos.

El pequeño asintió y se fue a su habitación.

A medida que crecieron, Bin y Dong Min decidieron que lo mejor era separar a los pequeños y darles su espacio, resultó ser lo mejor ya que cada uno de los pequeños diseñó su habitación mezclando sus gustos. Algo que obviamente no tenían cuando dormían juntos.

Fue bajando las escaleras, encontrándose en el camino a su ama de llaves misma que le informó que su esposo estaba en la cocina.

Mientras se dirigía al lugar, fue escuchando risas y algunas personas hablando, encontrando al fin a su amado con un delantal puesto y a las empleadas riéndose sobre un chiste malo, pero gracioso que hizo Bin sobre él y la cocina.

-¡Mi amor!~ - las empleadas se paralizaron al verlo y rápidamente hicieron una reverencia ante él.

-Buenos días, señor Moon- dijeron y Dong Min solo las miró con una sonrisa fingida en su rostro y se apresuró a besar a su esposo delante de todos.

My Sweet Baby |❦︎| BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora