Capítulo 15: Fiesta

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Me desperté un poco temprano, verlo a mi lado me hizo inmensamente feliz, hoy por fin puedo decir que me siento completa a su lado, despertaba al lado del hombre que amo y ya no hay más mentiras, no hay más engaños, no hay más reproches, en nuestras vidas solo nos espera amor, felicidad y plenitud. Me levanté sin hacer ruido, no quería despertarlo, me puse una de las batas que había en el baño, quería darle una sorpresa así que llamé a la recepción y pedí que nos subieran el desayuno y un pastel para cantarle las mañanitas, quería que su día fuera especial y único. Tardaron unos 20 minutos en subir todo, así que lo recibí y preparé la mesa, recogí las cosas del día anterior y puse el desayuno.

L- Fernando, buenos días, despierta.

F- mmm no, déjame dormir un poco más.

L- despierta, ya amaneció, buenos días cumpleañero.

F- mmm que mejor forma de despertar que contigo a mi lado, ¿por qué estás levantada? Ven aquí conmigo – la abracé y la metí nuevamente a la cama, no me quería separar de ella nunca más.

L- mi amor, el desayuno se nos va a enfriar.

F- ¿qué me dijiste?

L- que el desayuno se nos va a enfriar.

F- no, eso no, lo otro ¿cómo me llamaste?

L- mi amor.

F- que bonito se escucha eso de tu boca.

L- pues eso eres, eres mi amor, siempre lo has sido y lo serás siempre en mi corazón.

F- y tú eres mi vida entera, la mujer de mis sueños y el amor de mi vida. Mmm que rico huele.

L- te estoy diciendo que se nos va a enfriar el desayuno, vamos.

La seguí hacia la mesa en donde ya no quedaba nada de la comida de anoche y en su lugar había preparado un desayuno monumental, huevos, pan, fruta, jugo y café. Nos dedicamos a comer y platicar de lo felices que estábamos, estar con ella me traía paz y felicidad, algo inexplicable y que con nadie más que con ella había experimentado. Cuando terminamos de comer, sacó un pastel, me cantó las mañanitas y lo partimos.

F- todo está delicioso mi amor, muchas gracias.

L- espera, aún falta algo más.

F- ¿a dónde vas?

L- ya vuelvo – entré a la recámara y busqué en mi bolsa el regalo – toma, es un pequeño regalo.

F- muchas gracias Lety, no era necesario, amanecer contigo es mi mayor regalo.

L- ábrelo, espero te guste.

F- wow, está muy bonito, muchas gracias.

L- lamento sacarlo de esta nube en la que estamos señor Mendiola, pero creo que deberíamos ir por nuestro hijo, ya es muy tarde, además tus papás te estarán esperando para la hora de la comida.

F- y si nos quedamos tú y yo aquí el día entero.

L- suena muy bien, pero tenemos responsabilidades, una que se llama Gael.

F- tienes razón, vamos a bañarnos entonces, si nos metemos juntos ahorraremos agua y tiempo.

L- sabes que eso no será así, tardaremos aún más.

Nos bañamos juntos, aunque ella intentó evitarlo, le gané y me metí con ella a la ducha, tenía razón, nos tardamos más, pero valía la pena por estar con ella. Salimos del hotel y nos subimos a mi coche, fuimos a recoger a Gael, aunque mis papás no la vieron, quería que fuera una sorpresa para todos en la tarde, gritarle al mundo entero que Lety y yo volvíamos a estar juntos y esta vez para siempre.

Caminos que me llevan a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora