17.- Una visita

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Debía ser temprano por la mañana, los turistas ya estaban ansiosos de entrar, así que los guardias tenían que alimentarse, yo debía de hacerlo también pero tenía que aprovechar este momento, tome mi vaso lleno del precioso líquido, solo de verlo me escocía la garganta, me escabullí por los túneles evitando a la guardia y esto no era trabajo fácil, silenciar mi corazón ante oídos agudos de vampiros, sería difícil.

Por  suerte la fosa debía de estar limpia para recibir nuevos cadáveres, no tenía la preocupación de toparme con dicha imagen... claro, esto era sumamente hipócrita de mi parte, pero, bueno...

El pasillo despejado y solitario, cruce rápidamente hasta llegar a la celda.

-¿Doug?- Murmure tratando de ajustar mi vista.

-¿Victoria?- Douglas salía de la penumbra arrastrándose con los ojos totalmente negros, Aro lo mataba de hambre.

-¡Dios! Doug...-

-Lo sé, soy deplorable.- Se sostuvo de los barrotes.- Odio a todos estos vampiros.

Me mordí el labio ocultando mi nerviosismo.

-Toma...-

-¿Tu dueño te dio permiso de esto?-

-No es mi dueño...- Hice una mueca y le pase el vaso.- Solo tómala, ¿okey?

-Como sea, gracias...-Douglas tomo el vaso y lo bebió de un sorbo, sus ojos tomaron un rubí profundo.- Solo dime por favor, que cuando salga de aquí, tu y yo nos iremos lo más lejos posible de estos locos.

Me aleje un poco de la celda.

-Yo... no creo.- Lamí mis labios ante la sugerencia. Y me estire a tomar el vaso de uniciel- Debo de quedarme aquí...

-¡¿De qué  mierda hablas?!- Doug le dio un golpe a los barrotes y tomo mi brazo con fuerza.

-¡Shhhh! Demonios Doug, me van a descubrir si te llegan a escuchar... de hecho ya debería de irme.- Trate de soltarme de su agarra.- ¡Déjame ir!

-¿Esto es lo que quieres?- Me aleje de la celda, dando una fuerte sacudida para que me soltara, lista para marcharme.- ¡Eres igual de maldita que ellos! ¡Mira donde me tienen! ¡MIRA DONDE ME TIENES! ¡Es TÚ maldita culpa!

Gire lo más aprisa pasando por la fossa, un ruido me exalto, las rejas del techo se abrieron dejando caer los cuerpos sin sangre de un puñado de turistas, no pude resistirme a gritar, sus cuerpos se estrellaban en el suelo de la gran tina, rompiéndose los cráneos y huesos.

Salí corriendo de ese endiablado lugar, cerrando la puerta pesada de madera a toda prisa...

-¡¿Qué haces aquí?!-

-¡Haaa! –Solté un grito.- Demonios Jane, dios, me espantaste-

-Aja, contéstame. ¿Qué haces aquí? Aro no te dio permiso de estar aquí...-

-Lo sé.- Suspire y acomode un mechón de pelo suelto.- No le digas, por favor.

Jane entrecerró los ojos y se acercó a mí de forma amenazadora hasta que apoye mi espalda contra la puerta.

-No te voy a cubrir de nada. No le mentiras a mi amo Victoria, no importa que me agrades. ¿Qué hacías ahí adentro con ese? ¡O estas con mi amo o estás con él!-

Lo que dijo Jane me dejo muda.

-¿D-de qué rayos hablas?-

-¿Crees que no los vi la otra noche?-

-Tu no viste nada, no sé de qué hablas.- Trate de liberarme del encierro de Jane.- Déjame pasar...

-¡No!- Jane puso su delgado brazo como barrera.- ¿Con quién estas? ¡Dime! Estas traicionando a mi amo.-

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⏰ Última actualización: Oct 12, 2023 ⏰

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