20. Posesividad

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Pov Mimi

Después de eso me senté en su cama y ella me acarició la cara con cariño. Yo agarré su mano y se la mordí con cariño.

—Lo tuyo con morder es grave —me dijo apoyándose en mi hombro —Hueles a ti mucho —dijo cuando metió la cabeza en mi cuello.

—¿Si?

—Pero no a tu colonia, a ti —dijo rozando su nariz en mi cuello erizando mi piel.

—¿Vamos al salón?

—Si quieres

—Mejor, y luego, después de cenar te hago todo lo que te quiero hacer.

—Mimi —dijo en tono de queja, antes de pegarme un ligero empujón.

—Es que no sabes cómo me voy a recrear ósea hoy olvídate de dormir.

—Mimi ya, vamos al salón anda, que tienes un peligro —dijo levantándose.

—Soy yo o tienes más culo —dije cuando se agachó para coger mi camiseta.

—No sé —dijo tirándome la camiseta.

Yo me la puse y me acerqué a ella y la di en el culo oficialmente tenía más culo.

—Estás cachondísima —me dijo riéndose.

—Pues si.

—Ay pobrecita —dijo metiéndose conmigo.

La cogí y la apoyé en la pared con fuerza pero con cuidado de no hacerla daño. Y empecé a besar su cuello y dejar mordiscos suaves, pero es que escuchar su respiración rápida y sus suspiros me estaban volviendo loca y no pude evitar morder su cuello más fuerte y succionándolo hasta dejar marca.

—Mimi que mañana tengo que ir al estudio.

—¿Y? —dije en un susurro.

—Que no me dejes mucha marca porfa —dijo acariciando mi cintura.

—Tarde.

—Mimi —dijo quejándose.

—Mañana te lo maquillo yo —dije antes de besarla. Dios sus besos, eran los causantes de mi pérdida de cordura diaria.

El beso se tornó más salvaje cuando ella abrió los labios ligeramente y pude meter mi lengua en su boca, y empecé a apretar su culo haciendo que se despegara de la pared.

El beso se acabó cuando Belén echó la cabeza para atrás fuerte y se dio con la pared.

—Au —dijo ella y yo la abracé con cuidado y acaricié su pelo.

—¿Estás bien?

—Me duele la parte de delante —dijo apoyando su cabeza en mi hombro.

—Es que chiquita hostia te has metido guapa.

—Que puto dolor, última vez que te dejo tocarme el culo.

—Si claro, ese culo es mío.

—Ya si si.

Dejamos de discutir sobre la posesión de su culo cuando llamaron al portero. Belén fue a abrir la puerta y yo me senté en el sofá.

Le dio la comida el chico y vi como se la comía con la mirada y me di cuenta del porque, aparte de ser la persona más guapa de España, iba en camiseta ancha y tanga.

Cuando se dio Belén se dio la vuelta para buscar el dinero la miró el culo y yo me acerqué a la puerta con el dinero y le cogí la comida.

—No la vuelvas a mirar baboso de mierda —dije dejando la comida el la estantería de al lado de la puerta.

—¿Qué pasa te gusta tu amiga?

—Si fuera mi amiga no tendría una marca en el cuello.

—Ósea estáis jugando a la bolleras.

—¿Mimi que pasa? —me preguntó Belén.

—Nada —respondí borde.

—¿Mimi, que te he hecho?

—Tu ser muy guapa —dije agarrádandola de la cintura posesivamente —Es este que está babeando por ti.

—Mimi no me seas, que llevas desde que has llegado súper posesiva —dijo quitando la mano de su cintura —Muchísimas gracias y perdón, eh —dijo mirándome a mí en el "eh".

—No te preocupes —dijo mirándome con superioridad.

—Adiós —dijo Belén al ver la tensión en el ambiente cerrando la puerta.

—Que llevo desde que he llegado súper posesiva ¿Belén? —dije empotrándola contra la pared sujetando sus manos.

—Mimi no —dijo intentando salir del agarre.

—Si, te voy a demostrar que es ser posesiva.

—Mimi porfa, no me gusta.

—A mi no me gusta verte ligar con otros y lo veo a diario —dije antes de empezar a morder su cuello.

—Mimi quiero cenar —dijo antes de gemir de dolor cuando la mordí el hombro fuertemente.

—Es que a mí me a entrado hambre de ti —dije antes de besar su clavícula.

—Mimi —dijo cuando la quité la camiseta —Bésame.

—No —dije poniendo una mano en su pecho mientras que con la boca me encargaba de su otro pezón.

—Por favor —me dijo con tono lloroso y yo la miré y vi su lágrima y sus ojitos cerrados fuertemente y me separé de ella.

—¿Belén? —la pregunté.

—¿Ya? —dijo abriendo los ojos antes de coger su camiseta del suelo. Y saliendo de su casa.

—Belén —dije abriendo la puerta que anteriormente ella había cerrado —Vas en tanga cariño, entra en casa, me voy yo a tu habitación, hasta que estés bien ¿vale? —Ella entró y yo la acaricié el brazo que ella quitó el brazo.

Me fui a su habitación y entorné la puerta para ver que estaba bien, por si se encontraba mal o algo poder ir.

Cuando pasaron dos horas salí de la habitación preocupada al no saber nada de ella y la vi allí en el sofá dormida con una manta un rota y la acaricié el pelo. Vi que al menos había comido y recogí las cosas antes de cogerla en brazos y llevarla a la cama.

—Mimi —dijo con tono de sueño.

—Shhh, voy a llevarte a la cama.

—No —dijo revolviéndose.

—Yo me voy al sofá, no te preocupes.

—No, aquí —dijo cuando la dejé en la cama.

—Cariño, mañana hablamos, hoy estás agotada —la di un beso en la frente y me fui al salón a dormir.

Ya no voy solita |Belén Aguilera y Lola IndigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora