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A pesar de que intenté prepararme psicológicamente para la dichosa cena… no logré nada de lo que me propuse.
Pero tampoco era cosa fácil.
Las sensaciones que viví en mi sueño fueron miedo, ansiedad, impotencia al sentirme acorralado por los chicos… pero en la vida real lo único que conseguí fue quedarme completamente impresionado cuando, debido a que fui el último en llegar por problemas de inseguridad, mis cinco alumnos me recibieron al tocar la puerta, y aunque debo admitir que fue un poco chistoso verlos a todos aglomerados en la puerta lanzándose miradas de fastidio ya que al parecer hubo una discusión por quien abría la puerta, ni siquiera la graciosa escena, pudo evitar que la belleza de mis acompañantes me dejara sin habla.
Sé que lo he dicho ya pero de veras… qué demonios hace la élite de Corea para obtener tan buenos genes?
Todos vestían entre elegante y casual, llevando chaquetas de traje con pullovers debajo marcando los trabajados cuerpos de Changbin y Minho, jeans ajustados que mostraban el formado trasero de Felix, y por supuesto las camisas con algunos botones abiertos no hicieron esperar, dejando que las blancas clavículas de Jeongin y Seungmin me dejaran con la boca seca.
Para mi suerte, o tal vez no fuera tanta suerte, porque estaban logrando ponerme más nervioso de lo que ya estaba, los chicos no se percataron de mi boca abierta y de que posiblemente estuviera muy cerca de babear, debido a que estaban embelesados haciendo conmigo lo mismo que yo hacía con ellos, o sea, me estaban comiendo con los ojos.
Sentir esos cinco pares de ojos sobre mí, con esa intensidad, me hicieron estar agradecido de haberme tomado mi tiempo en arreglarme. No quiero sonar creído, pero sabía que está noche la atención iba a estar sobre mí, así que traté de estar lo más presentable posible.
Una vez me dijeron que cualquier color de ropa me quedaba bien, pero ya que quería lucir un poco más serio, debido a que soy el mayor aquí, decidí vestirme de negro, y para hacer más desenfadada mi vestimenta me decanté por unos jeans negros, que después de pasar casi 15 minutos tratando de ponérmelos, ya que no quería admitir que al parecer había engordado, me di cuenta que me quedaban muy…muy  ajustados y… no es que hubiera pensado en alguna situación que fuera a provocarlo pero… si de casualidad… una casualidad muy extrema por supuesto... mi... junior despertaba... iba a pasar la vergüenza del siglo… porque en serio se me marcaba todo.
La idea más inteligente habría sido quitármelos, pero después de pasar tanto trabajo para ponérmelos me daba pereza, además de que quedaba poco tiempo para la cena y yo aún no terminaba de vestirme. Culminé mi conjunto con una camisa negra que me cubría hasta los codos junto con unos converses negros. Arreglé mi flequillo y me apliqué mis cremas mágicas y un poco de bálsamo labial, terminé con mi perfume preferido y sobre mis hombros, para abrigarme, mi chaqueta de cuero negra preferida.
Una vez me miré en el espejo me percaté de que, más que un profesor serio, el resultado había sido un adolescente rebelde, pero ni modo de cambiarme ahora, por lo menos era un adolescente rebelde muy sexy y yo estaba cómodo con la ropa. O eso era antes de que los ojos de los chicos no dejaran lugar de mi cuerpo sin inspeccionar.
Fui salvado por Sasha Kim, quien al ver que los chicos demoraban decidió salir a ver que pasaba. Me sacó de la puerta, dejando a los chicos atrás, y me hizo quitarme la chaqueta y dársela a uno de los sirvientes, provocando un silbido a mi espalda que me hizo enrojecer.
-Por dios su cuerpo es real? – mi cara debía ser todo un poema porque mamá Kim no pudo evitar reír.
-Si claro que es real, idiota – la respuesta de Seung solo provocó que mi rubor aumentara y que Sasha decidiera salvarme llevándome a la cocina con ella.
Sentí las miradas de los chicos clavadas en mí… espalda, digamos más bien baja, hasta que desaparecí de su vista. Creo que hasta en la cocina se oían sus suspiros.
Ok lo admito tengo un buen cuerpo… y nunca me había quedado tan avergonzado por eso hasta el día de hoy, malditos niños. Mi chaqueta es un poco larga llegándome hasta medio muslo, así que una vez me la quité mi trasero quedó a la vista, y este maldito jean no ayudó en nada.
Suspiré y decidí calmarme, mejor hacía como si no hubiera escuchado nada.
Con esos comentarios me había sentido como profesor guapo en un salón lleno de adolescentes hormonales.
Miré a mamá Kim que a pesar de tener mucho personal a su disposición estaba preparando toda la comida, como siempre, por sí misma, y decidí ayudarla. Ella solo me sonrió y me dio algunas indicaciones, sabía que no me iba a quedar sin hacer nada.
Trabajamos como diez minutos en silencio, siendo interrumpidos solo por varias cabezas que se asomaban nerviosos por la puerta y que se iban al Sasha informarles que pronto estaríamos con ellos.
En serio Sasha Kim era una mujer increíble, si no fuera gay creo que me habría enamorado de ella… ni siquiera los diablos esos se atrevían a desafiarla.
-Mi dumpling dulce, ve y dile a los chicos que pueden pasar al comedor, y ve tú con ellos también… ya lo que queda es llevar todo a la mesa – mamá Kim me indicó sin perder la concentración en lo que hacía.
-Yo puedo ayu… - me miró con el ceño fruncido.
-Sé que puedes, pero no tienes que ayudar, el personal de la cocina me ayudará con eso, además… huir de ellos no va a hacer que desaparezcan – terminó sus palabras acariciando mi mejilla y me quedé anonadado de cómo me conocía. Solté un suspiro y sostuve su mano en mi cara.
-Está bien… pero me merezco mucha leche de banana por ser un buen chico verdad?- Sasha sonrió y asintió. Me besó la mejilla y con una palmada en el trasero me despidió de la cocina.
Extrañé mucho estos momentos en familia, pero ahora tenía un problema al cual enfrentarme, o bueno más bien cinco. Suspiré frustrado dirigiéndome a la sala.
Me sentía mal conmigo mismo por la forma en que me estaba comportando… no soy ningún niño pequeño que huye de sus problemas. Ellos son mis alumnos y como dijo mamá Kim, es importante que los conozca y que ellos me conozcan a mí para poder ganarme su confianza y lograr trabajar mejor, para lograr explotar sus talentos.
Me estaba escondiendo porque tal vez ellos sintieran algo por mí?
No serían ni los primeros ni los últimos que se sentían atraídos por su profesor… hasta a mí me había pasado. Y como adulto responsable que soy, debo ser capaz de sobrellevar esta… tensión y darles lo mejor de mí, enseñarles el gran profesional que soy… después de todo aunque sea indirectamente, iba a hacer realidad mis sueños gracias a ellos.
Tomé aire para darme valor y me dirigí a la sala a buscar a mis 5 alumnos.
-Eres un idiota con suerte Seugmin – oí la voz de Minho.
-Ni que lo digas Hyung, sabes lo que es tener esa vista todos los días – esta vez fue Jeongin el que habló.
A qué vista se referirían? Sé que dicen que la curiosidad mató al gato pero… me intrigaba un poco el tema, soy chismoso por naturaleza. Me acerqué un poco más tratando de no hacer ruido, quería saber qué era eso que Seung podía ver todos los días.
-Les recuerdo idiotas… que acabo de regresar, hace cinco años que no lo veía… pero estoy de acuerdo es… una magnífica vista – Seungmin suspiró como deleitándose en el recuerdo. Y ahora si mi curiosidad picaba… qué podía ser eso que causaba que el inexpresivo de baby Seung suspirara así?
-Magnífica?? Creo que eso se queda corto Seungmin ah… es… definitivamente el mejor trasero que he visto en mi vida – la voz ronca de Changbin sonaba emocionada…
Espera un momento… acababa de decir trasero? Ellos no estarán hablando de… no claro que no Hyunjin… sacudí mi cabeza negando… imposible que hablen de eso.
-Creo que deberían prohibirle a Hyunjin Hyung ponerse esos jeans – mi cara se puso como tomate y mi boca quedó abierta. Estaban hablando de mi trasero?
- Cuando sea su novio no lo dejaré usar ese tipo de ropa… o por lo menos no en público – mi cara de asombro debía de ser de memes al escuchar a Jeongin hablar.
-Estás soñando si piensas que Hyunjin Hyung algún día será tú novio – la voz enfadada de Seung amenazó a Jeongin. Era eso lo que reclamaba? Por qué Baby Seung no detenía esta charla sobre mi trasero?
-Si lo tuviera en mi cama con esa ropa… yo no sería capaz de contenerme – el susurro de Felix hizo que se me erizara la piel. Estos chicos… estaban locos!! Qué cama ni que ocho cuartos!!!
Se hizo un silencio en la sala y no quería ni imaginarme lo que estaban pensando esos pervertidos… Baby Seung que clases de amigos tienes?
-Huroncito, todavía no llamas a los chicos? – Sasha llegó y al ver mi negación me tomó del brazo llevándome hasta la sala.
Las miradas que se posaron en mí, provocaron que mi sonrojo se volviera masivo y… que me sintiera transportado a mi sueño nuevamente, donde esas miradas de lujuria me recorrían de arriba abajo, y una vez más en vez de sentir miedo… mi estómago se tensó y la adrenalina recorrió mi cuerpo… tenía que ser sincero y admitir… que fuera de mi sueño, el que cinco chicos apuestos y calientes como el demonio me miraran así… me excitaba un poco… al parecer, soy de carne y hueso.
-Chicos la comida está servida – dijo mamá Kim quien parecía ajena a la tensión en el ambiente. Los chicos se levantaron y ninguno apartó la vista de mí.
-Qué bueno mamá… todos… tenemos hambre – los ojos oscurecidos de Seungmin se llevaron toda mi atención y un escalofrío recorrió mi espalda tras sus palabras.
Porque por la forma en que él y los demás me miraban… al parecer la cena que ellos querían… era yo.

SKZ Dance AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora