29. Estoy aquí

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Pov Mimi

—Tía, ve con ella.

—Necesita espacio, cinco minutos y voy.

—Vale —dijo no muy seguro.

—Voy —dije saliendo del agua una vez que la vi tumbada en la toalla.

—No ibas a esperar cinco minutos.

—Ya los he esperado.

Salí hacia la toalla y vi como rebuscaba en la mochila, probablemente el tabaco y se fue al borde y se sentó encendiendo el mechero.

¿Podía ser más sexy fumando? Spoiler no.

Vi como un chico más o menos de nuestra edad se acercaba a ella y se sentaba a su lado y la empezó a hablar.

Me quedé mirando desde la distancia por si estaba incómoda o algo y cuando vi al chico acercarse y a Belén alejarse ligeramente y cada vez se iba alejando más y yo me acerqué a ellos.

—¿Estás bien? —le pregunté acariciando su pelo.

—Tenemos que hablar —dijo y vi como le temblaba la mano y yo le acaricié la cara.

—¿Vamos a la toalla?

—Si porfa.

—¿Quién eres? —me preguntó el chico.

—Su novia —dije cuando Belén se levantó.

—Bolleras.

—Si, te molesta.

—No, hombre, yo no soy homófobo, de hecho las lesbianas están siempre más estrechas.

—Que asco de tío —dijo Belén.

—Esto es lo que pasa cuando no habéis probado una buena polla que confundís la amistad con el amor.

—Vamos —le dije a Belén la cual estaba temblando entre mis brazos.

—Que sepáis que sois una pérdida de mujeres que dos pivones como vosotras no deberían estar con tías.

—Anda encuentra a alguien que te quiera —dije empezando a andar hacia la toalla —Ya está peque, ya mi amor —dije viendo como su cara se mojaba de lágrimas.

—Mimi, no somos amigas —dijo temblando.

—Ahora hablamos, primero cálmate —le dije acariciando su cara —Ponte bien —dije y ella se apoyó en mi cuello y yo sonreí.

Era ya lo normal cuando estaba mal. Sabía perfectamente a lo que me refería con ponte bien y eso era increíble.

—Ya está mi amor, estoy aquí vida —dije acariciándole el pelo con cariño —T'estimo amor —le dije susurrando en el oído.

—Io també —dijo acariciando mi cara con cariño y yo sonreí.

—¿Estás mejor?

—Si, es que se me ha acercado y-y...

—Tranquila.

—Y ha empezado a intentar ligar conmigo y yo le he dicho que tenía pareja y se ha empezado a acercar y yo me he echado para atrás.

—Lo sé lo he visto, pero es que sin contar que ese hombre era subnormal yo también me habría acercado si es que tú fumando es god.

—Mimi —dijo negando y yo sonreí pícara —Pero que sepas que que me llamen bollera no me afecta si es por ti.

—Me encantas amor —le dije antes de besarla.

—Sois unas pesadas —dijo Iñigo sentándose en otra toalla.

—Gracias —dije sacando la lengua.

—Esa lengua déjala dentro que sé de alguien que te la muerde.

—No porque luego le gusta que la use para otra cosa —dije haciendo que Belén se pusiese roja.

—Bueno ¿y donde te has dejado a tu peque? —dijo cambiando de tema.

—En el agua intentando que no la saquen.

—La arena no la gusta pero el agua es... —dijo Belén viendo la pataleta que estaba montando la pequeña.

—Ailah look is Belén —dijo Alvin mientras peleaba por que Ailah no se cayera de sus brazos. Aunque en cuanto la vio paró de patalear.

—Belén —dijo sonriendo cuando llegó a mi lado la cogió en brazos.

—Hola mi vida.

—Tengo sueño —dijo apoyándose en el pecho de mi chica y poniendo su mano en el mismo lugar.

Yo estaba que se me caía la baba con las dos, porque nunca había visto a Belén con el instinto maternal tan despierto. Mi chica le quitó el pelo de la cara. Y vi como Ailah cerraba los ojos. Yo me apoyé en el hombro de mi chica y la rodeé la cintura.

Después de un rato nos fuimos al hotel a comer y cuando subimos a nuestra habitación con todos, yo le dije a Belén que pusiera "la tirita".

—Está súper guay, ¿por qué no la haces con Mimi? —dijo Saúl yo noté como Belén se tensaba a mi lado.

—Porque la quiere hacer con un chico.

—Mimi, pero como vas a decir eso, si es que no quería que pensaras que me quería aprovechar de ti porque eres más famosa.

—Eres tonta —dije besándola —Con lo que me gusta esta canción.

—Ay amor —dijo dándome besos en la mejilla lo que terminó con ella sujetando todo su peso en sus manos encima mío y mis manos bajando hacia su culo y sus pupilas dilatadas probablemente como las mías.

—Eh Mimi, las manos quietas —dijo Iñigo y yo me reí —Luego por la noche resolvéis la tensión sexual que se ha generado en dos segundos.

—Es que es imposible que la estuviera dando besos cariñosos y hayan terminado así —añadió Saúl.

—Es que Mimi es mucha Mimi —dijo Belén y yo sonreí antes de tumbarla sobre mi.

Ya no voy solita |Belén Aguilera y Lola IndigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora