Volumen n°1
Male Reader x Male characters
"Cada uno se destruye a su manera"
╰┈➤ ... ¡!
(Ninguno de los one-shots son propiedad mia, sino de los autores de la comunidad angloparlante de tumblr y voy a poner creditos en el principio de cada one-shot...
SUMMARY : San no pudo evitarlo, le hiciste sentir bien, demasiado bien hasta el punto de querer llorar.
TW : universidad au!, fuckboy! San, nerd! lector, diferencia de tamaño, humillación, llanto, cuidado posterior.
Plataforma : Tumblr
Fandom : Ateez
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Nunca en su vida San se había sentido tan humillado por la lujuria.
Nunca San había llorado como una perra mientras tenía sexo.
Nunca San le había deseado tanto.
Y ahora estaba despojado de su dignidad, toda la decencia tirada por la ventana mientras se reducía a nada más que un charco de sudor y lágrimas; no sabía si debería estar asqueado o excitado, especialmente por la forma en que había arruinado su almohada; sin embargo, siendo obligado a acostarse en la suciedad que empapaba el algodón una vez limpio y fresco.
"Joder, quién iba a decir que podías ser tan puta", tu voz sobresaltó a San, hacía tiempo que no te oía hablar, y una parte de él se preguntaba si se había imaginado esas palabras saliendo de tus labios; joder, se preguntaba si esto era real. San gime en respuesta, un gemido ahogado que atraviesa sus cuerdas vocales.
No recuerda necesariamente cómo acabaron follando los dos, lo único que sabía era que si pudiera volver atrás en el tiempo no cambiaría nada; y en su lugar se quedaría en un bucle en el que te lo follarías para siempre, haciéndole sollozar y sollozar hasta que las lágrimas de sus ojos se secaran como un grifo vacío.
Las mejillas de San ardían, preguntándose qué pensaría todo el mundo si le vieran así. Tenía una reputación que mantener, era conocido por su comportamiento dominante, sus fiestas y, convenientemente, por acostarse con cualquiera que le interesara. Tú -sin embargo- no eras así, te mantenías alejado de cualquier cosa que pudiera afectar tus calificaciones; como beber y tomar drogas.
Nunca te interesó alterar tu mente por unos segundos de dicha, encontrabas placer en otras cosas, como, baños relajantes o sesiones de estudio con amigos; por muy aburrido que suene eso sí. Pero dejando todo eso a un lado, ver como San se deshacía alrededor de tu polla era un nuevo tipo de placer que ningún baño o estudio podría sustituir.
"Me cuesta creer que nadie haya usado tu culo antes", dijiste, empujando tu polla más adentro de San, lo que le hizo temblar ligeramente, con las orejas de un rojo oscuro después de que tus palabras se hundieran en su mente. San gimió, con la voz entrecortada y aguda: "¡Nadie! Por favor, sólo tú..." habló, cerrando los ojos mientras se deleitaba con la forma en que tu polla rozaba su próstata.
Joder que grande eras.
San no había tomado una polla antes, intentó meterse los dedos pero todo lo que sintió fue incomodidad; era un proceso más difícil en el que el porno no educaba a la gente. San se rindió después de eso, ciñéndose a usar su polla para sus necesidades personales, aunque su curiosidad sólo crecía más cada vez que follaba con un tipo, viendo cómo se convertían en lo que él era ahora.
San arqueó aún más la espalda, sintiendo tus manos más pequeñas recorrer la zona, sintiendo su suave piel bajo las yemas de tus dedos mientras acariciaban el duro músculo que asomaba cada vez que se tensaba.
Era irónico cómo un hombre tan grande podía estar de manos y rodillas por alguien de la mitad de su tamaño, hería un poco el ego de San pero eso sólo se sumaba al fuego ardiente que se había estado formando en la boca de su estómago; le encantaba, le encantaba ser puesto en su lugar por alguien tan pequeño.
"Por favor..." San suplicó, no estaba seguro de por qué lo hacía pero simplemente sentía la necesidad de hacerlo, si acaso esperaba que le dejaras correrse pronto, su pobre polla se estaba poniendo roja de lo mucho que había tenido que aguantarse. Gruñiste, agarrando las caderas de San para empujar su culo de nuevo sobre tu polla.
Los sonidos que siguieron a tus acciones hicieron que San gimiera aún más fuerte, con los ojos en blanco, finalmente se quedó mudo, sin poder hacer nada más que tomar tu polla hasta que estuvieras satisfecho. Te inclinaste hacia delante, rozando con los dedos la sutil protuberancia de las costillas de San que empujaban contra su piel bronceada; el mayor se estremeció ante la acción.
"¿Quiere correrse mi niño? ¿Quiere correrse? ¿Quieres correrte sobre mi polla como una puta de mierda?". Tus palabras atravesaron el corazón de San, el escozor le creó más placer mientras se alimentaba de la humillación que sentía, le encantaba que le menospreciaran, aunque le hiciera sentirse sucio.
Te reíste, enderezando tu postura antes de follar a San más fuerte y más rápido que antes, el sonido de la cama de los dormitorios universitarios crujiendo llenó tus oídos y los de San y por un segundo le preocupó que se rompiera; ninguno de los dos iba a comprar una nueva si lo hacía así que esperemos que pudiera soportar tus duros empujones durante unos minutos más.
"¡A- ah! ¡Joder! Y/n... ¡No puedo!" San prácticamente gritó, con los ojos desorbitados al sentir el ardiente estiramiento de tu polla abriéndole como si no estuviera ya lo suficientemente flojo. "Joder, qué buena zorrita, eso es, tómalo como un buen chico" murmuraste, jadeando pesadamente mientras el rápido chasquido de tus caderas no terminaba nunca.
San se sintió confundido cuando los elogios y la degradación lo golpearon como un camión, la mezcla hizo que San se sintiera mareado, su cabeza se nubló cuando ya podía sentir que su orgasmo lo alcanzaba. Soltaste un gemido tartamudeante, por fin te corriste dentro de San, sentiste una oleada tras otra de placer que te hizo caer ligeramente hacia delante.
San te siguió poco después, sin siquiera tocarse la polla, la sensación de tu semen siendo empujado dentro de él debido a tus empujones superficiales fue suficiente para hacer que su polla se retorciera y expulsara a chorros su tan esperado orgasmo. Besaste el costado de la cabeza de San, acercando el cuerpo más grande debajo de ti mientras te acostabas sobre él, era como una almohada, una almohada realmente sudorosa.
"Lo hiciste bien San, ¿cómo te sientes?" le preguntaste, acariciándole el pelo negro, lo que hizo que su respiración agitada se calmara un poco. San tarareó suavemente, sus ojos se cerraron mientras hablaba "Sólo acuéstate conmigo" murmuró, la sensación de somnolencia se apoderó de él antes de caer en un sueño tranquilo.
San nunca se había quedado dormido después del sexo.
