"-¿Me seguirás amando incluso cuando todo se vuelva difícil?
-Daría mi vida por ti, eso tenlo seguro".
La parte más dura de afrontar es el destino incierto, sucesos que marcarán su vida a nada de suceder, una confesión más en la boca... Una famili...
Día tras día pasó, no había señal de Dong Min casi dos semanas sin saber de él y sin poder hallar algún rastro.
Bin estaba por volverse loco, seguía sin saber dónde estaba su omega, sus noches eran de desvelo, su alfa estaba inquieto en su interior, necesitaba a su omega al lado para estar bien.
La policía inició la búsqueda, su suegro le mantenía informado sobre cualquier noticia, pero parecía que se los había tragado la tierra, no había nada que podía decirles el paradero del omega con su esposo.
Y así pasó por 15 días más, casi un mes, sin noticias, ya no tenía ánimos de nada, cuidaba a sus cachorros, pero no era lo mismo, ellos necesitaban a su madre, estaba tratando de sobrevivir y también, de alejar de su mente aquel desgarrador pensamiento.
Un futuro sin Dong Min a su lado.
Cada noche la pasaba en vela, tratando de hablar con su mitad y no recibía respuesta, solo un dolor inmenso en su alma que lo hacía llorar amargamente. Estaba con vidda porque su marca lo aseguraba, pero dolía grandemente el no saber que le estaban haciendo, si había sido golpeado, si Jungwoo se atrevió a dañar a su pequeño. Era algo para volverse loco a diario.
Esa noche, mientras terminaba de acostar a sus hijos y se disponía a caminar al jardín trasero, recibió, de pronto, un mensaje de un número desconocido.
"Está es la ubicación. Venga lo más rápido que pueda, por favor"
No entendió absolutamente nada, pero rápidamente salió en su auto sin antes pasar por su estudio y buscar algo que salvaría sus vidas. Si la ubicación era verdadera y el omega tenía a Dong Min en ese lugar, haría cualquier cosa para salvarlo aunque tuviera que convertirse en un asesino.
Mientras manejaba, llamó a su suegra y a Myung Jun para que vigilaran a sus hijos en su ausencia sin dar más explicaciones o detalles.
Llegó a la dirección, estacionando el auto frente de una pequeña casa que aparentemente se encontraba deshabitada, pero él conocía ese lugar.
Jungwoo vivió allí.
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Para Dong Min, todos esos días fueron un verdadero infierno, su ropa estaba deshecha, su interior sangraba literalmente, cada día había sido violado por los hombres sin compasión y frente a Jungwoo. Una completa humillación.
No había comido más que unos panes que un alfa enmascarado le daba a escondidas del omega, mismo que lo ayudaba aveces a ir al baño y luego hacerle regresar a su encierro donde nadie sospechaba que había salido.
Sentía su interior todos los días arder gracias a las drogas que le inyectaban, cosa que hacía desmayarlo y cuando despertaba tenía la sensación de semen escurriendose en su interior y pegaba gritos partidos del asco, dolor y odio que sentía.
¿Por qué seguía pasando por eso? ¿Qué había hecho para sufrir aquello?
Jungwoo bajó las escaleras y encontró el cuerpo del omega tirado en el suelo, encadenado y deshecho, no hace mucho Jae Hyun se había divertido con él y solo llegó a burlarse como tenía de costumbre.
