— ¿Qué carajo quieres ahora? — preguntó Jiwoong, visiblemente molesto, mientras se plantaba en medio de la sala y clavaba su mirada en Gyuvin, quien le tendía la mano de manera insistente.
— Te dije que me dieras dinero — frunció el ceño Jiwoong, sin entender qué demonios pasaba.
— ¿Qué mierda? — Gyuvin dejó caer su mano, ya cansado de la situación, y clavó sus ojos en el alfa frente a él, con una expresión que gritaba obviedad.
— No tengo tiempo, Jiwoong. Los chicos quieren un jodido helado.
— ¿Y yo que puta mierda tengo que ver en eso?, ve y pídeselo a Hanbin.
— Tu muy querido Omega me ordenó venir aquí y pedírtelo. — Jiwoong soltó un suspiro pesado y exasperado mientras llevaba una mano a su rostro.
— Matthew, Matthew... — repitió el nombre de su Omega un par de veces antes de pasarse la mano por el cabello y fulminar a un Gyuvin impaciente con la mirada — Dile a Matthew que no soy un puto Banco.
— Díselo tú, carajo, tú eres su maldito alfa... Yo solo quiero ese jodido dinero — Jiwoong apretó los dientes mientras sacaba su cartera, maldiciendo mentalmente que Matthew le iba a pagar en cuanto llegara.
— No te lo robes, se supone que es para todos, mierda — Gyuvin rodó los ojos y extendió la mano, ansioso por recibir la cantidad acordada — Después le preguntaré a Seok o Shen sobre esto.
— Ni se te ocurra acercártele, maldito — dijo Gyuvin, lanzándole una mirada amenazadora mientras se daba la vuelta para largarse de ahí e ir al jodido departamento justo al lado del suyo.
Jiwoong odiaba con todo su ser que esos mocosos los hubieran puesto justo al lado de su habitación. Parecía un maldito cajero automático con el dinero que esos jodidos chicos sacaban de él.
— Estás muy generoso — dijo una voz a sus espaldas. Se giró para ver a Hanbin con una mochila en su hombro y una sonrisa, Jiwoong le devolvió la sonrisa con la misma amabilidad.
— Matthew cree que tengo dinero hasta para vivir dos putas vidas más — le dijo, y Hanbin soltó una carcajada. Era verdad, Jiwoong no podía resistirse a los caprichos de Matthew, y no es que fuera todo el tiempo, pero Matthew siempre encontraba la manera de persuadirlo. Y los demás aprovechaban eso, especialmente los menores.
— Es que tú lo malcriaste así— le dijo Hanbin, y tenía razón. Jiwoong no podía negar que derrochaba dinero en Matthew, incluso cuando pensaba que no era necesario. Pero los otros chicos, los más pequeños, sabían cómo aprovecharse de eso.
— No es mi culpa tener a un Omega tan lindo — dijo Jiwoong con una sonrisa, provocando la risa de Hanbin. — Por cierto, ¿dónde está Yujin?, No lo he visto desde esta mañana. — Hanbin le devolvió la sonrisa y colgó su mochila en el hombro antes de mostrarle unos papeles a Jiwoong, quien se sorprendió al leer lo que decían. — Pero...
— Sí — confirmó Hanbin asintiendo — Planeaba mostrártelos ayer, pero estabas ocupado y no te encontré en ningún lado.
— Ah, entiendo. Estuve en la base vecina, por eso no me encontraste — explicó Jiwoong.
— ¿Sigues llamándole "base"? — preguntó Hanbin con curiosidad mientras arqueaba una ceja.
— Sí, es una forma de referirme a ese lugar, supongo — respondió Jiwoong encogiéndose de hombros. — Pero volviendo a los papeles, ¿por qué necesitas enseñármelos?
Hanbin le sonrió de manera enigmática antes de responder. — Quería mostrártelos, pero parece ser que Matthew no te dijo nada, ¿verdad? — Jiwoong negó con la cabeza.

ESTÁS LEYENDO
†∘˙ 𝐀𝐏𝐎𝐂𝐀𝐋𝐈𝐏𝐒𝐈𝐒 𝐙𝐄𝐑𝐎: 𝐋𝐚 𝐁𝐚𝐬𝐞
AcakZEROBASEONE| 𝑬𝒏 𝒖𝒏 𝒎𝒖𝒏𝒅𝒐 𝒔𝒊𝒍𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒂 𝒎𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆, 𝒍𝒂 𝑩𝒂𝒔𝒆 𝒆𝒎𝒆𝒓𝒈𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒆𝒍 𝒃𝒂𝒍𝒖𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒓𝒆𝒔𝒊𝒔𝒕𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝑨𝒑𝒐𝒄𝒂𝒍𝒊𝒑𝒔𝒊𝒔 𝒁𝒆𝒓𝒐. Basada en: península y Train to Bu...