16. Cuídela

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Acababa de despertarme después del aborto y una enfermera pasó a mi habitación.

—Hola, ¿quieres natillas de chocolate o de vainilla?

—Emm chocolate.

—¿Tienes acompañante? —Yo asentí y ella salió de mi habitación al rato volvió con una natillas y Mimi.

—¿Cómo estás? —dijo acariciándome la mano.

—Bueno un poco rara y cansada.

—Normal mi vida.

—Bueno, os dejo las natillas, que se la coma y en media hora me paso, si se levanta y no está mareada os podéis ir.

—Guay —dijimos las dos a la vez para luego mirarnos y reírnos.

—Bueno os dejo —dijo yéndose.

—Amor, te tienes que tomar las natillas—dijo abriéndolas y dándomelas.

—Voy —dije metiéndome una cucharada de natillas en la boca.

Al rato, cuando me termine las natillas empezamos a hablar de la vida.

—¿Y eso de que no me habías dicho que sacabas canción en nada?

—Es que pensaba que si no te lo decía no la ibas a escuchar y como si ponía algo de la canción te bloqueaba la historia pues no lo ibas a ver.

—Anda que bien montao' te lo tenías, pero bueno todo guay ahora y he escuchado la canción antes de que saliera —dijo sonriendo y yo me reí al ver lo orgullosa que estaba.

—Me encanta ese hoyuelo —dije señalando a su barbilla.

—A mi me encanta este —dijo poniendo su mano en mi mejilla —Oye, pero ¿no te sientes rara ni nada después de esto?

—Bueno, yo nunca sentí que estaba embarazada, ósea ni tenía náuseas ni mareos ni nada y tampoco me sentía madre, me refiero a que no le tenía afecto ¿Sabes?

—¿Ósea que no te sentías embarazada?

—Exacto, no sé porque.

—Pues porque no lo aceptabas, pero no es malo peque.

—Vale —dije incorporándome ligeramente para darla un abrazo.

—Hola, señorita Aguilera puede usted levantarse —dijo la enfermera acercándose a mi para luego acercarse para ayudarme.

—Me puede ayudar ella —dije mirando a Mimi.

—Claro, con cuidado para que no se haga daño cuando se siente la agarras de la cintura no hagas fuerza que te use de apoyo —dijo haciendo que yo me sentara en la camilla apoyando mis pies en el suelo.

Mimi me rodeó por la cintura y yo me levanté sin ayuda.

—¿Está bien? —dijo la enfermera sonriendo.

—Si.

—¿Se ve segura para andar? —yo asentí y caminé por la sala sin esfuerzo alguno —¿Mareo?¿Dolor? —negué con la cabeza y caminé hasta Mimi para abrazarla y ella me acogió en sus brazos con delicadeza y metió su cabeza en el hueco de mi cuello sonriendo ahí.

—T'estimo—me dijo y yo sonreí al oírla hablar en Catalán.

—Io també.

—Bueno, ya se puede ir tome su ropa —dijo dándome mi ropa —Señorita...

—Doblas —respondió Mimi.

—Podemos hablar.

—Claro.

Yo me metí al baño y me cambié de ropa.

Pov Mimi

—Está todo correcto, no tiene fiebre ni mareos, pero si siente un mínimo de dolor abdominal, mareo o tiene más de 37,5 estás semana tráigala al médico —me dijo la enfermera y yo asentí.

—Vale, ¿tiene que guardar reposo? —pregunté.

—Sí, de una semana, intente que no se mueva mucho ni haga muchos esfuerzos porque está todavía muy debilitada y llévela a cenar a un sitio guay hoy —yo sonreí y asentí —Y muy importante cuídela, por muy bien que aparente estar puede estar pasando de todo por su cabeza y estás dos semanas un mínimo de estrés la puede hacer mucho daño ¿vale?

—Vale, pero ¿por qué?

—Es psicológico, si estás mal, tú cuerpo va a estar peor.

—Vale.

—Y contra más estrés más irregular va a ser la regla y necesitamos que le llegue regular este mes.

—Vale.

—Ya estoy —dijo Belén apoyándose en mi hombro.

—Ya sabe señorita Aguilera, nada de esfuerzos y una semana de reposo, reposo también es sin relaciones sexuales —dijo mirando a mi chica.

Porque yo sabía que no éramos nada, pero ella siempre sería mi chica.

—No lo tenía pensado, todavía tenemos cosas que solucionar —dijo acariciando el pelo que recorría mi espalda.

—Por si acaso.

—Muchas gracias —dije sonriendo.

—Nada ya os podéis ir.

—Gracias.

—Cuídela —me dijo sonriendo.

—Eso siempre —dije sonriendo.

Salimos de allí a las 20:30 y no sabía a donde íbamos a ir, pero tenía claro que la iba a llevar a cenar a un sitio guay.

—¿Te gusta la comida china? —la pregunté mientras esperábamos al uber.

—Si, aparte tengo hambre que no he comido en casi veinticuatro horas.

—Pues te voy a llevar a comer a un sitio guay.

—Mimi no hace falta.

—Bueno, ¿me dejas mimarte un poco?

—Solo un poco y como se pase mucho de precio pago yo la mitad.

—Si claro, lo pago yo y luego me dejas subir a tu casa.

—Pues pago yo el uber de vuelta.

—Vale.

Nos subimos al uber cuando llego y Belén se puso el cinturón mientras yo le decía la ubicación al chico. Me abroché el cinturón y vi la mano de Belén apoyada en el asiento del centro y yo puse la mía encima acariciando su dorso.

Y me acordé de todo lo que hacían esas mano aparte de de tocar el piano.

Flashback

2018

Estábamos Raoul, Ricky, Miriam, Mary, mis niñas, Belén y yo en círculo.

Teníamos que escribir una cosa para alguien y adivinar de quién era y para quien, yo la más obvia le puse una indirecta bastante directa.

"Quiero que me toques como tocas el piano" Puse y sonreí orgullosa y lo puse dentro del bote.

Belén sacó primero y leyó mi frase en voy alta, como reacción se le pusieron los mofletes más rojos de lo que ya los tenía por el alcohol y se tomó medio cuba de una.

—Mimi que disimulada —me dijo Ricky riéndose.

—Miriam Doblas —dijo Belén en tono de queja y bronca y yo tiré de ella.

—Belén Aguilera —dije yo para reírme de ella.

—Eres una salida —me dijo sentándose encima mío.

—Podría haber sido Mary a Miriam.

—Si y se me muere la novia —dijo Mary riéndose.

—También.

Ya no voy solita |Belén Aguilera y Lola IndigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora