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Hanbin estaba a punto de perder la paciencia por completo. La situación con Gyuvin y Ricky estaba resultando insoportable. Estos dos pequeños alborotadores parecían tener una competencia para ver quién podía hablar más alto y más rápido.

Ya había intentado ponerlos en su lugar, advirtiéndoles que:
— ¡Maldita sea! Bajen la voz o les arranco la cabeza con un tenedor — Sin embargo, parecía que sus palabras caían en oídos sordos.

La noche había comenzado tranquilamente, pero en cuanto estos dos se juntaron, el ruido y el caos se apoderaron del lugar. No podía concentrarse en lo que estaba haciendo, tenía que repetir las órdenes varias veces y su paciencia estaba llegando a su límite.

Cada vez que intentaba decir algo, Gyuvin y Ricky lo interrumpían con sus parloteos interminables. ¿Acaso estaban conspirando para volverlo loco? Bueno, era posible. Hanbin sentía que su cordura estaba pendiendo de un hilo.

Ya estaba imaginando las formas más creativas de usar ese tenedor en ellos dos. Pero, por supuesto, lo sabía: no podía hacer eso. Entonces ¿qué podía hacer para mantener su sanidad mental?, se calmó totalmente cuando vio la figura de Zhang Hao caminar a ellos.

Este decidió tomar el toro por los cuernos, o mejor dicho, a Gyuvin y Ricky por las orejas. Los llamó y añadió algunas amenazas leves, solo para asustarlos un poco.

Para sorpresa de Hanbin, los dos pequeños alborotadores parecieron entender. A partir de ese momento, el parloteo se redujo a un susurro y la paz volvió al lugar. Hanbin no podía creerlo. ¡Milagro!

— Deberías agradecerle luego a Hao por eso — dijo Matthew a su lado, recostando un brazo en la mesa, no lo había notado, lo que provocó que diera un leve brinco que ni siquiera fue notado por el Omega.

— ¿De qué manera? — levanté una ceja y sabía a qué iba todo esto.

— Creo que alguien le falta un poco de Sex... — en ese momento llegó Yujin a la habitación y Hanbin cubrió por completo la boca de Matthew para que dejara de hablar. Hacer ese tipo de comentarios con el menor de todos no era bueno, pero a Matthew parecía no importarle.

Hanbin suspiró aliviado y soltó a Matthew, advirtiéndole con la mirada de que se callara. No necesitaba más comentarios fuera de lugar en ese momento. Aunque Matthew siempre tenía una lengua afilada, a veces podía pasarse de la raya.

Yujin se quedó junto a ellos, y Hanbin sabía que era hora de la charla diaria. Mierda, si había algo de lo que estaba cansado era de escuchar a Gyuvin y Ricky hablar sin parar. Pero, al final del día, tenía que admitir que los quería demasiado a esos dos.

Miró la figura de Taerae y Gunwook entrando por la puerta, la cual estaba casi en el suelo. Hace unas semanas, le pidió a Matthew que la arreglara, pero el Omega resultó ser un flojo de primera categoría.

— ¿Alguna vez planeas arreglar esa puerta, Matthew? — preguntó Hanbin con una mezcla de diversión y frustración.

Matthew se encogió de hombros y respondió con su típico desdén:

— Oh, vamos, Hanbin. La puerta aún cumple su función principal: entrar y salir. ¿Eso es suficiente, no?

Hanbin rodó los ojos y se dió por vencido. No valía la pena discutir con Matthew sobre la importancia de las cosas. Además, tenía cosas más importantes de las que ocuparse.

Pero volviendo al tema de la charla diaria, Hanbin sabía que era necesario. Por más que los comentarios de Gyuvin y Ricky a veces fueran agotadores, era una forma de mantenerse conectados y conocer los detalles de la vida de los demás.

Kim y Park, al no encontrar más asientos, decidieron sentarse en el suelo como si no les importara la suciedad. Parecían estar contentos con su elección, a pesar de que el suelo no era precisamente un trono cómodo.

†∘˙ 𝐀𝐏𝐎𝐂𝐀𝐋𝐈𝐏𝐒𝐈𝐒 𝐙𝐄𝐑𝐎: 𝐋𝐚 𝐁𝐚𝐬𝐞 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora