El hermoso hijo de Minato Namikaze heredero la elegancia de él y la rebeldía y lo indomable de su madre Kushina Uzumaki.
El elegante e Indomable Naruto Uzumaki puede ir a la cárcel o casarse con el misterioso hombre que le ha elegido su padre.
Sas...
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Sasuke observaba con atención que Hashirama le quitaba algunos mechones del rostro, el rubio le sonreía aun refrescando al poderoso Kurama que dejaba salir algunos gruñidos.
Mei estaba más que furiosa al ver el momento en que Sasuke tomaba la mano del rubio examinando lo que Jampachí le hizo en la muñeca.
Su rostro se mostró iracundo, Hinata le miro que veía a Sasuke y Naruto como el azabache tomo con delicadeza la mano y como le daba instrucciones a Suigetsu para que terminara de limpiar.
Los miro que se marchaban para tratar la con cuidado la herida hecha por Jampechí. La mujer no soporto más se giró en sus talones dejando a una Hinata sorprendida las emociones que reflejo en ese momento la pelirroja.
Al llegar a su camper la pelirroja estaba colérica nunca recibió una caricia como la que había recibido Naruto con delicadeza, se puso frente al espejo, se fijó que ya no era esa belleza, por la que todos querían estar con ella se llevó su mano a su rostro.
Vio como el maquillaje podía ocultar ciertas marcas pero no todas su piel ya no era tersa y además perdía la frescura, si, su cuerpo a pesar del ejercicio ya no era joven. Dejo salir una maldición.
Giró debía de pensar muy bien lo que iba hacer, sentirse humillada, desechada... ¿Por qué? Ella quería culpar de todos sus males a una sola persona... Y esa persona era ni más ni menos que... Naruto Namikaze.
- Solo debo de pensar muy bien que es lo que voy hacerte – Tomo un cigarrillo le dio una calada dejando salir el humo – Ya sé lo que haré.
Empezó a reírse como una desquiciada, era el plan perfecto según ella pero necesitaba otra vez la ayuda de su pequeña cómplice.
Sin más termino el cigarrillo se vistió con un top con un short algo provocativo, no le importo quería que su plan ya estuviera andando.
Salió de su caravana viendo a todas partes no miraba a su objetivo hasta que vio que salió de la caravana de su padre, sonrió fue hasta donde estaba.
- Hina – Levanto la mano viendo que la pequeña Hada le sonrió – Vaya estás hermosa.
Hinata se abrazó de Mei que correspondió el abrazo que con cariño la pelinegra se lo estaba dando.
- ¿Qué ibas hacer? – Le acariciaba el cabello largo ese color negro azulado que parecía una de cuervo – Ven quiero que me ayudes con algo.
Hinata se tensó por lo que Mei le pidió.
- Es... es algo – Miro a Mei con algo de temor – No quiero meterme en problemas.
- No te meterás en problemas, - Acaricio nuevamente el cabello – Solo quiero que me digas cuando se acerque Sasuke. – Le agarro la barbilla – Te lo juro, no es nada malo.
- ¿De verdad? – Hinata le miro – Mi padre ya me dio una charla si hago mal mis ejercicios me dejara en un internado.
- No dejare que te deje en un internado, tu padre debe de saber que tú eres importante.